El restaurante de Granada para comer platos nazaríes a los pies de la Alhambra
En plena ciudad de la Alhambra, sus frescas terrazas, exquisitamente decoradas, ofrecen sabrosos platos con historia, repletos de reminiscencias gastronómicas del pasado
Para un granadino o para cualquier turista subir a la Alhambra siempre es un placer. Este verano, el Patronato ha organizado en el Palacio de ... Carlos V una nueva muestra fotográfica con la obra XXL, monumental y con ribetes pictóricos, de Fernando Manso. Después de visitarla aprovechamos para dar una vuelta por el Museo de Arte Hispano-musulmán y el de Bellas Artes. Otro día hablamos de sus bodegones, con el famoso Bodegón del Cardo de Sánchez Cotán como emblema. Al salir, probamos suerte de Jardines Alberto. ¡Eureka! Había sitio.
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Me encanta ese Carmen. Es una gozada y su personal es de los más amables, atentos y profesionales de Granada. Hasta cuando no hay sitio y está todo reservado tratan de hacerte hueco si de tomarte una cerveza rápida o una sangría fresquita se trata. Aunque cante la chicharra fuera, en sus terrazas se está fresco y a gusto y su abigarrada decoración, con fotografías de época incluso en los baños, resulta de lo más agradable y evocadora. Sólo la azulejería de sus mesas te deja turulato.
Y, lo más importante: la carta. Aprovechando su privilegiada ubicación, ofrece platos de inspiración nazarí, algo que se agradece sobre manera en una ciudad como Granada. Para empezar, compartimos la Ensalada garnatí, con las espinacas como grandes protagonistas. Además, lleva queso, pasas y una sabrosa vinagreta de tomate.
Como platos principales optamos por el Pollo al estilo nazarí y el Cordero del visir. El primero va relleno de verduras y frutos secos, almendras y una suave salsa de miel con guarnición de arroz y más verduritas. El cordero, por su parte, viene horneado con especias muy ligeras y acompañado de unas migas de las de toda la vida, unos pimientos del Padrón de los que uno sí que picaba (los demás, non) y una suave crema de yogur.
Platos generosos, sabrosos y suculentos. Bien despachados. Se nos quedó en el tintero el Salmón iskabay almorí, que se presenta en escabeche templado y verduras encurtidas. Para la próxima. Porque si algo tengo claro es que volveremos a Jardines Alberto, uno de mis enclaves favoritos del entorno alhambreño, junto al Parador. Y es que, como bien dice la arquitecta Paloma Baquero en nuestra entrevista con la cerveza Alhambra de hoy, éste es uno de esos establecimientos en los que disfrutas desde que entras, con su fuente, sus plantas, su estanque con nenúfares y los pequeños granados. Un sitio que te cuenta cosas y te conecta con ese pasado histórico y patrimonial, tan presente en la estructura del propio Carmen y en la decoración. Además de en la carta, como hemos señalado ya.
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¿Aprovecha la Granada gastronómica el acervo histórico y patrimonial de una tierra milenaria en la que todas las grandes civilizaciones han dejado su huella? Dejamos planteada la pregunta, que todavía es agosto y no estamos para grandes disquisiciones metafísicas. Aunque la semana que viene abundaremos en esta cuestión.
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