Los secretos de Cázulas
Bosques de boj, pequeñas florecillas carnívoras, endemismos de tierras semiáridas, aves y mamíferos, habitan las cerradas de Otívar
Juan Enrique Gómez
Viernes, 24 de julio 2015, 01:59
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Al pie de paredes verticales de mármoles alpujárrides, entre lentiscos y cornicabras, aparecen densas formaciones vegetales de hojas gruesas y verde intenso. Son plantas de ... boj que crecen hasta crear verdaderos bosquetes, islas ecológicas presididas por una especie: Buxus balearica, que junto a las aguas del río Verde, entre las rocas de la cerrada de Cázulas, mantiene una de sus escasísimas poblaciones. Es parte de las joyas del Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, de un territorio único en el que la naturaleza aún puede deparar sorpresas.
Aguas abajo de los rápidos y cortados donde el barranquismo se ha convertido en práctica habitual, no siempre sostenible ni respetuosa con los valores naturales de los cauces de montaña, el río Verde baja hacia las ramblas de la Sexi fenicia. Camina entre vaguadas, desfiladeros y remansos. Lo hace sobre un sustrato de materiales geológicos alpujárrides, propios de las tierras emergidas junto a las sierras béticas, y dolomías, habituales en zonas como las arenas del Trevenque, Dúrcal y Padul. Suelos en muchos casos permeables y calcáreos que permiten la filtración de agua y su reaparición a través de travertinos con múltiples y caprichosas formas que, para el hidrogeólogo, Antonio Castillo, son parte fundamental del atractivo natural de algunos de los espacios naturales más bellos de la provincia de Granada. Tras la llamada Junta de los Ríos, en el curso medio del río Verde, aparece un estrecho paraje entre dos grandes cortados de paredes verticales, un lugar donde se desvelan parte de los secretos de la biodiversidad de Cázulas, un espacio que científicamente posee su particular denominación fitogeográfica, la unidad Cazulense, que ocupa esta sierra y la cuenca del río, en la que se suceden espacios con dos pisos bioclimáticos, termo y mesomediterráneos subúmedos, que permiten la supervivencia de especies como el boj y otras tan características de esta zona como la Erica multiflora; una pequeña planta de bellas florecillas azules, Pinguicola vallisneriifolia, muy escasa, que tiene la particularidad de ser carnívora, como su pariente de las altas cumbres de Sierra Nevada, Pinguicola nevadensis. También crece una muy rara subespecie del tomillo granadino (Thymus granatensis subsp. micranthus) y es posible encontrar, en zonas áridas, Anthyllis tejediensis, un endemismo de este parque.
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