El nuevo paso de peatones es utilizado a diario por cientos de personas. Blanca Rodríguez

El paso de peatones más deseado de Granada cobra vida

La reordenación del tráfico en la avenida de Madrid ha conseguido cumplir el sueño de todos los vecinos, que cruzan ahora sin peligro gracias a los semáforos

Domingo, 28 de septiembre 2025, 00:13

Teresa llega por la acera de la antigua Facultad de Medicina de la avenida de Madrid a la altura de la salida del túnel para ... vehículos que empieza al otro lado en Severo Ochoa. Por delante tiene cuatro carriles para cruzar, los dos laterales y los dos que salen del propio túnel. Ahora, en otoño del año 2025, para llegar caminando hasta la otra acera solamente tiene que pulsar un botón ubicado en el poste del semáforo. Al ratillo, el semáforo cambia a rojo, los automóviles que vienen por alguno de los cuatro carriles se detienen y Teresa cruza por el paso de peatones tan campante hasta el otro lado.

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¿Sencillo, verdad? Pues hasta ahora no lo era tanto. Hace algo más de dos décadas, en el año 2004, el equipo de gobierno municipal decidió construir un túnel –era una de las promesas electorales estrellas de su campaña–, entre la avenida Severo Ochoa y la de Madrid. El objetivo era aligerar el tráfico en 30.000 vehículos diarios.

Dos años después, en diciembre de 2006, el túnel estaba terminado y la promesa electoral cumplida. El paso subterráneo que liberaba el tráfico del nudo que comunica la avenida Severo Ochoa con la de Madrid y la Caleta fue inaugurado a bombo y platillo tras dos años de obras. Sin embargo, nadie pensó en los peatones, que quedaron aislados para cruzar de lado a lado la avenida de Madrid. De hecho, durante estas dos largas décadas cualquier peatón tenía tan solo dos opciones para cruzar. La primera, cerca del cruce con la avenida de la Constitución. La segunda, un par de centenares de metros más arriba, junto a la parroquia de San Isidro.

Sucedió entonces que el propio equipo de gobierno de entonces instaló vallas en las aceras para impedir el paso en la boca del túnel. Nada de esto impidió durante tantos años que los peatones se tomaran la molestia de cruzar a pie por el asfalto, esperaran en el filo de la salida de la boca del túnel y esquivaran vehículos hasta llegar al otro lado, para ahorrarse desplazarse metros arriba o abajo de la propia avenida de Madrid. Todo esto ya ha cambiado.

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La concejala Ana Agudo explica que se tomó la decisión de quitar la valla, instalar semáforos y señales de tráfico, y, por fin, pintar un paso de peatones tras el informe técnico realizado al calor de la reordenación general de toda la propia avenida de Madrid, que ha incluido además un cambio de sentido para permitir el acceso a la Circunvalación más directo por la avenida de Severo Ochoa.

La consecuencia es que los peatones que hasta hace poco cruzaban por este lugar, ciertamente un paso de cebra invisible, que no existía, con el consabido peligro,ahora cruzan con toda la seguridad posible gracias a esta decisión municipal. Han sido veinte años pero ahora el paso de peatones más deseado ha cobrado vida.

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