La enterradora María José Rafael Vílchez

Un pueblo de Granada construye 80 nuevos nichos porque se queda sin sitio en el cementerio

Esta actuación se ha llevado a cabo en el cementerio municipal de Lanjarón, junto al panteón dedicado a las Hermanas Hijas de la Caridad

Jueves, 18 de septiembre 2025, 10:20

El camposanto de Lanjarón ha sido dotado de 80 nuevos nichos para atender la creciente demanda de servicios funerarios en el municipio. Esta actuación se ... ha llevado a cabo junto al panteón de las Hermanas Hijas de la Caridad, creado en 1920, y puesto en valor ahora por el Ayuntamiento de Lanjarón. En este proyecto se ha utilizado un sistema de prefabricados para la edificación de los nichos. El concejal encargado de la gestión del cementerio y el tanatorio municipal es Armando Cuesta. La demanda de aumentar la capacidad de sepulturas disponibles resuelve por un tiempo la falta de espacio en el cementerio existente. En Lanjarón la demanda de enterramientos es casi continua.

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María José Sánchez Bautista, de 58 años de edad, es la enterradora del cementerio municipal de Lanjarón. Es de las pocas mujeres de este país que se dedican a esta profesión. Su suegro, José, su suegra Carmen y hasta hace poco tiempo su marido Cayetano, también se dedicaron a dar sepultura a los fallecidos. María José es también la encargada del tanatorio de Lanjarón. Su hija desde le ayuda cuando el tiempo se lo permite. María José está acostumbrada a estar en el campo santo desde que tenía 16 años y era novia de Cayetano. En aquel tiempo era Carmen la sepulturera, la única que existía en España. María José mantiene muy limpio el cementerio. Todos los días lo barre, riega las flores y el suelo, enciende algunas velas por encargo, etcétera. A ella le gusta descansar en el banco que existe frente a los nichos de su marido y sus suegros. A veces hasta les habla a sus seres queridos. María José es una mujer muy buena y trabajadora. También es una experta en tanatoestética que se practica sobre el cadáver reciente con la intención de dotarlo de un mejor aspecto para poder ser expuesto ante sus familiares y amigos durante el proceso del velatorio.

Al cementerio de Lanjarón se le dotó hace 55 años de electricidad, agua potable y solería gracias a su alcalde Juan Pérez y al concejal Miguel Piñar. José, padre de Cayetano, fue enterrador a principios de los años 50 del pasado siglo. Estuvo 17 años trabajando con pico y pala gracias a Mariano, el dueño de la fábrica de orujo. José tomó la costumbre de llevarse consigo a su hijo Cayetano. Cuando murió José se hizo cargo de su trabajo su esposa Carmen en 1967. Años después su puesto lo ocupó su hijo Cayetano que falleció a consecuencia de una parada cardiaca a los 62 años de edad. Ahora el puesto de sepulturera de Lanjarón lo ocupa María José. Esta excelente mujer siempre está disponible para cualquier eventualidad. Para ella el camposanto de su pueblo es su segunda casa. Es una experta en la preparación de sepulturas, exhumaciones, traslados… realizando las tareas con compostura y mucho respeto por los difuntos y sus familias. En Lanjarón la gente la quiere y la respeta mucho.

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