Álex, Pepi, su hijo Sergio y la pequeña Sara, ya en casa. IDEAL

Un parto a todo gas a las puertas del Materno en Granada: «Me salté los semáforos porque asomaba la cabeza»

Los granadinos Pepi y Álex tuvieron a su hija Sara de madrugada en la parte de atrás del coche justo a su llegada a las Urgencias del Virgen de las Nieves de la capital desde Jun

Miércoles, 12 de junio 2024, 00:01

Pepi y Álex jamás olvidarán el nacimiento de su pequeña Sara. Esta pareja granadina dio a luz a su segundo hijo a toda velocidad en ... la madrugada del pasado viernes al sábado. Viajaban en su coche rumbo al hospital después de que la madre rompiese aguas pocos minutos antes en la casa de la familia en Jun. Las contracciones eran fuertes y constantes, hasta el punto de que no dio tiempo ni a salir del habitáculo. La niña nació entre los asientos traseros a las puertas de las Urgencias del Virgen de las Nieves de Granada. Un parto exprés y a todo gas.

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Alrededor de media hora tardó Sara en venir al mundo. Aunque le había provocado alguna que otra contracción a su madre durante la tarde, no fue hasta la madrugada cuando decidió apurarse y hacerse notar. Pepi y Álex habían acudido al Materno Infantil de Granada varias horas antes, pero los mandaron para casa. El parto se antojaba tardío y aprovecharon para pasear y hasta cenar por el barrio de la Plaza de Toros antes de marcharse a Jun por su posición estratégica.

«Somos de Cenes de la Vega, pero decidimos quedarnos esa noche en casa de mis padres por cercanía. Las contracciones de Pepi eran leves y muy irregulares, así que no le asignaron habitación. Parecía que el nacimiento podía tardar, pero todo se precipitó más adelante», explica el padre a IDEAL. Sobre la 01.45 horas la madre rompió aguas. Las contracciones se intensificaron y apenas podía moverse. Con ayuda de Álex, se vistió y se montaron en el coche. Arrancaron e iniciaron la carrera de su vida.

«Vino mi padre con nosotros, que acababa de llegar a casa de trabajar, y salimos para el hospital. Mi mujer notaba que la niña venía y aún estábamos saliendo del pueblo. Íbamos por la Carretera de Alfacar y notaba la cabeza la fuera. Me salté todos los semáforos que pillé mientras mi padre vigilaba y me dirigía para no chocar con nadie», detalla acerca de su desplazamiento, que acabó frente a la entrada de las Urgencias del Virgen de las Nieves. «Frené en la puerta. Más que un viaje de urgencia, pareció un alunizaje», bromea.

Champán

Álex se bajó del coche, le abrió la puerta a Pepi y lo vio todo. Su hija estaba naciendo. Asistió a la madre como pudo para que terminase de parir en el minuto más largo de toda su vida. «Se me hizo un mundo porque le vi la cabeza y nadie nos podía ayudar. Gritaba '¡la niña ya está aquí!', pero los sanitarios de la entrada no me entendían. A los pocos segundos salió completamente del útero y empecé a pedir mantas para mantenerla en calor. Bajaron las matronas y se hicieron cargo por fin», rememora.

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Hace años la pareja había vivido una experiencia completamente distinta con su primer hijo. El nacimiento de Sergio se complicó más de lo habitual. Hubo que recurrir a la epidural para lograr extraer el bebé. En comparación, Pepi y Álex se quedan con el último parto. «Fue más rápido, como descorchar una botella de champán», valora el padre minutos antes de ir a recoger al hospital a su pareja y a su niña. «Les acaban de dar el alta. Nos vamos a casa», sentencia. Una recuperación exprés para un parto a toda velocidad.

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