Ocho líneas de autobús siguen aparcadas en la 'nueva normalidad'

Los autobuses universitarios y los 'búho' fueron los primeros que el Ayuntamiento eliminó temporalmente tras la declaración del estado de alarma. Los primeros conectan los campus de Fuentenueva, Cartuja, Aynadamar y PTS, que quedaron vacíos con la suspensión de las clases, lo que motivó la paralización del servicio. No obstante, fuentes del comité de empresa de Transportes Rober explican que la línea U3 es la conexión más rápida –al margen del metro– entre Camino de Ronda y PTS, por lo que es utilizada por sanitarios y pacientes. También enlaza Camino de Ronda y el distrito Norte de la capital. Los conductores han recogido las quejas de usuarios que piden la vuelta de estas líneas. Estos itinerarios suelen sufrir recortes –en horario y número de paradas– en el mes de julio, y quedan suprimidos en Navidad y durante el mes de agosto, cuando la Universidad cierra por vacaciones. Desde el comité insisten en que son muchos los viajeros al margen de la población universitaria.

Con respecto a las dos líneas 'búho', que funcionan en las madrugadas del fin de semana, la supresión estaba justificada por la prohibición de salir de casa salvo para trabajar, hacer la compra o por causas de fuerza mayor. Sin embargo, los bares, restaurantes y los locales de ocio nocturno han abierto sus puertas este fin de semana, por lo que ya hay demanda de uso de este servicio. El metro –que lleva semanas funcionando con los horarios y frecuencias de paso habituales– recuperó el pasado 13 de junio su horario de fin de semana, hasta las dos de la madrugada del sábado y el domingo.

Por último, el Ayuntamiento decretó la suspensión de las líneas C30, C5 y 25 el 27 de marzo al tener una demanda inferior a los 15 viajeros diarios. La C5 conecta el entorno del centro comercial Neptuno con el casco histórico de la ciudad. La línea 25 une el Parque de las Alquerías, Rosaleda y Gran Capitán. Por último, la C30 es el enlace más rápido entre el Centro de la capital –la plaza Isabel La Católica– y la Alhambra. Pese a que el monumento ya ha abierto sus puertas, la línea sigue paralizada.

El sindicato CCOO pidió al Ayuntamiento y la empresa hace una semana que restablezca el servicio de autobús al completo y les acusó de aprovechar la situación para «hacer recortes en el servicio con la consiguiente afectación que supone esto para las personas usuarias». Según los cálculos del comité de empresa, el servicio está en la actualidad al 70% con respecto a la situación previa al estado de alarma. Alrededor de 300 trabajadores siguen incluidos en el ERTE y tienen una reducción de jornada del 8%. Este viernes han convocado una concentración contra este «recorte».

Tampoco el transporte metropolitano ha alcanzado el 100% del servicio. Fuentes de la Consejería de Fomento aclaran que se irá recuperando la actividad habitual conforme aumente la demanda. Por ahora, la flota está al 50%. Ayer hubo un aumento del 5% tras un cambio que afectó a las frecuencias de las líneas que enlazan más de 20 municipios de la provincia. A partir del 1 de julio, el número de autobuses en circulación será del 80% en horas punta y del 60% en horas valle, algo que el Consorcio de Transporte Metropolitano considera adecuado, teniendo en cuenta que el número de usuarios ha caído hasta el 30%.

Los vecinos de Monachil han iniciado una recogida de firmas para pedir más enlaces con la capital y denunciaron ayer que la Junta ha dejado «sin servicio de autobús» al pueblo «sólo dos semanas después de declararlo Municipio Turístico de Andalucía». «Nos dicen que no hay demanda y que por eso han recortado las frecuencias, pero es evidente que esto no es cierto, y que la gente simplemente se ha tenido que buscar la vida para poder ir a Granada en coche particular o en taxi», lamentó el alcalde, José Morales.

Por otro lado, el portavoz del grupo municipal socialista en la capital,el exalcalde Francisco Cuenca, acusó ayer a la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, de recortar en «cinco millones» el presupuesto del Consorcio Metropolitano y de reducir las frecuencias de los autobuses. Fuentes de la Consejería niegan el recorte.