Operación de la Guardia Civil contra el blanqueo de capitales en un pueblo de la comarca de Guadix

La actuación desarrollada ayer en la comarca de Guadix se enmarca en una investigación sobre el origen y destino de distintas cantidades de dinero que se habrían movido desde una sucursal bancaria de la localidad. En total, la cantidad investigada supera los 200.000 euros.

Los agentes, la mayoría vestidos de paisano, comenzaron a las 8.00 horas con un primer registro en una vivienda del municipio. Posteriormente, cerca de las 11.00 horas de la mañana, se dirigieron hasta la oficina bancaria, ubicada en el centro de la localidad. La oficina había permanecido cerrada al público desde primera hora de la mañana, lo que había despertado ya la curiosidad de algunos clientes. Junto a la sucursal esperaban cinco personas que participaron también en este segundo registro. En el grupo había investigadores policiales, representantes judiciales y se encontraba también el director de la oficina bancaria. La Guardia Civil había colocado dos vehículos, sin distintivos policiales, en la entrada de la oficina.

Al menos dos agentes de la Guardia Civil entraron a las instalaciones financieras acompañados por el responsable de la sucursal y otro trabajador, donde permanecieron durante más de tres horas. La salida se produjo alrededor de las 14.30 horas y los efectivos cargaban dos cajas llenas de documentos y diversas carpetas que metieron en los coches. El director de la sucursal abandonó la oficina junto a los agentes y se marchó con ellos en el vehículo policial tras el registro. No ha trascendido su situación procesal, si está investigado en la causa.

La presencia de coches oficiales de la Guardia Civil se mantuvo durante el tiempo que duró la operación en dos puntos del municipio: la rotonda que conecta este municipio con la autovía dirección Granada y en la vía por la que se accede desde este punto hacia Almería.

Aunque la operación se desarrolló de forma discreta, los residentes de la localidad, en la que apenas viven 1.200 habitantes, se mostraban extrañados desde primera hora al observar presencia policial desde bien temprano en las calles del pueblo.

En el bar situado justo enfrente de la sucursal, una reunión de mayores en el hogar del pensionista del pueblo advirtió de que algo sucedía.

Presenciaron de primera mano cada uno de los movimientos. La entrada y salida de los agentes vestidos de paisanos a la oficina en busca de material que guardaban en los maleteros de los dos vehículos en los que llegaron y las largas conversaciones telefónicas a las puertas de la sucursal bancaria.

También apreciaron la seriedad de las caras del resto de vecinos, que se preguntaban, al igual que ellos, qué sucedía. La actividad en el resto del pueblo continuó ajena a la operación, pero los residentes cercanos a la zona contemplaron los extraños movimientos.

Presenciaron cómo uno de los trabajadores de la oficina esperó la llegada de los agentes junto con el director de la sucursal bancaria. Tras entrar, la persiana de la puerta principal se desplegó e impidió tener acceso a lo que ocurría en el interior. No obstante, reconocen que su incertidumbre aumentó cuando una vecina preguntó por la apertura del banco ese día y le respondieron de forma negativa. La oficina no estuvo disponible en toda la jornada.

La entidad financiera a la que pertenece la sucursal registrada ayer rehusó hacer declaraciones a este periódico sobre el caso. Acotaron la investigación policial a la actuación de una persona concreta y desligaron el trabajo general de la corporación de este caso particular que está siendo investigado.