Los cerdos espantan la espiritualidad en un pueblo de Granada
Difícil convivencia ·
Un proyecto interreligioso «de interés social» pide a Jérez del Marquesado que deniegue la licencia a una granja en un terreno colindanteLunes, 29 de agosto 2022, 00:14
Hace falta mucha, mucha concentración para escuchar la «silenciosa voz interior de la conciencia» justo al lado de 750 cerdas y 2.600 lechones chillando. ... Cuando uno se imagina un «espacio de encuentro y convivencia sanadora» entre diferentes espiritualidades no piensa, la verdad, en las cercanías de una cochiquera: es dudoso que el penetrante olor de cientos de marranos y sus excrementos invite a reflexionar sobre la paz.
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La Fundación Centro Persona y Justicia no planeaba vivir puerta con puerta con una piara de marranos cuando diseñó su modelo «holístico e integrador para el cuidado de la vida» o su «casa de formación, silencio y justicia» en Jérez del Marquesado, una tranquila localidad de menos de mil habitantes. Esta entidad interespiritual sin ánimo de lucro, a cuyo patronato pertenecen cristianos, musulmanes, judíos, budistas y agnósticos, persigue ideales tan elevados como el diálogo entre culturas, la transformación agroecológica y la justicia social, pero también tiene proyectos más terrenales.
En concreto, sobre un terreno abandonado de 85.000 metros cuadrados que compraron hace tres años con las donaciones de 105 colaboradores. La mayor parte del suelo se dedicará a distintos cultivos agrícolas –ya hay plantados medio millar de árboles frutales y está construida la valla perimetral, la balsa y el sistema de riego– para restaurar el paisaje y generar riqueza. Por el momento, estos cultivos ya han creado 17 empleos temporales y uno fijo, afirma el jesuita Esteban Velázquez, miembro del patronato.
Además, hay proyectados un edificio como centro educativo y de meditación, otro con un alojamiento de unas 60 habitaciones y un camping con zonas de acampada y autocaravanas único en la zona. La idea es organizar actividades formativas, culturales y de naturaleza para dinamizar este rincón de la España Vacía. La fundación ha promovido en los últimos años varios encuentros en un hotel del pueblo, con temas como la despoblación, el papel de las mujeres rurales o la espiritualidad durante la pandemia, e invitados tan ilustres como la filósofa Adela Cortina, el exdirector de la Unesco Federico Mayor Zaragoza o la antropóloga feminista Yayo Herrero.
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El proyecto va por fases. El plan de actuación del camping y del centro de formación fue aprobado y declarado «de interés social» por unanimidad del pleno de la corporación municipal en septiembre de 2021. Esta primaverase presentó el plan básico de ambos equipamientos, trámite previo a la obtención de la licencia de obras. El alojamiento se realizará en una segunda fase.
Pero todos estos planes se pueden ir al traste si el gobierno local da luz verde a la granja porcina que una empresa de Lorca (Murcia) promueve en una parcela colindante a los terrenos de la fundación, a solo 38 metros. Se trata de una granja de cría, con espacio para 750 madres, 2.600 lechones y cuatro verracos.
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«Llegamos primero»
No se puede meditar con olor a cochino. «Ni meditar, ni nada –zanja Velázquez– ¿Cómo vamos a hacer actividades al aire libre? ¿Quién va a querer venir al camping?».
La fundación ha presentado ante el Ayuntamiento un recurso formal para que la administración municipal rechace la petición de Inversiones Galindo Carrillo, al considerarla incompatible con su proyecto.
'Nosotros llegamos primero', viene a ser el argumento de la fundación. «Como parte afectada, hemos pedido al Ayuntamiento que devuelva el proyecto de la granja a sus promotores, que no se ha discutido ni se ha aprobado en el pleno. Consideramos que sería ilegal puesto que perjudica a un proyecto previo ya existente», argumenta Velázquez.
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La fundación advirtió en un comunicado la semana pasada que si el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía –con competencias en turismo, medio ambiente y sanidad animal– dieran luz verde a los gorrinos estarían poniendo en riesgo «una inversión de más de un millón de euros y la creación de decenas de puestos de trabajo». Eso sí, la fundación no tiene un plan B porque, asegura Velázquez, ya ha realizado en la zona una inversión de más de 300.000 euros. No hay marcha atrás.
Granada se lleva la peor parte
El asesor legal de la fundación, José Antonio Cabrera, recuerda que la normativa que regula las áreas de acampada en Andalucía, recientemente reformada, establece la incompatibilidad de una explotación ganadera como la proyectada en las cercanías de un camping.
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El letrado considera que la argucia de los promotores de desempolvar la licencia de una antigua granja de conejos en esa misma finca –que compraron a un vecino hace unos meses– es absurda: primero, porque aquella explotación fue cerrada hace muchos años y segundo, porque los efectos medioambientales que genera la cunicultura están a años luz de los de la industria porcina.
No es solo la pestilencia o los gruñidos constantes. Cabrera recuerda que las granjas de marranos atraen insectos y generan grandes cantidades de residuos –los famosos purines– que, mal gestionados, pueden contaminar el suelo, los cauces de agua y los acuíferos subterráneos.
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El abogado, que también es miembro de Ecologistas en Acción y activo militante contra las macrogranjas porcinas, teme que esta explotación –que por el número de cabezas de ganado no se encuadraría en esa denominación– sea una pieza más del engranaje de la «mafia de la carne». Así, los lechones nacidos en la granja de madres, una vez alcanzados los 20 kilos de peso, serían trasladados a otra instalación, donde se completaría su engorde hasta los 100 kilos, ya listos para el matadero.
En esa maquinaria perfectamente engrasada y supertecnificada, denuncia Cabrera, nuestra provincia –con más de 300 explotaciones porcinas intensivas– juega un triste papel: los consumidores de Europa, Estados Unidos y China reciben la carne 'limpia' sin padecer las molestias de producirla, la industria agroalimentaria de Murcia se lleva los beneficios y Granada «se queda la mierda».
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Ni el alcalde de Jérez del Marquesado, José Ángel Pereda (PSOE), ni la empresa promotora de la granja, Inversiones Galindo Carrillo, han querido comentar la petición de la fundación. Fuentes del Ayuntamiento señalaron a IDEAL que el primer edil «no tiene nada que decir porque los proyectos aún se están tramitando». Por su parte, una portavoz de la empresa aseguró que su proyecto «se hará conforme a la legalidad» y acusó a la fundación de «mentir».
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