El exalcalde de PASI culpa a su antecesor del caos económico revelado por el Tribunal de Cuentas en Atarfe
El exregidor de Por Atarfe sí alega que su gobierno trató de poner orden y pidió la fiscalización del Tribunal de Cuentas que ha sacado a la luz las irregularidades de 2017
Hay un herido que se desangra en la calle. Un equipo de sanitarios intenta ayudarle y salvarle la vida pero llega la Policía y le ... pide explicaciones a ellos. La metáfora la utilizó ayer el exregidor de Por Atarfe sí, Francisco Rodríguez Quesada, para rechazar su responsabilidad sobre las irregularidades económicas que ha revelado el Tribunal de Cuentas de Andalucía, tras auditar las cuentas del año 2017, cuando él estaba al frente del gobierno municipal.
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Pues bien, el herido era el Ayuntamiento de Atarfe, los sanitarios que estaban intentando contener la sangría económica eran los miembros del gobierno de Atarfe por si y la policía que ha puesto el foco sobre ellos, el Tribunal de Cuentas, según la versión de Rodríguez Quesada. El caos económico que refleja la foto de la auditoría de 2017, con sociedades municipales deficitarias que no se extinguían, una deuda opaca o trabajadores contratados irregularmente, es el resultado de la anterior etapa de gobierno del PSOE que aún no habían podido solucionar tras entrar al Ayuntamiento en 2015, según defendió el exalcalde.
«La situación era tremendamente grave, indicadores de ello fueron la dimisión del interventor y la de la tesorera que me encontré el primer día de gobierno así como el destierro del secretario municipal al que tenían en un sótano del Centro cultural Medina Elvira. No les interesaba que estos puestos de supervisión pudieran poner freno a las acciones administrativas de la corporación municipal en las décadas anteriores», señaló el exregidor.
«Una deuda aplastante, un caos en la gestión económica, la falta de personal funcionario cualificado», estos fueron algunos de los «lastres», que según Rodríguez Quesada hubo que ir solucionando en una época en la que «daba vergüenza» llegar como representante del municipio de Atarfe a cualquier entidad porque todas les reclamaban deudas.
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Esta situación, según el relato del exregidor, provocó que el gobierno de PASI solicitara en 2015 la intervención de la Cámara de Cuentas «pero la petición no se atendió en aquel momento y hubo que afrontar el duro camino de poner orden de forma progresiva con la colaboración de los técnicos municipales». «Hubo que trabajar en un clima de incomprensión y venganza de ciertos partidos de la oposición», recuerda. La intervención de la Cámara de Cuentas llegó en 2017, pero se limitó, según Rodríguez Quesada, a analizar el ejercicio económico de ese año «sin querer reconocer el origen de la situación».
«El informe hace referencia a 38 irregularidades que no pudieron resolverse en dos años de gestión austera, ni aún hoy están resueltas muchas. Otras se fueron arreglando de forma progresiva como la liquidación de Proyecto Atarfe o la regularización de las falsas autónomas de ayuda a domicilio y una larga lista», recuerda el exregidor que defiende el trabajo que realizó la candidatura ciudadana de PASI.
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