Rosario, que ha cumplido 90 abriles, y uno de sus hijos, José Luis Rosillo. R. V.

Feliz 90 cumpleaños en 'La Chaparra'

Una vecina de Lanjarón, Rosario Jiménez Chávez, celebra sus nueve décadas de existencia en el cortijo que le vio nacer, crecer, trabajar y últimamente estar confinada varios meses por el coronavirus

Sábado, 13 de junio 2020, 19:46

Rosario Jiménez Chávez, ha cumplido 90 años el pasado 20 de mayo, y ahora como se puede reunir más gente, ha celebrado su cumpleaños en ... compañía de parte de su familia. Rosario es la madre del célebre chef de cocina, propietario del restaurante 'El Asador de Capileira', José Luis Rosillo. Rosario ha pasado el confinamiento con una de sus hijas en el Cortijo de la Chaparra de Lanjarón, donde nació y crió en plena sierra. Ella habitualmente reside en una vivienda situada en la avenida de Lanjarón. Rosario se crió en el campo con sus padres José y María y su hermana y dos hermanos. A corta edad aprendió las tareas agrícolas, a pastorear, ordeñar y también a cocinar, lavar a mano y coser.

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Rosario contrajo matrimonio con una gran persona, Vicente Rosillo Chávez (ya fallecido), agricultor y trabajador primero en el extranjero y después en la empresa Aguas de Lanjarón. Tuvo cuatro hijas y dos hijos: Mari, Chari, Paqui, Joaquina, Antonio y José Luis. Vicente murió muy joven de pulmonía. Rosario tenía que bajar todos los días desde la sierra al pueblo para vender la leche de su ganado. Su horario de trabajo comenzaba al amanecer y se prolongaba hasta las tantas de la noche. Eran otros tiempos.

Rosario es una experta en hacer buñuelos, pestiños (que es lo que más le gusta), roscos, mantecados, ajuelas, boladillos de bacalao, potaje de Semana Santa y otros productos. Rosario ha padecido varios ictus pero ha podido superarlos. Es más, cada vez que ha sufrido un ictus se ha recuperado y puesto mejor y con más vitalidad. Y lo que es mejor, dentro de lo que cabe, no le han quedado secuelas. Rosario tiene 13 nietos y 4 biznietos. Toda su familia le adoran y le quieren hasta más no poder. A Rosario le encanta ir a Capileira a la finca y el cortijo de su hijo José Luis y de su 'santa' nuera María Encarnación Gallegos Sánchez, de Capileira. A Rosario le encantan las macetas de flores. También le gustan mucho el bacalao, fritailla, los pucheros… «casi todo de lo que no puede comer», dice su hijo José Luis.

Rosario, su marido y dos más de la familia emigraron durante seis años al extranjero para poder prosperar. Cuando venía Rosario de vacaciones a Lanjarón, su hijo José Luis, que estaba muy pequeño y vivía con su abuela, le decía tita. Una vez Rosario y sus hijas se encargaron de fabricar a mano 200 túnicas para la Hermandad de la Virgen de los Dolores de Granada capital. Rosario es muy presumía y no aparente su edad. Mientras sus hijos fueron pequeños el trabajo de Rosario fue agotador. Cuando se hicieron grandes ellos y ellas fueron conscientes de las limitaciones de la familia y les ayudaron mucho más allá de donde se les podía exigir como hijos. Rosario es una mujer fuera de serie, admirable, fenomenal, muy trabajadora, coqueta y de buena familia. Todo el mundo la quiere.

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