La plantilla de la cárcel de Albolote está libre de coronavirus

El equipo médico de la cárcel ha terminado la primera parte de la ofensiva que inició a finales del pasado mes de abril, en pleno confinamiento puro y duro, para impedir el paso al patógeno y la ha concluido con éxito: la plantilla del penal (además de los funcionarios, el personal de mantenimiento o limpieza, etc) está libre de la Covid-19. Es lo que dicen las más de 500 pruebas serológicas (análisis de sangre) que han realizado los sanitarios en colaboración con el laboratorio del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de la capital, sin cuya participación hubiese sido prácticamente imposible llevar a cabo el estudio, según precisa Joaquín Antón Basanta, uno de los cinco médicos que forman parte del equipo sanitario de la penitenciaría, que también incluye a una decena de enfermeros, cuatro auxiliares y un farmacéutico.

De hecho, ninguna otra prisión andaluza ha afrontado todavía un desafío de esa magnitud.

De las más de 500 pruebas, menos del 10% apuntaron a la posibilidad de que la persona en cuestión pudiera tener una infección activa, pero esa eventualidad quedó descartada con los exámenes posteriores. «La verdad es que estamos muy contentos. No hay ningún caso activo entre los funcionarios ni entre los trabajadores», explica Joaquín Antón Basanta.

En cuanto a los internos, los resultados también son prometedores. «Hemos hecho 240 test rápidos y solo hubo un positivo que ya está curado. No podemos quejarnos», dice el galeno de Albolote, que en las próximas semanas prevé extender las pruebas al resto de los más de 1.300 presos de la cárcel granadina, la tercera con más población reclusa de España, según el último informe del Defensor del Pueblo.

Pese a los alentadores resultados, el equipo sanitario del centro penitenciario granadino no canta victoria. En realidad, creen que ahora viene lo más complicado. A partir del próximo lunes, los internos que residan en la provincia podrán empezar a disfrutar de permisos para salir al exterior, lo que, evidentemente, entraña un mayor riesgo de contagio. «También es verdad que la presencia del virus en la calle tras el confinamiento es menor, pero el peligro está ahí. Vamos a seguir muy atentos para prevenir posibles brotes», razona Joaquín Antón Basanta.

En este sentido, los presos deberán someterse a una cuarentena de una semana cuando regresen del permiso y también se les hará un test rápido para garantizar la seguridad lo más posible.

También este lunes que viene los reclusos de Albolote podrán recibir visitas de sus familiares (dos por interno), siempre que estos vivan en Granada y los encuentros se desarrollarán con barreras de cristal.

De otro lado, el doctor Joaquín Antón Basanta está convencido de que la crisis de la Covid-19 va a ser clave para impulsar la telemedicina en los centros penitenciarios. «Creo que tenemos que fijarnos en los elementos positivos de la pandemia y este es uno de ellos. Nosotros ya hemos empezado a ensayar este tipo de consultas a distancia y pensamos que, salvo casos urgentes que requieran una intervención presencial, es el futuro. Es bueno también para el interno, que no tiene que salir del centro esposado con todo lo que eso significa», detalla el galeno, que añade que las salidas hospitalarias se han seguido produciendo durante la cuarentena, pero en menor número.