Detenido tras atrincherarse con tres armas en su casa de Begíjar durante siete horas
El hombre, que sufrió un brote psicótico, agredió a su mujer y a su hijo, que pudieron salir de la vivienda con heridas leves
Lorena Cádiz
Lunes, 25 de julio 2016, 00:02
Hasta medio centenar de agentes de la Guardia Civil, entre ellos la Unidad Especial de Intervención desplazada expresamente desde Madrid, estuvieron hasta siete horas intentando ... que Esteban se entregara. Llevaba desde antes de las once de la mañana atrincherado en su casa de Begíjar. Los agentes tenían la certeza de que tenía armas de fuego. Llegó a efectuar cuatro disparos desde una ventana y más tarde encontrarían otros cuatro en un dormitorio de la casa, realizados contra un armario. También sospechaban que podía tener explosivos porque su propia familia así lo había comunicado. Esteban, natural de esta localidad de 3.000 habitantes, había sido legionario y sabía utilizar las armas. Tenía tres y todas ellas sin permiso.
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Fue en torno a las cinco y media de la tarde y tras una larga y dura negociación cuando los agentes consiguieron que bajara de la parte alta de la casa, donde se había atrincherado y se acercara a la puerta principal. Una vez que estuvo cerca, aprovecharon la oportunidad y consiguieron detenerlo.
¿Qué desencadenó esta situación? Se sabe que el detenido, antes de que se diera aviso al 112, en torno a las diez y media de la mañana, había agredido a su mujer y a su hijo adolescente. El teniente coronel de la Comandancia de la Guardia Civil de Jaén, Luis Ortega, habló de un episodio de violencia de género, una vez que concluyó la operación.
El alcalde de la localidad, Andrés Gárate, aseguraba ayer que la familia es muy conocida en el municipio y «no existe ningún tipo de denuncia por violencia de género ni se ha comentado nunca por los vecinos». «Es cierto que siempre le han gustado mucho las armas pero no lo consideramos una persona violenta. Trabaja en el campo, junto a sus hermanos. Su mujer también trabaja y tiene dos hijos».
Precisamente, según relata el primer edil, uno de sus hermanos lo vio raro hace ya algunos días. «Decía que le dolía la cabeza, que no se encontraba bien». Lo que sí está confirmado es que ayer sufrió un brote psicótico. El alcalde asegura que cuando su mujer y sus hijos vieron el estado en el que se encontraba, llamaron al hermano del detenido, que acudió a la casa e intentó mediar, pero resultó también herido leve, al igual que la mujer y uno de los hijos.
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Vista la situación, decidieron salir de la casa y dar aviso a la Policía Local, que al llegar se lo encontraron ya con el arma en la mano. Eso disparó todo el dispositivo que, como ya se ha dicho, incluso movilizó a la Unidad de Intervención Especial de la Guardia Civil.
Los agentes de la Benemérita, nada más llegar, acordonaron toda la zona y desalojaron las viviendas colindantes, sobre todo ante el temor de que pudiera haber explosivos en el interior de la casa, que finalmente no se encontraron.
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«Es un barrio donde vive mucha gente mayor y algunos de ellos se habían ido a pasar las vacaciones con sus hijos, así que no hubo que movilizar a mucha gente», explicó el primer edil.
En fiestas
Los hechos incluso afectaron a las fiestas en honor a Santiago Apóstol que se celebran estos días en la localidad. Las actividades de la feria de día tuvieron que suspenderse para evitar aglomeraciones de gente en la localidad.
Según explicó el teniente coronel, una de las primeras medidas que tomaron los agentes fue contactar con el médico del detenido, que les alertó de que estaba sufriendo un brote psicótico «muy fuerte». Hasta tal punto llegaba su estado mental que en las primeras horas los agentes vieron difícil poder llevar a cabo algún tipo de negociación con él, «pero a medida que fueron pasando las horas, se fue tranquilizando» y así fue como, a base de negociación, consiguieron que se acercara hasta la puerta y detenerlo.
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Tras la detención fue trasladado hasta el hospital San Juan de la Cruz de Úbeda para ser atendido de heridas leves y sobre todo para revisar su estado de salud mental, con lo que no se descarta que pueda ser trasladado a Jaén.
Una vez que todo había terminado, los agentes accedieron al domicilio y lo registraron a fondo. Así fue como localizaron las tres armas, pero no encontraron rastro de posibles explosivos. Cuando los agentes salieron de la casa, todos los vecinos que se habían agolpado en torno al perímetro de seguridad, los recibieron con aplausos, en un gesto de reconocimiento a su trabajo.
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