El gesto de Piedad que Cúllar Vega no olvidará

Esta semana se ha conocido la última voluntad de donar parte del patrimonio de la difunta al municipio granadino para que fuera invertido en iniciativas y actuaciones por y para Cúllar Vega, y para ello eligió a Jorge Sánchez, amigo, y además, alcalde. «Es una gran sorpresa para los vecinos y para mí, puesto que no esperábamos esta donación y es un gesto poco común en los tiempos que corren», afirma Jorge. Siempre mantuvo muy buena relación con Piedad ya que hasta mediados de noviembre participó en todos los viajes, actos, fiestas y eventos que realizaba el Ayuntamiento. «Que me haya elegido como albacea es un gran honor para mí, y procuraré canalizar los fondos para que se conviertan en bonitos proyectos, cercanos a lo que ella hubiera querido», explica el alcalde, emocionado, sujetando una imagen de ella cocinando.

Piedad falleció de forma inesperada, en cuestión de varios días. Eva García, hija de la vecina, se la encontró por la mañana tirada en la puerta del ascensor y estuvo acompañándola hasta que vinieron los médicos y la ambulancia. «No pensaba que fuera a acabar así, días antes se encontraba estupendamente», asegura Eva.

La familia está orgullosa del acto de solidaridad que tuvo Piedad, ya que pese a desconocer esta donación con anterioridad, respetan la decisión de la difunta de ayudar al pueblo «que tanto la ha ayudado a ella», y por ello han colaborado con Jorge en todos los trámites que han sido necesarios. Muchos de los proyectos que el alcalde planea para la localidad ya están en marcha, y llevarán la marca 'Legado de Piedad Aguilar Moreno'.

La difunta de 78 años, aficionada al Real Madrid y a la lotería de Navidad, participaba activamente en todas las actividades del municipio. Formaba parte de la Asociación de Mujeres de Cúllar Vega, colaboraba con la parroquia, con Cáritas, con cualquier proyecto que se llevase a cabo en la localidad. Sus compañeras de la asociación la recuerdan como una persona alegre, con una curiosa risa que transmitía buen humor con tan solo oírla, cariñosa y agradable tanto con su familia como con la gente de la calle. Pese a no haber tenido descendencia, Piedad trataba a sus sobrinos como si de sus hijos se trataran y mantenía muy buena relación con sus hermanos.

Durante su juventud, no negó ningún trabajo que le surgiera, y trabajó durante años en Sevilla, cuidando a una mujer y a sus hijos que, hasta hace poco, estuvieron visitándola y obsequiándola con multitud de regalos. Su hermana, Chari Aguilar, comenta que Piedad siempre se mantenía ocupada en algo y en Cúllar trabajó tanto deshojando tabaco como cortando ajos. «La pandemia ha empeorado la situación de mucha gente, y cuando mi hermana veía que alguien no tenía para pagar la luz, ella le ayudaba sin dudarlo», afirma Chari.

Sin duda, la solidaridad de esta vecina queda plasmada en cada acto que ha realizado por su pueblo como bien comentan todos los vecinos que se han reunido en la plaza del Ayuntamiento para atender a los medios de comunicación. Piedad seguirá viva durante mucho tiempo en la memoria de todo un municipio, en el que deja huella, tanto en las calles como en los corazones de los culleros.