La Alpujarra se ha convertido en una de las comarcas de Granada con mayor despoblación
El éxodo a otras poblaciones para poder prosperar sus habitantes, dedicados a la agricultura, comenzó en los años sesenta del pasado siglo a tierras de Almería, Cataluña, Francia, Alemania y otros lugares
Jueves, 19 de noviembre 2020, 15:54
Muchos lugares de La Alpujarra se han despoblado y otros han perdido mucha población. Bargís, Fregenite, Olías, Mecina Tedel, Cojáyar, Tímar, Los Montoros, Las Canteras, ... Los Ruíces, Turón, Nieles, Murtas, Cástaras, Tímar, Lobras, Capilerilla, Almegíjar, Cástaras, Nieles, Juviles, Bayacas, Alcázar de Venus, La Rambla del Banco, Cáñar, Alfondón, Narila, Rubite, Lújar, Polopos, Sorvilán, Júbar, El Golco, Yegen, Mairena, Atalbéitar y otros lugares han perdido población. Los que más han perdido población han sido Fregenite, Olías Bargís, Capilerilla y Alcázar de Venus. Algunos pueblos de La Alpujarra han perdido el 85% de su población. Esta comarca, donde se van silenciando algunos pueblos, no es una excepción en España.
Publicidad
Muchas cortijadas y cortijos situados en la Sierra de la Contraviesa alpujarreña han quedado abandonados y desamparados. Algunas personas que practican senderismo por La Alpujarra contemplan en algunas zonas ruina y abandono. Son lugares de silencio. El éxodo que comenzó en los años sesenta del pasado siglo acabó casi del todo con una cultura rural milenaria. Pueblos y aldeas casi sin vida, sin voces, sin niños y sin amores.
Algunos habitantes siguen residiendo y resistiendo el la tierra que le vio nacer, crecer y padecer. Algunos ancianos están convencidos que saldrán de sus casas algún día pero con los pies por delante camino del cementerio. Hace 60 años comenzó la decadencia en muchos pueblos de La Alpujarra. Los motivos fueron varios: falta de servicios, crisis económica, envejecimiento de la población, falta de trabajo, pésimos accesos y jornales, aislamiento, etcétera.
Muchos lugares de La Alpujarra están sucumbiendo con el paso del tiempo al abandono y el olvido. En algunos pueblos existe más ganado, perros y gatos que habitantes. La despoblación en La Alpujarra es un problema real para la población rural. En muchos lugares de La Alpujarra se respira tranquilidad, demasiada tranquilidad. Cuesta ver a alguien por algunas calles y hasta los perros se muestran esquivos ante las personas que practican senderismo y cruza su territorio. Pueblos, pedanías y aldeas fantasma, deshabitadas, sin niños y sin vida. La Alpujarra se está quedando sola año tras año. Es verdad que se ha hecho muy famosa gracias a sus encantos pero no todo el mundo vive del turismo. A muchos agricultores y ganaderos en vez de ayudarlos, los 'machacan' con multas, nuevas normas y prohibiciones. Algunas personas de fuera han cambiado su vida de trabajo y también de aire en La Alpujarra.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión