R. V.

Alfornón se entrega a sus tradiciones tras terminar la recogida y prensado de la uva

La última comilona, a base de migas de sémola acompañadas con engañifa y elaboradas por José Ramón Moreno, ha sido en el bajo de la casa del joven agricultor Fermín López

Jueves, 15 de octubre 2020, 09:28

En el pueblecito alpujarreño de Alfornón, desde tiempos inmemoriales, suelen juntarse a almorzar varios vecinos cuando uno de ellos ha terminado la recogida y el ... pisado de la uva para hacer vino. El cocinero José Ramón Moreno Carrillo, de 69 años, se encarga de preparar las viandas, principalmente, migas de sémola con pimientos fritos, pipirrana, longaniza, morcilla y sardinas y boquerones asados. El pan casero se encarga de traerlo Paco de la tahona de Gonzalo situada en la localidad de Rubite. La última comilona se ha celebrado en el bajo de la casa de Fermín López, el único vecino del pueblo que tiene dos mulos para trabajar en el campo. Dentro de unos meses esta entrañable y admirable persona será padre por primera vez. El vino de Fermín López es formidable y fabuloso, según los entendidos.

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«Al almuerzo en la casa de Fermín han acudido mi cuñado Agustín, que reside en Barcelona, mi hermana Juana; mi mujer Mónica, mi hijo José David y un servidor. El perrillo de Fermín también ha estado presente en esta reunión. En otros tiempos mi pueblo de Alfornón, que depende del municipio de Sorvilán, tuvo sobre medio millar de habitantes y ahora viven en este lugar de manera continua sobre medio centenar de personas. Cuando yo estaba en la escuela daban clase 140 niños y niñas. Las casas eran pequeñas pero vivían en ellas muchas personas. Alfornón tuvo tabernillas y tiendecillas de todo un poco, destilerías, muchas bodegas familiares, almazara, molino, pastores, etcétera. Antonio Cervilla, más conocido por Antonio 'Los Peñones' fabricaba cubas y toneles», recuerda José Ramón Moreno.

También, y según Moreno, «hubo en Alfornón un zapatero. El médico venía de Sorvilán a ver a los enfermos. Había que ir a por él con un mulo para traerlo subido. Yo he conocido Alfornón sin carretera. Teníamos que ir andando a El Haza del Lino para coger la Alsina (el bus). Cuando yo era niño había dos panaderos. En mi pueblo se van perdiendo las viñas y sus dueños. Aquí lo pasamos fenomenal los pocos que vamos quedando, muy tranquilamente. Esperamos que el coronavirus desaparezca pronto. Yo trabajé en una cocina en Barcelona y allí es donde me enseñé. Aquí es también muy típico el puchero de garbanzos, patatas, espinazo de cerdo y verdura del tiempo. En Alfornón existe una tienda de comestibles, la de Lola, que también surte a Sorvilán porque se ha quedado sin comercio. El pescado se lo compramos a un pescadero que viene dos veces a la semana de Torvizcón. El pan lo trae nuestro vecino Paco todos los días de Rubite, de la panadería de Gonzalo», terminó diciendo.

Alfornón, situado a 900 metros de altitud sobre el muy cercano mar, fue fundado por los berebéres en el siglo XIV. En 1571, tras la expulsión de los moriscos llegaron familias para repoblar Alfornón de León, Galicia, Asturias y Castilla. Eso pasó en otros lugares de La Alpujarra. Alfornón se convirtió en uno de los mayores exportadores de vino. Sus principales compradores procedían de Málaga y Jerez. Sus licores eran también muy solicitados. Durante muchos años, el trabajo infantil fue un elemento más de supervivencia en esta zona. Desde temprana edad el niño asumía responsabilidades de adulto. En las casas se criaban cerdos, conejos, cabras, gallinas y pavos. Solía haber muchos perros y gatos. Las mujeres bordaban en tul. Se cultivaban moreras. La banda de música acudía de Cádiar a las fiestas. Mucha gente practicaba la caza. Existían muchos mulos. Los animales eran parte del paisaje. Su necesidad para las faenas del campo era total. A principios de los años sesenta del pasado siglo Alfornón se fue despoblando. Una de las fiestas más singulares de Alfornón es el Día de la Rosca (26 de diciembre). San Roque es su patrón.

Alfornón, Los Yesos y Melicena pertenecen al municipio de Sorvilán. Su extensión es de 34,53 kilómetros cuadrados. Su término empieza el la Sierra de la Contraviesa y acaba en el mar. Las gentes de estas tierras son maravillosas. La alcaldesa de Sorvilán es Pilar Sánchez.

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