Guardia Civil este lunes en la zona de Loja donde se produjo la pelea. Pepe Marín

Pelea en Loja el pasado fin de semana

«Loja es una olla a presión; estamos hartos de la violencia»

Vecinos y comerciantes creen que las agresiones se han vuelto «habituales» y piden «mano dura» contra los delincuentes

Laura Velasco

Granada

Lunes, 21 de julio 2025, 14:04

Es frecuente ver a grupos reunidos este lunes en Loja, en plena calle, alrededor de un móvil. Jóvenes, jubilados, señoras que van a la compra. ... Todos han visto los vídeos. Vuelven a verlos juntos y los comentan; es la tónica general del día. La pelea registrada durante la madrugada del pasado domingo es lo más comentado hoy en el municipio, que se ha convertido en un desfile de cámaras de televisión. Los vecinos transmiten su indignación por una situación que algunos califican de «insostenible». Los altercados que se han producido en los últimos meses y años, «cada vez más habituales», perturban la tranquilidad del pueblo: «Loja es una olla a presión; estamos hartos de la violencia», aseguran la mayoría de residentes, que piden «mano dura» contra los delincuentes.

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IDEAL se ha desplazado este lunes al municipio para conocer las opiniones del pueblo. Fuentes municipales explicaron que, en la pelea del pasado fin de semana, se enfrentó un grupo «de etnia gitana» con otro «de origen marroquí». Según detallan tanto los vecinos como fuentes policiales, este sería el primer incidente de este tipo entre ambos. En los últimos meses, lo más frecuente han sido las peleas «entre los propios marroquíes», que han protagonizado varios enfrentamientos. «Eso era lo que más ocupados nos tenía hasta el pasado fin de semana. De todas formas, no creemos que lo que ha pasado ahora vaya a ir a más. La cosa ha estado después tranquila», cuenta un agente.

«Cuando se pelean no es una pelea normal, van a matarse. A veces son cuatro, ocho o doce, y nunca sabes si te puede pillar en medio cuando pasas por allí», asegura un joven a la salida de una cafetería. «No se puede tolerar lo que pasa aquí, la policía se los lleva y luego quedan en libertad, así que no escarmientan. La cosa está que arde», afirma. La mayoría de entrevistados prefieren no desvelar su nombre y, además, coinciden en que no conocen a los participantes de la pelea: «Ha venido gente nueva al pueblo en los últimos tiempos», destaca el mismo joven.

Una de las principales quejas es que las reyertas no se producen en lugares aislados, sino en el centro del pueblo, como en el último caso. Suelen ocurrir de noche, a veces cerca de locales de ocio, por lo que los testigos se multiplican. «Nosotros hace tiempo que ya no salimos por aquí de fiesta, nos vamos a Granada o a Málaga. No sabes qué puede pasar si un día te pilla por medio», señalan tres amigos mientras toman el café. Tere, otra vecina, cuenta que su hijo de 19 años evita los parques del centro «porque se junta gente problemática y puede haber altercados» y elige uno de las afueras para ir con sus colegas. «Mi niño me enseñó los vídeos de la pelea y por lo visto se tiraron hasta adoquines. Ahí pararon los coches para que se montaran unos de ellos y se fueran», cuenta mientras señala el espacio situado junto a unos contenedores.

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Los comerciantes denuncian la situación de «inseguridad» y algunos, incluso, ofrecen una hoja de firmas a los clientes que dice: «Somos la comunidad de Loja y musulmana. Queremos una Loja limpia, libre de robos, violencia y vandalismo». En uno de los negocios en los que paramos solo hay una firma. «Aquí todos se quejan mucho, pero luego nadie da la cara», lamenta la dueña. Detalla que su nieta venía de fiesta en la madrugada del pasado domingo con su moto y casi le pilla la pelea. «Sale por la noche por miedo por si se encuentra a gente problemática», insiste.

Rosi, otra vecina, asegura que «el centro de Loja está muerto» porque la gente prefiere cada vez más salir fuera. «Esto ya no es lo que era, ha cambiado y se ha metido mucha mafia. Hacen falta más policías locales, porque a veces esto es un pueblo sin ley», afirma contundente. A su alrededor, varias cámaras de televisión llaman la atención del vecindario. «Como la cosa no se arregle, tendrán que venir más veces a grabar por aquí», concluye.

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