Los pequeños exploradores de la Alhambra
Las actividades infantiles en el monumento no solo buscan educar, sino que crean vínculos duraderos con el patrimonio a través de canciones, juegos y mucha imaginación
Nerea Arcos
Viernes, 26 de julio 2024, 00:16
Niños y niñas de todo el mundo se convierten en exploradores de la Alhambra durante una semana. Lo hacen en un campamento de verano donde ... los educadores guían a los pequeños a través de la pasión que comparten y quieren transmitir por Granada. Entre canciones y tarareos, los chicos completan un recorrido de tres horas por el monumento, descubriendo los lugares más recónditos mientras aprenden y crean un vínculo profundo con el patrimonio.
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«Queremos que la Alhambra esté siempre vinculada a sus ciudadanos aunque debido al turismo se aleja de los propios granadinos. Estas actividades de verano hacen que las familias aprendan a amar y respetar el patrimonio», explica María Calderón, coordinadora del campamento. Este año es la vigésima edición y debido a su éxito muchos niños repiten, incluso han creado una edición especial para que los veteranos entre 15 y 17 años que ya no cumplan la edad reglamentaría puedan acudir. Esta mágica experiencia consiste en la acogida de 90 niños durante cinco días de 09.00 a 15.00 horas, separados en grupos por edades complementarias de 7 a 12 años durante los meses de julio y agosto. Los niños del campamento pueden entrar a los lugares donde los turistas no. Esto hace la experiencia más íntima, ya que es diferente a una visita guiada. La magia está en descubrir nuevos lugares.
La Casa de la Mimbre es el espacio de bienvenida para los pequeños, un lugar «maravilloso» y aislado del bullicio del turismo. Allí les esperan biólogos, filólogos, expertos en medio ambiente o historiadores del arte como Liliana, una chica con mucha pasión que consigue transmitirles a través de la imaginación cómo sería la vida en la época nazarí, el día a día de los sultanes, los soldados y las personas que habitaban en esa pequeña ciudad dentro de otra más grande.
«La idea es enseñar a través de una narrativa de cuentos, canciones y pistas, vamos haciendo una didáctica dónde descubren y aprenden mediante la mirada, el olfato y el oído, es decir, por su propia experiencia. Somos entre narradores de historias y directores de orquesta», agrega Liliana durante el paseo con el grupo. A lo largo del camino se escuchan doce voces al unísono: «¡Las ardillas de chiribita, Pimienta, Ponga, Petanca y Pita, que todos lo repitan. Los cipreses de chiribita, el aljibe de chiribita, acueducto de chiribita, que todos lo repitan!», cantan los niños ilusionados. Hacen pequeñas paradas donde las educadoras les cuentan las historias más emocionantes y aprenden los elementos principales del tesoro nazarí.
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«Hacemos una didáctica dónde descubren y aprenden mediante la mirada, el olfato y el oído, por su experiencia»
También toman conciencia de la importancia del agua haciendo un puente temporal con la historia y el presente, conectando los conflictos del pasado con los actuales y poniendo soluciones, un momento en el que los pequeños aventureros trabajan los valores y el respeto por la naturaleza, el patrimonio y sus compañeros.
El duende Yinn
Mía y Umi son dos amigas que tienen siete y ocho años, vienen juntas a divertirse y aprender. «Lo que más nos gusta es el duende Yinn, siempre hace travesuras pero nos reímos mucho», explican las chicas. Uno de los personajes favoritos de los niños y niñas es este travieso personaje que les deja pistas y les acompaña durante toda la experiencia, un elemento identitario del campamento.
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Las programaciones se adaptan individualmente. Si el menor tiene alguna dificultad o si es su cumpleaños y quiere celebrarlo con sus compañeros, aunque se conozcan en cinco días, los pequeños tienen la habilidad de crear amistades y vínculos profundos en poco tiempo. El plan de los niños más grandes es aprender sobre ciencia con ayuda de la Alhambra, los secretos de la construcción de la misma, las torres que antes servían de observatorios astronómicos o aprender sobre el importante funcionamiento del agua y las acequias. La implicación de los padres es muy importante, así lo cuenta May, madre de una de las niñas del grupo de los pequeñitos:«Nos pareció muy interesante que nuestra hija aprendiera sobre la historia de Granada, todos los días vine muy ilusionada explicando lo que hacen durante la mañana».
Desde el campamento también ofrecen actividades dedicadas a las familias y pretenden que se impliquen en una alimentación sana, en protegerlos del sol y vestirlos con la ropa adecuada. Además del campamento, durante el periodo escolar participan junto a los colegios con itinerarios variados y diferentes modalidades. Ahora están trabajando en fomentar una labor colectiva, en septiembre trabajarán con personas en riesgo de exclusión social y colectivos que tienen diversidad funcional.Este mes estará dedicado a esas entidades que trabajan con colectivos en riesgo.
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Los pequeños exploradores continúan danzando en plena naturaleza por los albercones, las torres y murallas. Mediante la imaginación pintan las paredes y sueñan con una vida entre sultanes. «La Alhambra no son solo los leones, hay mucha magia por descubrir», concluyen.
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