La aldea de Granada donde viven más gatos que personas

Latifa Moutaouakil explica a IDEAL que la castración se ha llevado a cabo durante el puente gracias a la ayuda económica de fundaciones de Alemania y Francia, gracias a la petición de la veterinaria Anna Esipova, de la Clinica Granavet. Un equipo de Granada se desplazó durante estos primeros días de mayo a la aldea para realizar el método CER -castración, esterilización y retorno- y también se les desparasitó. Además, una de las gatas dio a luz a más felinos en la propia clínica. «Ya están controlados y no van a reproducirse, también se castró a un perro que siempre cuidaba de los gatos», añade Latifa.

Ahora, la asociación pide ayuda para que les sigan alimentando. Cualquiera que acuda a la aldea puede llevar sacos de pienso, puesto que en un mes se acaban las provisiones. En la zona hay cuatro alimentadores -personas que se encargan de darles comida-, pero no es suficiente. En ocasiones, explica Latifa, se colocan detrás de las puertas de los pocos vecinos que hay esperando a que les den algo. «No hay colonias de gatos cerca, así que estos animales han nacido ahí y van a morir ahí, no van a buscar alimento a ningún lado», indica. Para la castración ha colaborado el refugio de Sierra Nevada, la Asociación por patas, la Clínica Granavet, Colonias Felinas Cúllar Vega y Pinos Puente, y dos voluntarias de Gójar, Conchi y Mari Luz.

La Rambla del Agua, que llegó a contar a finales del S. XIX y principios del S. XX en que alcanzó su máximo apogeo con casi 500 habitantes, comenzó su despoblación en los años 50 del pasado siglo, aunque fue en los 60 cuando sufrió una masiva despoblación, quedando totalmente abandonado el pueblo. Así lo explica el Proyecto Sierra de Baza, que indica cómo la aldea ha sido recuperada «de forma integral por sus vecinos, con el progresivo retorno de sus emigrados», por lo que hay población «todo el año», especialmente personas jubiladas.