Los 'papeles' de Cuenca

Antes fueron el acuerdo programático con Unidas Podemos, que incluye un paquete de 55 medidas a impulsar antes de final de año, y el ya famoso pacto de los Mártires, que recoge también iniciativas a desarrollar por las principales administraciones para transformar el modelo productivo de la ciudad.

Parte del espíritu de estos documentos se incluye en la Agenda Urbana, cuya creación afianza al equipo de gobierno en su apuesta por la planificación. Era una de sus demandas al gobierno municipal anterior cuando ocupaba la bancada de la oposición. En su toma de posesión, el alcalde, Paco Cuenca, ya advirtió que buscaría alianzas para asegurar el futuro de Granada.

Queda por ver, sin embargo, la aplicación de los tres acuerdos. La historia reciente del Consistorio no invita a la esperanza. Hace apenas dos años, todas las fuerzas salvo Vox avalaron la propuesta de la confluencia para crear un frente común y plantar cara a la crisis generada por la pandemia. El pacto de ciudad, como fue bautizado, fraguó en un paquete de medidas tras numerosas reuniones. El documento, sin embargo, ni siquiera llegó a presentarse y sigue hoy en un cajón a pesar del cambio de gobierno.

Pese a todo, el gobierno municipal está convencido de la utilidad de fraguar acuerdos con medidas concretas. La estrategia busca asegurar compromisos y sortear las dificultades financieras del Consistorio, que apenas cuenta con reservas para afrontar inversiones propias. Al mismo tiempo, trata de poner orden y evitar improvisaciones que provoquen un gasto inútil.

En los últimos meses, como desveló Muñoz el pasado lunes, las concejalías han estado reflexionando sobre las medidas que requiere la ciudad para mejorar sus indicadores ambientales y transformar su economía. Apoyándose en el modelo de Agenda Urbana Española que ya tienen en marcha otras ciudades, el resultado es un programa que se construye sobre «la equidad social y territorial, la visión metropolitana, la apuesta por la ciencia y la modernización del Ayuntamiento».

Estos parámetros dan lugar a ocho iniciativas globales vinculadas a la educación, la vertebración de alianzas, la creación de ecosistemas basados en la innovación, la digitalización municipal, la integración ferroviaria, el turismo inteligente, la capacitación del Consistorio y la mejora de la calidad del aire. Estos ejes, a su vez, se materializan en un centenar de medidas concretas que, en muchos casos, están aún pendientes de perfilar. De hecho, solo algunas están explicadas y tienen una estimación de coste.

Entre las medidas más detalladas están la construcción de un pabellón cubierto en Norte valorado en dos millones de euros; la revisión de las instalaciones de agua y luz para hacerlas sostenibles, que tendría un coste de medio millón de euros; la automatización de las fuentes, que se estima en 175.000 euros; el cambio de luminarias a led, con un coste de 300.000 euros, o la instalación de cubiertas fotovoltaicas en los edificios públicos, con 800.000 euros.

También está bastante detalladas iniciativas como el control del apagado del alumbrado en Semana Santa, con un coste de 125.000 euros; la sensorización de contenedores, presupuestada en 300.000 euros; la implantación de un centro de operación de ciberseguridad y la creación de una red de telecomunicaciones municipal, valorados de forma conjunta en seis millones de euros, o la obtención del sello de destino turístico inteligente, que requiere inversiones por un millón de euros.

El embellecimiento y la mejora paisajística del río Darro en su tramo urbano es otra de las medidas planteadas. Cuenta con una previsión de gasto de 1,5 millones. Alrededor de un millón de euros requiere el plan estratégico de revitalización de la artesanía y el comercio tradicional. Otros 6,4 millones se prevé para la rehabilitación de la Casa Ágreda, 400.000 euros para el centro cultural de San Luis y la misma cantidad para la eliminación del cableado en el entorno histórico declarado.

Otras iniciativas incluidas en la Agenda Urbana son apenas un deseo y carecen de estimación de coste o descripción. Entre estos se encuentran la creación de senderos homologados por la Federación de Montañismo en la ciudad, la mejora general del arbolado, el aprovechamiento del agua de acequia para regar, la eliminación de barreras arquitectónicas o la gestión de residuos en edificios públicos, que carecen de plazo de ejecución y previsión de presupuesto.

Tampoco lo tiene la renovación de calderas en los colegios públicos, la potenciación del ecoparque Norte, la implantación de la recogida de fracción orgánica, la definición de zonas de bajas emisiones más allá del Centro o el avance en el análisis de datos de calidad del aire, iniciativa necesaria para impulsar la peatonalización.

La edil Ana Muñoz explicó que el documento es por ahora un «borrador», una especie de síntesis de las ideas manejadas por las concejalías que debe pasar por diferentes filtros para su confirmación. Así, la idea del equipo de gobierno, según dejó entrever la concejala a preguntas de los periodistas, es que los grupos municipales participen con propuestas y sugerencias. Lo mismo se espera de los colectivos y asociaciones vecinales, a las que se llevará en las próximas semanas el documento para que puedan completarlo.

La idea es que la planificación sea lo más consensuada posible para que pueda erigirse como una herramienta útil para poder aspirar a las múltiples convocatorias de ayudas que se van a poner en marcha en los próximos años. Su aplicación depende prácticamente de la recepción de los fondos.