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Los operarios empezaron ayer a trabajar con los cables que tienen que soterrar. D. Q.

Unos cables paralizan tres meses las obras de una rotonda de Dúrcal

En el polígono El Romeral aseguran que están perdiendo dinero con esta situación, que el Ayuntamiento prevé que acabe pronto

Diego Quero

GRANADA

Miércoles, 31 de octubre 2018, 14:08

A mediados de agosto levantaron los arcenes de la carretera, las futuras entradas y salidas de la rotonda y perimetraron la zona con vallas y ... señales de advertencia. Estuvieron trabajando tres o cuatro días, para después dejar la zona como se puede ver hoy, es decir, a medias. Es el testimonio de varios propietarios y empleados de negocios que tienen su medio de vida en el polígono El Romeral, situado en la carretera que une Dúrcal con Padul, muy cerca de la pedanía de Marchena.

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En esta zona había dos medias rotondas, que no influían en el tránsito de la N-323a, la antigua carretera nacional, y que daba acceso a los distintos negocios que existen en este lugar. Hasta hace tres meses, fecha en la que el Ayuntamiento de Dúrcal comenzó con las obras que darían un nuevo acceso a la gasolinera y mejoraría el servicio que ya daba esta infraestructura. El problema fue cuando hubo que soterrar los cables de telefonía, que van desde un poste de madera a otro en paralelo a la carretera. Entonces hubo que continuar la obra buscando las arquetas para que los cables fueran bajo tierra, aunque los operarios que ejecutan la obra no pueden tocar esos cables, ya que la responsable de hacer cualquier modificación es Telefonica. Esta es la que subcontrata a una empresa que llegó ayer a la zona y se puso a trabajar para tener el cableado bajo tierra cuanto antes, y esperan que esto sea antes de que termine esta semana.

Atrapados en mitad de este cruce de cables y vías están los propietarios y empleados de los negocios del polígono El Romeral, que han visto como sus ganancias se han visto afectadas en estos meses. En la cafetería de un restaurante cercano llamaba ayer la atención ver sólo a una persona desayunando, a pesar de ser este un sitio de paso y con buena fama en la zona. La dueña de este local explica la situación que llevan sufriendo desde agosto: «Antes tenía la cafetería llena, ahora los conductores pasan de largo porque no saben cómo entrar en el aparcamiento». Actualmente, quien venga de Padul tiene que cambiar de dirección en Marchena, por lo que los hay que pasan de largo cuando antes paraban. «Las obras han hecho mucho daño a todos los negocios, los coches tienen problemas para entrar y otros no saben donde pueden dar la vuelta y encima no nos han dado ninguna previsión», se lamenta la propietaria del restaurante.

Mirando como trabajan los operarios de la subcontrata de Telefonica estaba ayer Javier, con la tienda en la que trabaja paralizada porque le habían quitado momentáneamente internet para empezar a soterrar los cables. Al bajón de clientes Javier añade la peligrosidad de este tramo ya bastante complicado de por sí, una vía de doble sentido con un asfalto que no está en su mejor momento. El empleado de esta tienda cuenta como ve maniobras peligrosas todos los días, coches que entran en otro sentido o camiones que no respetan la señalización. «Es una locura, algún día va a ocurrir una desgracia», explica Javier. El sentir es el mismo en otros locales de la zona, que se quejan de la poca previsión a la hora de empezar la obra. Cruzando la carretera sólo hay un establecimiento. Una gasolinera que lleva varias décadas en funcionamiento y a la que sólo se puede acceder si los conductores vienen desde Padul. La línea continua de la vía imposibilita poder repostar si se llega desde Dúrcal. Este será uno de los problemas que solucione la nueva rotonda, ya que está previsto que tenga un vial que comunique con la estación de servicio. Los propietarios de la gasolinera admiten la molestia de las obras, aunque reconocen que no han notado demasiado el descenso de clientela porque sus clientes no han podido acceder nunca desde Dúrcal, por lo que prácticamente siguen igual.

Para diciembre, arreglado

Por su parte, la alcaldesa de Dúrcal, Antonia Fernández quiso ayer calmar a los vecinos afectados por estas obras. «Tenían que quitar los cables y como eso depende de Telefonica, pues no se podía continuar con la obra», explicó Fernández. La regidora se mostraba ayer esperanzada de que el lunes, después de que haya terminado sus trabajos la subcontrata, se retomen las obras y se puedan finalizar en poco tiempo. De hecho, Fernández ponía ayer un mes como plazo para que se terminen los trabajos que se retomarán el lunes, siempre que la climatología permita seguir con las obras. En ese caso, será en el mes de diciembre cuando El Romeral pueda volver de nuevo a su ansiada rutina.

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