Sierra Nevada. Los rebaños pastan a sus anchas. Pepe Marín

Campeonato del Mundo

París bien vale la experiencia de un joven pastor de Güéjar Sierra

Javier tiene 20 años, ha estudiado en la Escuela de Pastores de Andalucía y ha sido seleccionado para representar a España en Francia

Domingo, 19 de mayo 2024, 00:05

Javier tiene veinte años y va a dejar a finales de este mes de mayo las altas cumbres de Sierra Nevada y su Güéjar Sierra ... natal para competir en París. No, no se trata de un deportista que acude a los Juegos Olímpicos de este verano en la capital francesa. Javier Castro Miralles tiene un oficio tan ancestral como el de los antiguos atletas griegos. Es un pastor, y se ha formado en dos vertientes. Primero, porque de casta le viene al galgo y tanto su padre como su madre, José Manuel y Covadonga, son también pastores.

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Por otro lado, porque se ha formado en la Escuela de Pastores de Andalucía, una especialidad coordinada por el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa), y ha sido seleccionado para representar a España en el Campeonato Mundial de Jóvenes Pastores que organiza la red interprofesional del ovino francesa en diferentes sedes alrededor de Francia.

«Nos vamos a juntar jóvenes pastores de 22 países y les aportaré nuestra experiencia en ganadería extensiva»

De esta forma, las diferentes razas granadinas, las artes y tradiciones de Sierra Nevada, la fauna la flora y la experiencia de varias generaciones entrarán en contacto directo con jóvenes pastores que llegan a París desde 22 países diferentes con ganas de aprender y compartir.

El plan es bastante sencillo, pero interesante. Tras ser recibidas en París, las delegaciones de cada país iniciarán un viaje desde la Bergerie Nationale de Rambouillet a Limousin, Aveyron, Auvernia, Borgoña hasta volver a la región parisina, localizaciones donde se irán desarrollando cada una de las pruebas.

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«La gente de la ciudad viene a Sierra Nevadaa despejarse y yo a lo mejor voy a la ciudada despejarme»

Se configura como un concurso itinerante para descubrir la diversidad de la ganadería, entre cuyas pruebas se encuentran el esquilado de ovejas, el testeo de la condición de la salud de los animales o la conducción de un rebaño.

El reto está a la vuelta de la esquina, pero Javier está más que preparado. «Lo afronto con ilusión porque represento a España, aunque es algo que hace unos años no me lo esperaba».

–¿Estás nervioso?

–No, la verdad es que yo soy muy tranquilo. No me pongo nervioso de nada.

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–¿Qué esperas?

–Aprender, porque en cada zona hay diferente manejo del ganado y van personas de cuatro continentes diferentes y se va a juntar muchas formas de pastoreo.

–¿Hay alguna que te interese en especial?

–La ganadería extensiva. Tenemos los animales en extensivo los 365 días del año en pleno parque nacional de Sierra Nevada, y es el que nos interesa aprender. No hay mejor manera de tener animales, porque ni dependes de alimentación por pienso, que está muy caro hoy en día. Además, como controlamos los animales con GPS vía satélite y perros mastines, que los protegen, de las alimañas y el GPS los tiene localizados, tenemos una libertad que la mayoría de los ganaderos no tienen.

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–Es decir, que tenéis una doble libertad...

–Claro, no tenemos que guardar los animales, no tenemos que estar encima de ellos, no tenemos que reservar o guardar terreno, y luego está nuestra libertad de estar en el monte. Si queremos tener vida social, también podemos tenerla. (Su madre, Covadonga, interrumpe para afirmar que hay que venir todos los días. El padre añade que una vez que les quites las crías se van para los Lavaderos de la Reina y puedes estar unos días sin venir».

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Respecto al futuro, lo ve despejado como los cielos de SIerra Nevada en la tarde de esta primavera. «Claramente hay que modernizarse y hay que tener más conocimiento sobre el papel administrativo, porque las trabas son cada vez más complejas y complicadas y hay que tener conocimiento y prácticamente es doble trabajo, tanto ganadero como burocrático». Pero se ve en el la sierra toda su vida. «Claro, mi vida es el campo desde pequeño y lo tengo claro, voy a vivir del campo».

–¿No echas de menos la ciudad?

–Bueno, mis amigos, la mayoría, están en la ciudad y me gusta verlos de vez en cuando. La gente de ciudad viene a la Sierra a despejarse y yo a lo mejor voy a la ciudad a despejarme.

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