R. V.

El minúsculo Postigo del Pan de Capileira se convierte en atractivo turístico

En otros tiempos el ventanuco sirvió para despachar las hogazas de pan tierno y casero elaborado en un horno alimentado con leña recogida en el Barranco de Poqueira

Viernes, 1 de noviembre 2019, 13:15

Una de las ventanas más antiguas y pequeñas de España, de un solo postigo, se encuentra en La Alpujarra, concretamente en el municipio de Capileira, ... declarado uno de los pueblos más bonitos de España. Capileira, llena de historia, leyendas, cultura, tradiciones y curiosidades conserva entre sus muchas maravillas una minúscula ventanilla de madera que en otros tiempos sirvió para despachar el pan de una tahona moruna. A la ventanilla se le conoce como el 'Postigo del Pan'. La vivienda, que perteneció a Concha 'La panadera', ahora es de otra persona. Por el hueco del ventanuco solo cabe un pan grande pero de perfil.

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La casa que albergó la panadería da a dos calles y alturas. En la parte baja de una calle se encuentra la puerta principal y en la otra alta 'El Postigo del Pan'. Este lugar es uno de los más visitados y fotografiados de la comarca de La Alpujarra. En otros tiempos la mayoría de la gente cambiaba el pan por trigo o harina. Existían más tahonas en Capileira. Todas muy buenas y afamadas. En el Barranco de Poqueira, en Capileira, Bubión y Pampaneira, existieron varios molinos de grano accionados por la fuerza del agua. Muchas mujeres de Capileira solían acudir a las tahonas para amasar el pan a mano para toda la semana. Las hogazas eran guardadas, principalmente, en orzas de barro con tapadera de madera y en talegas. Los hornos eran alimentados con leña. En la actualidad existen dos tahonas muy afamadas.

Antiguamente, en el siglo XVI, según el recordado profesor, escritor, historiador e investigador de Lobras, Faustino Rodríguez Monteoliva, existieron muchos molinos de pan y aceite en La Alpujarra. La Taha de Órgiva tenía 22 molinos; la Taha de Poqueira 8; la Taha de Ferreira 24; la Taha de Juviles 52; y la Taha de Ugíjar 48. En Cádiar existe un molino de grano que funciona cuando la gente va a verlo y pertenece al entrañable Domingo 'El molinero'. El molino consta de tres partes situadas a tres alturas: el agua, su conducción y el salto; las muelas, o piedras de moler y los mecanismos.

También en Capileira y otros pueblos, aldeas y cortijadas de La Alpujarra existieron muchos hornos morunos. En algunos lugares los agricultores cambiaban su haz de leña por una hogaza de dos libras. El trabajo de panadero era duro. Comenzaba con la cernidura, con la separación del salvado de la harina mediante el cedazo. Después era necesario hacer crecer la masa: para ello se mezclaba un poco de harina con agua tibia hasta obtener una bola de pasta que se dejaba reposar e hinchar en un recipiente cerrado durante toda la noche para obtener la levadura madre que, mezclada en la artesa de madera con una cantidad de harina y agua hacía crecer toda la masa. Después, una vez calentado el horno de leña, se introducían los panes para cocerlos.

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