La otra procesión de la Virgen de las Angustias: peregrinos con devoción

Movidos por una promesa o una historia difícil en su vida, por una tradición de muchos años iniciada por sus mayores o recién incorporados a esta cita ineludible para estos pueblos, lo cierto es que estas peregrinaciones a pie a la Basílica dejaron escenas muy emotivas por la demostración de fe, de respeto y amor por la Virgen.

Verdaderamente impactante ver la puerta de la Basílica esta madrugada repleta de peregrinos, justo antes de la primera Eucaristía de las 06:00 horas, deseosos de ver a la Patrona y su exorno floral recién colocado. Horas antes, los miembros de la Hermandad ya habían recibido a lo largo de la noche a pequeños grupos de Jayena, Murchas del Valle de Lecrin o Albolote.

Cuando se abrieron las puertas del templo una multitud procedente de Escúzar, Arenas del Rey, La Malaha, Fornes y Güéjar Sierra, entre otros, rodeaban la Virgen para escuchar la primera de las misas.

En cuanto a los grupos, las distancias, dificultad del recorrido y rutas escogidas han sido de lo más variadas. Tres de los peregrinos llegaban en la tarde de ayer procedentes de La Peza, a través de la ruta mozárabe, pero otros, como fue el caso de los 110 peregrinos que formaron el grupo de Albuñol, Albondón y La Rábita se unían en la madrugada del viernes para emprender toda una etapa de dos días de caminata para llegar a las siete de la tarde de ayer sábado a los pies de la Virgen. En su inmensa mayoría jóvenes, a los que no les importó el frío, la noche, la lluvia o el cansancio para encontrarse con la meta más bonita y soñada, que era la Virgen. Muy cariñosa y aplaudida fue su llegada a la basílica por la Carrera de la Virgen para ser recibidos en la puerta del templo por la Hermandad Patronal y por el párroco de la basílica, Blas Gordo, desde el altar para dirigirles unas palabras de bienvenida, rezar con ellos e impartirles la bendición.

El grupo de Albuñol fue el más numeroso de cuántos coronaron el templo, pero no el único.

Otros muchos desfilaron a lo largo de la tarde del sábado y en la madrugada del domingo para protagonizar momentos de recogimiento sentados en los bancos delanteros, hacerse una foto para el recuerdo o demostrar su alegría por regresar a casa con la misión cumplida.