Las nuevas especies de árboles que poblarán Granada: hipoalergénicos cuya floración no provoque incidencias

Aunque el gingko ha cuajado bien en el imaginario y en el terruño granadino, otras especies vegetales no lo han conseguido. Como prueba, los más de 800 alcorques vacíos que ha contabilizado el Ayuntamiento de Granada en el último censo. Durante años, la ciudad ha plantado ejemplares sin orden ni concierto, al arbitrio de gustos y modas que nada tenían que ver con las particulares condiciones ni con las grandes oscilaciones de temperatura de la ciudad. Eso ha motivado que se dieran escenas de árboles secos o enfermos y caídas de ramas en diferentes momentos de los últimos años.

La situación alertó a ciudadanos particulares y grupos ecologistas, que advirtieron a las formaciones con representación en el Consistorio a comienzos del mandato de la necesidad de poner orden en el caos. Así surgió la redacción de un plan especial con el fin de «dotar de criterios técnicos» la plantación del arbolado en Granada. El objetivo de la medida era dotar de un «bosque urbano adecuado a las características urbanas y orográficas de Granada» y abogaba por un proceso de planificación, gestión y protección para evitar que se produjeran nuevamente episodios problemáticos.

El proceso está encaminado a confeccionar lo que los técnicos han denominado como un plan director del árbol, una especie de guía que asegure qué especies son recomendables para emplear en las intervenciones que se hagan en el futuro en la ciudad. Los especialistas están recabando datos sobre el 'bosque' tradicional granadino y peinan las diferentes opciones. Aunque todavía no han sido definidas, el Consistorio ha insistido en diferentes ocasiones, como en las obras llevadas a cabo en Arabial o en la Carretera de Málaga, que los ejemplares deben cumplir una serie de condicionantes. Así, se buscan árboles que aseguren una sombra adecuada al mismo tiempo que requieran de un bajo mantenimiento y una óptima necesidad hídrica. Se busca evitar prácticas de riego a manta, más propias de otros tiempos y poco adaptadas a la realidad urbana.

Los ejemplares escogidos en los últimos trabajos, como los anunciados recientemente en el entorno de la Circunvalación Encina o en el parque de Eudoxia Píriz, hacen pensar que se tendrá en cuenta la creciente población afectada por los problemas respiratorios. Se buscan árboles hipoalergénicos cuya floración no provoque incidencias en la ciudadanía.