Las 'novias' del contrato para adaptar la plataforma del tren

Uno de ellos es el acondicionamiento de la plataforma –la estructura sobre la que se colocan las vías– del AVE, cuyo proyecto está en fase de redacción. El 22 de julio pasado, la compañía licitó el servicio de asistencia a la dirección del proyecto por un importe de 1,4 millones de euros, un contrato al que aspiran cinco empresas. Así lo refleja las actas administrativas, que se publicaron ayer. Los técnicos están evaluando las ofertas presentadas por las aspirantes, entre las que hay grandes firmas. Son Ayesa Ingeniería y Arquitectura, Grusamar Ingeniería y Consulting, Oficina Técnica de Estudios y Control de Obras, SERS Consultores y la unión temporal formada por Centro de Estudios de Materiales y Consultores UG21. Se espera que en las próximas semanas haya una decisión definitiva.

El objeto del contrato se centra en un tramo vital dentro de la futura red que dispondrá la provincia, el que conectará el final de la variante de Loja con Íllora. Se trata de una línea de 7,7 kilómetros que va desde el tramo Valle del Genil hasta el puesto de banalización. En este punto, en la actualidad, la plataforma no posibilita el montaje directo de la segunda vía dado su estado «inadecuado». El principal problema es que no cuenta con el ancho suficiente. La infraestructura presenta en algunas zonas una pendiente excesiva y el estado de la capa de forma, la zona adyacente al lugar donde la vía está tirada en estos momentos, tiene rodadas, áreas con acumulación de agua y barro y materiales desprendidos de los taludes.

Los técnicos señalan también que los desmontes del entorno no están protegidos, por lo que hay material acumulado sobre las canaletas, lo que supone un riesgo en periodos de precipitaciones por la posibilidad de acumulación del agua. Por otra parte, en algunos puntos del trazado, especialmente en el entorno de la bifurcación de tocón, la plataforma no cuenta con la distancia de seguridad suficiente, lo que obliga a limitar la velocidad de los trenes.

La futura adjudicataría deberá ayudar en el proceso de redacción a definir la mejor fórmula para adaptar la plataforma de tal forma que se pueda tirar la segunda vía. Entre otros cometidos, deberá analizar con mayor profundidad el estado actual de la infraestructura, especialmente en lo relativo al drenaje, las trincheras, los terraplenes, los viaductos y cruces con los gálibos correspondientes.

Las soluciones que planteen deben permitir el mantenimiento del tráfico en todo momento para evitar que las conexiones se resientan. La adjudicataria también deberá tener en cuenta intervenciones que se realizarán en paralelo en el tramo, como la demolición y reconstrucción de dos pasos superiores nuevos en la zona. El plazo de ejecución una vez adjudicado el contrato será de 18 meses.