Olivo milenario de Béznar Rafael Vílchez

La comarca granadina que alberga olivos milenarios de gran porte plantados por los romanos

En el Valle de Lecrín se encuentran olivos monumentales y rutas, como por ejemplo, las de Béznar, Nigüelas, Pinos del Valle y Murchas, con mucho encanto

Domingo, 21 de septiembre 2025, 00:22

Son venerables ancianos de la naturaleza de la comarca granadina del Valle de Lecrín. Son monumentos naturales. En Valle de Lecrín existen olivos centenarios, algunos ... de ellos de los antiguos y más grandes de España que asombran a los vecinos, turistas y visitantes. Los robustos olivos han soportado todo tipo de adversidades: vientos, fríos, heladas, calores, sequías, vendavales, guerras… y a pesar de ello siguen dando cada año aceituna, alguna de la variedad picual.

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En el Valle de Lecrín se encuentran olivos gigantones que destacan por sus dimensiones, teniendo algunos de ellos una altura superior a los 15 metros. En esta zona hubo en otros tiempos olivos con enormes huecos en sus troncos que servían para que en su interior se introdujeran los niños para jugar y algunos campesinos para resguardarse cuando llovía. En el Valle de Lecrín posee existen olivos plantados por los romanos.

Desde el siglo II Roma se vio obligada a importar aceite de España. El aceite de Hispania gozaba de gran prestigio y estima. Se sabe que para fomentar las importantes transacciones de aceite que tenían lugar, los emperadores suprimieron todo tributo público a cuantos se dedicaron al comercio privado de aceite. El cultivo del olivo en España se vio incrementado, especialmente, en el Valle del Guadalquivir, durante los ocho siglos de civilización hispano-árabe.

En la época de los Reyes Católicos el gazpacho con aceite y vinagre constituía ya una parte básica de la dieta alimenticia en Andalucía y Extremadura. Con el descubrimiento (1492), España llevó el olivo a América. De Sevilla partieron los primeros olivos hacia las Antillas y después al continente. Los olivos del Valle de Lecrín producen un aceite de de sabor excepcional. Las características excepcionales de estos árboles son su tronco gordo y retorcido, a menudo hueco debido al paso del tiempo. Son árboles muy resistentes, capaces de soportar sequías y condiciones climáticas adversas. Son un símbolo de la cultura mediterránea y de la tradición del aceite de oliva. Representan la resiliencia de la naturaleza y contribuyen a la biodiversidad local.

Antiguamente los aceituneros trabajaban utilizando métodos de recogida como el 'ordeno', recogiendo las aceitunas del árbol con a mano, o el 'vareo', golpeando las ramas con varas para hacer caer el fruto sobre unas mantas. Después de la recolección, las aceitunas se limpiaban manualmente con cribas para separar las hojas y piedras, y se guardaba el fruto en sacos para transportarlos en bestias a la almazara para ser prensada y obtener el aceite. En el Valle de Lecrín existieron muchos molinos. Uno de los más importantes fue la Almazara La Erilla, situada en Nigüelas, un molino del siglo XII convertido en Centro de Interpretación. Algunos de sus elementos, según los estudiosos, el molino de sangre es de origen ibero-romano. En el término municipal de Nigüelas ahora existe una almazara famosa dentro y fuera de España. Aceites Navarro García elabora aceites de oliva virgen extra y aceites ecológicos y de primera cosecha. Esta empresa ha conseguido premios nacionales e internacionales gracias a su gran calidad. Otro molino de aceite que no se queda atrás se encuentra en Pinos del Valle. El aceite de este pueblo se hizo famoso, incluso en el Vaticano, gracias al cardenal Juan José Bonel y Orbe, nacido en Pinos del Valle el 17 de marzo de 1782 y fallecido en Madrid el 11 de febrero de 1857.

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