Rutas en Granada

Un mapa de las entrañas del río Castril

Un sifón es una masa de agua dentro de una galería subterránea que llena el espacio hasta el techo, haciendo imposible atravesarlo sin sumergirse. El grupo de espeleólogos de Granada y Alhaurín de la Torre, con ayuda de un robot, pudieron superar los 100 metros de profundidad, por lo que creen que el sifón puede superar los 150 metros.

El más profundo explorado hasta la fecha en Andalucía es la surgencia de Zarzalones en la Sierra de las Nieves (Yunquera-Málaga) que surca 120 metros hasta el interior.

Estos trabajos de investigación han contado con la autorización de la Consejería de Medio Ambiente. Los sifones son muy peligrosos, ya que en esas corrientes en espacios tan estrechos hay posibilidad de quedar atrapados. Por esta razón, esta nueva expedición se ha realizado con la ayuda de un robot subacuático que ha tomado imágenes de las zonas y galerías del cauce. Por la presión del medio, el robot no estaba habilitado para navegar a mayor profundidad, por eso los espeleólogos cesaron al superar los 100 metros.

El equipo aprovechó que durante el verano el caudal del río desciende para iniciar la expedición. Borja Nebot, uno de los espeleólogos participantes en el estudio, explica que en el año 2012 lograron con un grupo de buceadores descubrir estas galerías hasta una profundidad de 65 metros. Estas expediciones son complejas porque requieren introducir botellas de oxígeno en ciertos puntos del recorrido para los espeleobuceadores. Es un trabajo minucioso y complicado porque los voluntarios deben aprender a manejarse en un entorno estrecho y bogar con la corriente.

Dos años después de esa toma de contacto, una sonda pudo constatar que el sifón continuaba hasta los 81 metros. Los expertos quieren ahora proseguir la investigación con un nuevo robot capaz de avanzar en entornos más profundos o con una iluminación más potente que les permita llegar hasta el fondo de la cavidad.

«El mundo subterráneo y los océanos son la última frontera y hay todo un mundo por explorar bajo el suelo de Granada», manifiesta. Todos estos datos se recopilan para la creación de un catálogo subterráneo de la zona de Huéscar y el parque de la Sierra de Castril. Es el número 12 de los espeleólogos, cuya agrupación se fundó en 1947, y la información resulta muy útil como «trabajo científico de base». Tiene aplicación en otras ramas, como hidrología y la biología subterránea. «Queremos agradecer muy especialmente a Antonio Moreno, propietario del robot, el trabajo realizado, al director del Parque Natural de la Sierra de Castril, que ha estado con nosotros, y cómo no, a todos los amigos que nos han acompañado y que han hecho posible este trabajo», dice Nebot.

El grupo que participó en la investigación estuvo formado por Manuel David Oteros Montes, director del Parque Natural de la Sierra de Castril, y Alejandro Puya García, Agustín Rodríguez y Antonio Moreno, del grupo de espeleología de Alhaurín el Grande (Málaga), Ricardo Gómez González, del Club La Sagra, Salvador Luque, del centro de Alcoy (Alicante), Borja Nebot Sanz, Agustín Porcel López, Gerardo Martín Gil, Alicia Duque Calvache y Manuel J. González Ríos por parte de la agrupación granadina.