Ponentes piden control y educación para el buen uso de las tecnologías en los menores
Una mesa redonda, organizada por Concapa, aborda los retos a los que se enfrentan hoy padres y docentes sobre la formación de sus hijos y alumnos
Que el control y buen uso de las nuevas tecnologías en los menores es una de las tareas pendientes en educación no es algo nuevo. ... La irrupción de los teléfonos móviles en sus vidas en los últimos años lo pone de manifiesto. Con esta idea inicial comenzó ayer el encuentro informativo organizado por la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa) en el claustro de la iglesia de San Justo y Pastor, que acogió la mesa redonda 'Educación 24.0: tarea de todos', en la que participaron el entrenador del Covirán Granada, Pablo Pin; el portavoz del equipo de gobierno de la ciudad y de Educación en el Parlamento, Jorge Saavedra; el director de IDEAL, Quico Chirino, e Inmaculada Guerrero, directora del Centro de Educación Especial de la Purísima Concepción.
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La reflexión sobre las necesidades educativas de los niños y la importancia del papel que desempeñan padres y docentes fue el principal hilo conductor de un debate que estuvo moderado por el periodista y docente de primaria Pedro Pablo López. Las dudas de los ponentes como progenitores acerca de la educación de sus hijos sentaron las bases que dieron paso al diálogo acerca de las limitaciones, la autoridad, la disciplina y la irrupción de las nuevas tecnologías en el desarrollo de los niños y adolescentes.
El control sobre el uso del teléfono móvil en los menores y sus padres fue uno de los temas estrella. Jorge Saavedra arrancó la charla con la importancia de la limitación en el uso de estos dispositivos, una medida con la que cuentan en los centros educativos desde el mes de diciembre y que, tal y como recalcó el portavoz del gobierno municipal, «ha servido para favorecer la concentración en las aulas».
«Antes salíamos a jugar. Ahora los niños tienen sus horarios repletos de actividades extraescolares»
Pablo Pin
Entrenador del Covirán Granada
Las cuestiones sobre a qué edad un niño debe tener acceso a un móvil y las fórmulas que deben seguir los progenitores para controlar aquello que consumen dio paso a la intervención de Quico Chirino, que animó a reflexionar sobre los aspectos positivos y negativos de las nuevas tecnologías y sobre cómo estas pueden fomentar el pensamiento, pero también destruirlo.
Chirino destacó las oportunidades que estos dispositivos abren en el consumo de información con el objetivo de que los usuarios sean «personas críticas que puedan pensar por sí mismas», siempre que se haga de ellos un uso adecuado. «Esto solo se puede enseñar con la comunicación como materia troncal en los institutos», afirmó. No obstante, los participantes insistieron en la labor de despertar la curiosidad en los menores, una tarea difícil a la que se enfrentan los docentes en su día a día y que cada vez, expresaron, se ve más mermada.
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«Un buen uso de las nuevas tecnologías solo se puede conseguir conla comunicación como materia troncal»
Quico Chirino
Director de IDEAL
Además de medidas para limitar este acceso a móviles, los ponentes también hablaron de las libertades fundamentales en su uso como una herramienta positiva en educación y formación por las oportunidades que ofrecen en la educación.
La directora del Centro de Educación Especial de la Purísima Concepción, Inmaculada Guerrero, incidió en la importancia de determinar cómo los dispositivos móviles afectan al control de la propia vida, a la forma que tenemos de relacionarnos con los demás y en la interacción con la sociedad. Tal y como puntualizó Chirino, esta irrupción de los móviles en el día a día de las personas es lo que hará que en 10 años pueda haber datos sobre las adicciones a este dispositivo por una práctica cada vez más frecuente.
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«Rapidez»
El entrenador del Covirán Granada también tuvo la oportunidad de añadir los grandes cambios que se han experimentado en la educación en las últimas décadas. Además de la inclusión de las nuevas tecnologías y la inmediatez en el acceso a la información, Pin insistió en cómo el día a día de los menores se ha transformado hasta el punto de que estos carecen de tiempo real para tareas tan simples como jugar. «Antes íbamos al colegio por las tardes a jugar. Ahora los niños tienen sus horarios repletos de actividades extraescolares», dijo el entrenador. Esta visión estuvo apoyada por el resto de ponentes, que sacaron a la luz la «rapidez» con la que vive la sociedad actual, una característica que afecta directamente al crecimiento de sus hijos.
«Vivimos con ansiedad constante de que no llegamos o de que no les damos aquello que es lo mejor a nuestros hijos», señaló Inmaculada Guerrero. Esa rapidez, unida a las jornadas laborales de los padres, hicieron que los ponentes centrasen su atención en el problema al que reconocen que ellos mismos se enfrentan como progenitores. Dedicados cada uno a sus profesiones, explicaron cómo la vida en la nueva sociedad y las jornadas laborales no concilian todo lo que deberían con la vida familiar, lo que hace que tengan que estar en continua adaptación para la dedicación a sus hijos.
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«No podemos exigir a nuestros hijos que sean perfectos, al igual que tampoco nos lo podemos pedir a nosotros mismos»
Inmaculada Guerrero
Directora del Centro de Educación Especial Purísima Concepción
Otro de los aspectos que mencionó Pablo Pin fue la labor de los padres a la hora de enseñar a sus hijos a gestionar el fracaso para entender que el «éxito llega siempre después de diversos fracasos». «Hay que aprender que la disciplina no es algo negativo», aseguró Pin.
Para la consecución de un objetivo, señalaron la importancia de fijar unas metas y trabajar con disciplina, pero siempre con conocimiento de las limitaciones de cada niño. «No podemos exigir a nuestros hijos que sean perfectos, al igual que tampoco nos lo podemos pedir a nosotros mismos como padres», indicó Guerrero, secundada por el resto de ponentes. Exigencias «con límites» porque tratan con personas, no con máquinas.
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Barreras
A la tarea de la educación como una simbiosis entre padres y docentes, Jorge Saavedra aclaró que también se deben establecer barreras entre estos dos ámbitos para tener conciencia sobre las funciones que tienen cada uno de ellos.
«Hay que establecer límites entre las funciones de los padres y los docentes en sus ámbitos correspondientes»
Jorge Saavedra
Portavoz del gobierno municipal en Granada
La mención sobre el trato humano, la socialización en un entorno cada vez más inhumano y aislado por las nuevas tecnologías también tuvo cabida en un encuentro informativo marcado por la reflexión sobre el pasado y las transformaciones que han marcado las etapas educativas. Las lecciones tienen ahora una base tecnológica que se aprecia en las aulas y en las formas de proceder de los maestros.
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«Tarea de todos»
Los ponentes finalizaron el encuentro compartiendo un mismo lema: «La educación es tarea de todos». Así lo corroboró Jorge Saavedra, que insistió en cómo esta implicación aumenta cuando uno es padre. Inmaculada Guerrero insistió en que esta tarea pasa por la participación personal, mientras que Pablo Pin animó a recuperar la unión en las administraciones para estructurar la educación en un mismo eje.
Quico Chirino cerró el debate con la reflexión de que los niños nacen «formateados»: «Si de verdad los padres creen que los niños de ahora son peores a lo que ellos fueron, quizás debemos plantearnos si los que han fallado no son los niños, sino los padres».
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El ejemplo de los padres, doble cara de una misma moneda
Los hábitos de los padres parecen funcionar en los menores como la doble cara de una misma moneda. Los participantes destacaron en el encuentro informativo aquello que los progenitores transmiten a sus hijos. Estos son ejemplo de lo bueno y lo malo. Nace ahí la importancia que infundir hábitos que sean positivos, pero sin llegar a la «ansiedad» que domina el día a día de muchos padres. «Practicar deporte, leer, interesarse por la música y la cultura es algo que todos hemos visto en cierta medida en nuestras casas», determinó el portavoz del gobierno municipal, Jorge Saavedra, que también insistió en la importancia de inculcar estos hábitos ya no solo por disciplina, sino también por diversión. La directora del Centro de Educación Especial de la Purísima Concepción, Inmaculada Guerrero, señaló el aspecto negativo de transmitir esa presión y autoexigencia con la que muchas veces conviven los progenitores, ya que los menores «funcionan como esponjas de lo bueno y lo malo». El director de IDEAL, Quico Chirino, recordó que un niño «no necesariamente» tiene que imitar a sus padres. «No somos ejemplo de todo, pero sí que nuestros hijos perciben todo lo que le transmitimos acerca de una afición o una práctica», sentenció Guerrero.
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