La reunión familiar en Montefrío. César Zarcos

'Los estepareños', la superfamilia de Montefrío

Un árbol genealógico que empieza con 15 hijos y acaba en un macro-encuentro familiar que reúne a los miembros de la segunda a la quinta generación

sara bárcena

Sábado, 14 de enero 2023

La historia de María Sánchez y su familia es cuanto menos curiosa. Hace un tiempo, se puso de moda indagar en el árbol genealógico y ... ver cuántos años atrás se podía viajar. Sin embargo, son muy pocos los que, después de ese arduo proceso de investigación, han tomado la iniciativa de ponerse en contacto con sus familiares lejanos. No es su caso. María ha acabado 2022 celebrando el reencuentro de 'Los estepareños', una gran familia de Montefrío que ha conseguido reunir a casi todos sus miembros vivos de la segunda a la quinta generación.

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Los abuelos de María, Antonio Pérez y María Jiménez, se criaron en un pequeño pueblo de Córdoba llamado Iznájar. Como era habitual en aquellos tiempos, el matrimonio tuvo muchos hijos. Muchísimos. Quince, para ser exactos. La primera en nacer fue Paquita, en 1922. A ella la siguieron sus hermanos. Juan, Antonio, María, Teodora, Frasquito, Encarna, Amparo, Visitación, Rafael, José, Carmen, Domingo, Ramón y Gabriel, que fue el último y llegó a este mundo veinte años después, en 1942.

La casa en la que vivían se les quedó pequeña y, según cuenta nuestra protagonista, Franco les regaló un cortijo (evidencia de la obsesión natalista del régimen, que premiaba a las familias con mayor número de hijos). Se mudaron entonces al Cortijo de Estepar -de ahí el apodo familiar-, a unos tres kilómetros del pueblo granadino de Montefrío. «Eran unas tierras muy grandes y, aunque no eran buenas para el cultivo, fue un gesto muy importante para la familia», explica María, que es parte de la tercera generación e hija de migrantes. Sus padres se fueron a Suiza en busca de «una vida mejor» porque, según le confesaron en su día, sus abuelos pasaron hambre.

«Mi abuelo compraba cada día una hogaza de pan del pueblo y le daba un trocito a cada uno de los quince hijos. Todos ellos, mi madre y mis tíos, nacieron en aquel cortijo, sin luz, sin agua. Allí trabajaban con los animales y con poco eran felices, no hacían drama de nada y eran muy echados para adelante», asegura la descendiente, que con ayuda de algunos parientes ha conseguido desgranar un poquito más la historia de su familia.

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Por si quince hijos fueran pocos…

La verdad es que «como no conocían otra cosa, no sentían que les faltara nada». Precisamente por eso compartían todo lo que tenían. Así lo hizo su abuelo, al menos, con una joven del pueblo. Siempre que iba a por el pan se la encontraba sentada en un bordillo, pidiendo limosna. Era una chica muy pobre de Montefrío y, aunque ellos lo estaban pasando mal, en aquel momento ella estaba en una situación peor que la suya. Y, a pesar de todo, decidieron adoptarla -porque donde comen diecisiete, comen dieciocho-. La chica pasó a ser una hija más; vivió con la familia durante años.

En cuanto a los quince hijos que Antonio Pérez y María Jiménez tuvieron entre 1922 y 1942, salieron muchos migrantes. La madre de María, por ejemplo, se fue a Suiza y cuando su marido falleció, como tenían una casa comprada en Granada, no dudó en volver a sus raíces, pero algunos de aquella segunda generación se mudaron a Barcelona, Córdoba o Almería y sus descendientes aún siguen allí.

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Aunque la distancia pueda ser un obstáculo en muchas ocasiones, para 'Los estepareños' no lo es. «Tenemos un grupo en Facebook, 'Estepareños por el mundo', desde hace muchos años y también otro más nuevo en WhatsApp. El cincuenta por ciento estamos muy unidos y tenemos una relación estrecha y continuada, aunque sea por redes sociales», comenta María, quien, no conforme con esto, el pasado mes de diciembre decidió probar «una locura».

Reencuentro en El Paraíso

«¿Y si organizásemos un reencuentro familiar con todos los descendientes vivos? De primeras, me pareció algo imposible, pero empezamos a mover hilos por el grupo de WhatsApp y parecía que el plan salía adelante», recuerda, emocionada. Intentaron cuadrarlo en el puente de La Inmaculada para que más gente se animase. Y lo consiguieron. El pasado 10 de diciembre de 2022, sesenta de 'Los estepareños' (veinticinco de ellos descendientes directos del matrimonio cordobés) se reencontraron en El Paraíso, un restaurante ubicado en Carretera de Málaga cuyo personal tuvo el honor de presenciar un acto «muy emotivo».

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Hoy, de aquellos quince hijos quedan ocho con vida y seis de ellos fueron a la comida. Todos nonagenarios, claro. Por eso, María preparó para aquel día un vídeo muy conmovedor, con fotos antiguas de sus abuelos cuando eran jóvenes, de su madre y sus catorce tíos, suyas y de sus primos y otras de los más pequeños de la familia. «Algunos ni siquiera habíamos coincidido antes en persona, pero fue muy tierno. Gritos, chillidos, sonrisas, abrazos… La gente lloró y los del restaurante se quedaron alucinados», concluye, orgullosa de la unión tan especial de esta superfamilia de Montefrío.

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