Los superhéroes visitan a los niños hospitalizados en el Clínico San Cecilio de Granada. Blanca Rodríguez
Vuelta al cole

Un nuevo 'supercurso' en el hospital

Por primera vez de la mano de la asociación Mar Pozo-Por la sonrisa de un niño, los superhéroes más famosos han visitado a los peques del Clínico San Cecilio de Granada

Viernes, 12 de septiembre 2025, 15:13

La vuelta al colegio no se ha vivido solo en las calles de Granada capital, donde este pasado miércoles, primer día de clase para los ... alumnos de Infantil, Primaria y Educación Especial, el bullicio era palpable. Mientras la Policía Local organizaba el tráfico a las puertas de los centros educativos, las mochilas de ruedas inundaban las aceras. En su interior, viajaban desde lápices de colores hasta rollos de cartulina para arrancar la temporada escolar como es debido. Pero la cuestión es que el nuevo curso también se ha vivido, aunque de una manera algo diferente, en el Hospital Universitario Clínico San Cecilio.

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El miércoles abrió igualmente sus puertas el aula hospitalaria. Ubicada en la sexta planta del área de Hospitalización, acoge a niños de hasta 16 años con todo tipo de patologías. En esa sala llena de color es donde la maestra Vanesa los recibe y comparte sus conocimientos con ellos para que, durante su ingreso, no pierdan el hilo de su formación. Solo el año pasado, un total de 520 pacientes hicieron uso de este servicio. Así, el que ahora empieza va a ser un 'supercurso'. En Pediatría todos lo tienen claro.

Los superhéroes preparando los regalos para los niños hospitalizados. Blanca Rodíguez

De que así sea se han encargado este viernes nada más y nada menos que Superman, Harley Quinn, Mariquita, Spiderman, incluso el temido Venom con su característica y siniestra lengua alargada. En el Clínico San Cecilio han aterrizado sobre mediodía y no con las manos vacías. Con ellos traían un montón de regalos. Mochilas de princesas, puzles, pinturas, peluches, camiones, monstruos... Lo mejor de lo mejos para niños como Mario, de 13 años, a quien se han cruzado a punto de recibir el alta en el pasillo de hospitalización pediátrica, que ha sido la primera parada.

«Entras por aquí y se te olvida que es un hospital»

Tras obsequiarle con algún juego, los superhéroes pasaban a la habitación de Bruno y Sergio, dos peques de 8 y 9 años en seguimiento por las hormonas del crecimiento, «nada grave», aseguraban sus familias con cierto alivio. Ellos observaban con curiosidad la situación. Mientras le regalaban el juego del Mentiroso y una pelota roja, Bruno se dejaba fotografiar con todos ellos. «Spiderman es mi favorito», aseguraba el niño. «Entras por aquí y se te olvida que es un hospital», agradecía su madre. También la de Sergio. Según ella, «antes de venir estaba nerviosísimo, pero con esto se ha relajado un montón». Su hijo, más tímido, se mantenía en una esquina esbozando una leve sonrisa. A él también le cayeron regalos.

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Los superhéroes recorrieron el hospital saludando a los niños. Blanca Rodríguez

Este viernes, los ingresados eran en su mayoría bebés de pocos meses con algún tipo de infección, así que aquí el trabajo ya estaba hecho. Los superhéroes abandonaban la zona. El recorrido continuaba en consultas externas. Por el camino, se han encontrado con Romeo. Superman ha hecho un primer intento de acercarse, pero al peque no le ha gustado demasiado la idea, al menos no tanto como chocarle el puño a Venom, sorprendentemente. Eso sí, segundos después, el nene volvía a esconderse con las manos. Tras dejar su regalito en una silla para que lo cogiera cuando él estuviera listo, se encaminaron a la sala de espera. Estaba hasta arriba de niños.

Detrás de las máscaras

Mientras Spiderman cogía en brazos a uno, Harley Quinn, siempre con su bate de béisbol bajo el brazo, y Mariquita repartían regalos a diestro y siniestro. Superman también seguía por allí, ondeando su flamante capa roja con cada movimiento. Dando lo mejor de sí mismos, detrás de esas máscaras, se escondían, entre otros, un par de residentes, un celador, incluso el subdirector médico del hospital, Gabriel Fornieles, quien después de varios días dándole vueltas se metía de lleno en el papel con tal de sacar una sonrisa a los niños. Algo que no habría conseguido (o al menos no con tanta facilidad) sin el apoyo de la asociación Mar Pozo-Por la sonrisa de un niño, que este viernes visitaba por primera vez el Clínico San Cecilio.

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Con apoyo de la asociación Mar Pozo-Por la sonrisa de un niño, algunos sanitarios se disfrazaron para sorprender a sus pacientes más pequeños. Blanca Rodríguez

Esta organización con sede en Sevilla es fruto de la buena fe de Manuel Pozo, en este hospital por todos conocido como Venom, quien hace una década supo que su hija de 10 años padecía cáncer. «Las células empezaron a atacar sus huesos. Empecé a movilizarme y entré en la asociación. Regalábamos coches teledirigidos, pegatinas, lo que fuera. Hoy ella tiene 20 y está curada, pero yo sigo haciento todo lo que puedo por ayudar a otros niños que lo están pasando mal», comparte con IDEAL. Todos los meses viaja de provincia en provincia para llevar chuches y juguetes a otros hospitales. Sabe que ya tienen, pero hay que renovarlos, así que la recogida es constante.

«A los niños les aporta mucho bienestar emocional, que es fundamental para su recuperación»

María Contreras

Subdirectora de Enfermería del hospital Clínico San Cecilio

«Este tipo de iniciativas siempre son bienevenidas. A los niños les aporta mucho bienestar emocional, que es fundamental para su recuperación. Por eso agradecemos tanto que asociaciones como esta, Por la sonrisa de un niño, nos ayuden de esta manera. Con visitas y sorpresas así hacen que algunos momentos, como ahora la vuelta al cole, las vivan con algo más de humanidad, de normalidad dentro de lo que es el hospital», explica la subdirectora de Enfermería, María Contreras.

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Y, esta vez, ha sido todo gracias a Manuel Pozo y los sanitarios que se han prestado voluntarios para acompañarle en esta aventura. La emoción que sienten los pequeños hospitalizados cuando ven aparecer en su habitación o por el pasillo a sus superhéroes favoritos, el brillo en sus ojos... no tiene precio. Solo por eso, ya está claro. Este va a ser un 'supercurso' en el hospital.

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