Una mujer recibe su dosis de la vacuna en La Paz, Bolivia. Reuters

Números para pensar en tiempos de pandemia

Un año después, sabemos que las vacunas funcionan, pero también que, sin una estrategia mundial para inmunizar a toda la población, la lucha contra la pandemia será más complicada

Joan Carles March

Granada

Viernes, 31 de diciembre 2021, 00:37

Hace un año empezó la administración de vacunas contra la covid-19. Se han administrado en este tiempo 9.000 millones de dosis de vacunas ... a nivel mundial –el 57% de la población tiene una dosis–, pero de forma desigual. Si miramos las dosis puestas por cada 100 personas encontramos que en los países desarrollados son 164 y en los países en vías de desarrollo, 11. Esto viene a decir que la estrategia europea de vacunación debería haber sido un estrategia mundial de vacunación, dando a algunos países no solo vacunas, sino recursos para facilitar la vacunación de la población.

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Se ha cumplido estos días un año desde la primera inyección frente a la covid-19 en España y desde entonces se han administrado 84,9 millones de dosis; el 90% de población mayor de 12 años tiene la pauta completa.

Además, tenemos cifras ligadas a ómicron que vale la pena destacar. Ómicron provoca el máximo número de contagios en 24 horas en estos días en diversos países: más de 100.000 en Francia, más de 50.000 en Italia, más de 300.000 en Estados Unidos, más de 120.000 en Reino Unido, más de 9.000 en Australia y más de 70.000 en España. Por tanto, sabemos que ómicron es más transmisible que delta; es una variante tres veces más contagiosa y que se extiende más rápidamente.

Tres estudios independientes muestran que ómicron causa una menor infección pulmonar en comparación con delta. Y datos iniciales también apuntan a una menor virulencia: en Escocia hay un 60% menos de riesgo de hospitalización; en Inglaterra, entre un 50% y un 70% menos; en Sudáfrica, con menor tasa de vacunación, más del 65% menos; y en Nueva York, un 80% menos riesgo de hospitalización.

Un estudio revela que la vacuna ha ayudado a reducir en un 92% las muertes y en un 80% las hospitalizaciones respecto a la tercera ola. La incidencia actual es un 66,3% menor que la registrada en enero de 2021. Además, se sabe, sobre la efectividad de Pfizer desde la primera dosis hasta ocho meses después de la segunda, que existe una caída de anticuerpos y al mismo tiempo, un mantenimiento de la inmunidad celular. Más dice el estudio que ha analizado las respuestas inmunitarias inducidas por la vacuna BNT162b2 en individuos sin experiencia y recuperados de covid-19, tanto temprano (catorce días) como tardío (casi ocho meses) después de la vacunación. Las inmunoglobulinas específicas de plasma S alcanzan su punto máximo después de una inyección de vacuna en individuos recuperados de covid-19, mientras que se necesita una segunda dosis en sujetos sin experiencia, aunque el último grupo muestra niveles reducidos durante todo el período analizado. A pesar de que la capacidad de neutralización contra el SARS-CoV-2 refleja este comportamiento temprano después de la vacunación, ambos grupos muestran anticuerpos neutralizantes comparables y niveles de células B específicas de S más tarde después de la vacunación.

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Al estudiar las respuestas celulares, los individuos ingenuos exhiben una mayor producción de citocinas específicas del SARS-CoV-2, activación y proliferación de células T CD4 + que los individuos recuperados de covid-19, con correlaciones inversas patentes entre las variables humorales y celulares temprano después de la vacunación. Sin embargo, casi ocho meses después de la vacunación, las respuestas específicas del SARS-CoV-2 son comparables entre ambos grupos. Nuestros datos indican que la historia previa de covid-19 determina diferencialmente las respuestas funcionales mediadas por células T y B a la vacunación con BNT162b2 a lo largo del tiempo.

Los no vacunados y los vacunados tienen grandes diferencias en resultados en hospitalización, en UCI y en fallecidos, viéndolo también en función de la edad. Hay que recordar que las vacunas funcionan evitando la enfermedad grave (la que te lleva al hospital). No evitan la infección. No evitan los contagios.

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Además hay más de 6 millones de menores de 11 años vacunados con una dosis y 2,5 millones que han recibido la pauta completa en Estados Unidos, y no se ha registrado o detectado ningún caso de miocarditis. La ciudad de Nueva York multiplicó por cuatro los ingresos hospitalarios por covid en niños menores de 18 años desde la semana del 5 de diciembre hasta el 19.

Dicho todo esto, hoy sabemos que las vacunas funcionan (y muy bien). Sin ellas, ahora tendríamos 20 veces más de personas fallecidas.

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