Una pareja denuncia ruido «excesivo» del súper de debajo de su casa

Los afectados, de cuya queja tiene conocimiento el establecimiento, han presentado distintos escritos y reclamaciones ante la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de este municipio granadino por ese ruido «excesivo» y «sumamente molesto». Sólo persiguen que se adopten todas las medidas necesarias que acaben con lo que tildan de «contaminación acústica». Reclaman que se insonorice bien el negocio. Han llegado a llamar a la Policía Local.

Desesperados ante este panorama, e indignados por el informe emitido hasta ahora por un técnico municipal que, garantizan, «no» ha estado físicamente en el interior de su vivienda para evaluar el nivel de ruido real que sufren, ellos mismos han llevado a cabo mediciones con un sonómetro que les cedió ese mismo técnico.

IDEAL ha podido consultar los vídeos grabados del aparato en funcionamiento en el inmueble de la pareja. En uno de ellos se observa un continuo oscilamiento que llega en un instante determinado a superar los 40 decibelios (la imagen de la pantalla arroja un pico fugaz de 42.1).

Pero no sólo los ruidos de los motores de las máquinas del sótano que suministran la electricidad para la refrigeración en el súper molestan a Rubén y Cristina. Sostienen que los sonidos de los carros «no homologados» con que cuenta la tienda para transportar las compras también rompen su paz en horario comercial. Aparte, denuncian el riesgo que creen que entraña que el negocio tenga bombonas de butano en «las cocheras del bloque (el establecimiento admite que guarda algunas unidades, pero no para su venta).

Ante este panorama, la pareja ha llegado incluso a presentar una queja ante el Defensor del Pueblo Andaluz, que le dio trámite. Así les fue comunicado el pasado mes de julio a través de un escrito firmado por el propio defensor, Jesús Maeztu. Lo último que saben sobre la intervención de esta institución es que permanecía a la espera de recibir por parte del Consistorio la información solicitada sobre su actuación.

Este diario ha contactado con el representante del supermercado, que asegura que conocen a la familia afectada «de toda la vida», así como que ellos siempre han estado y están dispuestos al diálogo y a buscar una solución al problema.

Junto a ello, el empresario revela que recientemente contrataron a una empresa privada para que evaluara si los sonidos de las máquinas del supermercado superaban el rango permitido. Dicha entidad, precisa, efectuó las mediciones pertinentes y emitió «un certificado» de que los niveles se sitúan dentro de lo permitido legalmente.

Con independencia de ello, como recalca, se realizaron una serie de ajustes para tratar de reducir las emisiones sonoras de los motores. Tras esas correcciones, de hecho, la pareja admite que estos últimos días «se nota menos» el ruido. «Pero eso sigue sonando», advierten, al tiempo que afirman que hace poco se quedaron unos amigos suyos a dormir tras acudir a una boda «y se tuvieron que ir».

Rubén y Cristina no descartan acudir a los tribunales -incluso barajan la vía penal- para recuperar el silencio en su morada. Ella, indican, sufre ansiedad y está acudiendo a una psicóloga para que le ayude a gestionarla. Él, por otro problema de salud no relacionado con el ruido, está de baja. Las emisiones no tienen siempre la misma intensidad, pero las escuchan, aseveran, durante toda el día.

«Ya no es que no duerma bien, es que me siento humillada. Esto es frustrante, porque se sabe lo que hay, pero como sólo le perjudica a uno pues no se hace nada», espeta Cristina, que de vez en cuando recurre al Valium. «Yo lo único que quiero es dormir y descansar», añade. «¡Vivir tranquilos!», resume Rubén.

Por su parte, el Ayuntamiento garantiza que en ese caso lo que se ha hecho es seguir el protocolo establecido para los ruidos. Así lo indica el concejal de Urbanismo, José María Montoro. «Aquí no cabe la subjetividad. El técnico municipal se ha desplazado allí en varias ocasiones con el sonómetro. Ha tomado las lecturas y le salen los parámetros dentro de lo legal, dentro de lo aceptable. Otra cosa distinta es que esta familia esté en todo su derecho de pensar o que el sonómetro no está bien o que las mediciones no se hacen bien, o que dentro del marco legal les sigan molestando«.

En este punto, el edil recuerda que la pareja, en cualquier caso, puede acudir a la Junta de Andalucía para solicitar una medición distinta. «El Ayuntamiento lo que ha hecho es lo que hay establecido: es decir, hacer una medición de ruidos, ver si están dentro de la escala de lo legal o no y, en principio a nuestro técnico municipal le salen bien. Entonces, no podemos hacer mucho más que eso». IDEAL ha podido consultar el informe del técnico, en el que consta que «no se ha detectado niveles mayores de 30 o 35 dBA».

Sobre el extremo de que el referido técnico, según la pareja, nunca haya estado dentro de su domicilio -algo que publicó Rubén incluso en un grupo de la red social Facebook-, el concejal señala que el técnico asegura «que claro que ha estado y que ha hecho las mediciones en tiempo y forma». Es más, sostiene «que puede describir la casa».

En cuanto a lo que se ha hecho por parte del Ayuntamiento a raíz del requerimiento del Defensor del Pueblo, Montoro ha precisado que lo que se hará será remitir el expediente completo. «Se coge el expediente desde que el ciudadano presenta su queja hasta que el técnico emite su último informe, y eso se le traslada al Defensor del Pueblo. Y si ya considera que hay que hacer otra medida u otro tipo de actuación, la haremos, por supuesto».