Personal sanitario traslada a un paciente durante la pandemia. Ramón L. Pérez

La vacunación no frena el nivel de mortalidad en Granada, que sigue más alto que antes de la pandemia

El total de defunciones desde este marzo apenas varía en 1,5 puntos sobre el mismo período de 2020

Juanjo Cerero

Granada

Viernes, 8 de octubre 2021, 00:19

El exceso de muertes registradas en la provincia granadina ha seguido en el último medio año largo presenta una leve tendencia a la baja que ... coincide con el avance de la campaña de vacunación y ya es un tercio inferior al del mismo período de 2020. Pese a todo, las cifras siguen muy por encima de las relativas a un período de normalidad, en este caso a 2019, el último año antes de la irrupción de la pandemia en España, e incluso han llegado a sufrir algún repunte en fechas recientes.

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Este es el panorama general que se constata del análisis de los datos más recientes de exceso de mortalidad que viene publicando el Instituto Nacional de Estadística (INE) para poder estudiar mejor el efecto de la covid-19 sobre la población del país. El organismo cifra en 6.680 las defunciones totales entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de este año. Este dato supera en un 15,3 puntos porcentuales al registrado en 2019, el período de referencia; en términos absolutos, son 887 personas más. Una tendencia que no se acompasa con la que muestra la evolución de la población, que en ese mismo lapso de tiempo apenas varió en 0,67 puntos porcentuales.

El exceso de mortalidad sigue siendo alto incluso cuando la campaña de vacunación está ya muy avanzada. Entre el inicio de marzo y el final de septiembre, el total de decesos fue de 4.631 personas en Granada. En el mismo período de 2020 la cota se había situado en 4.703. Es decir, que la variación entre un año y otro es mínima pese a que la situación coyuntural, al menos en lo que se refiere a la pandemia, es bastante diferente. En términos porcentuales, de apenas el 1,5%. Sin embargo, el diferencial con los datos de 2019 es de 13,4 puntos.

La cifra de fallecimientos de 2021 sigue siendo 13,4 puntos superior a la que se había registrado en 2019

Presión al sistema sanitario

La situación actual, que continúa resultando preocupante pese a los avances, tiene dos explicaciones principales, en opinión del granadino José Martínez Olmos, de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) y quien llegó a ser secretario general de Sanidad en el ministerio del ramo. El primero de ellos es una obviedad: el virus todavía no ha desaparecido y sigue teniendo incidencia, aunque cada vez menor, entre los grupos de población más susceptibles de padecer una enfermedad grave por su culpa.

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Sin embargo, otro factor decisivo en que el exceso de defunciones sobre los años anteriores a la pandemia tiene que ver con la presión a la que se ha visto sometido todo el sistema de salud pública del país. «La covid ha condicionado el funcionamiento de los servicios sanitarios», abunda Martínez Olmos, y como consecuencia de este hecho muchas otras personas que sufren de otras patologías, también graves y potencialmente mortales, no han podido ser atendidas como hubiera sido lo deseable. Martínez Olmos pone como ejemplo a los pacientes oncológicos. «Indirectamente, el virus ha afectado a otros aspectos» de la atención sanitaria, reconoce este experto, aunque señala que su incidencia exacta «debería requerir un estudio más profundo».

Pese a todo, reconoce que ante una situación de pandemia sobrevenida «es normal que pasen estas cosas». «Hubo que priorizar», resume.

Una triple pandemia

Joan Carles March, asimismo miembro de la EASP y portavoz del comité de expertos del Ayuntamiento de Granada, comparte el análisis de Martínez Olmos y habla de una «triple pandemia»: la del covid, la de los enfermos crónicos, y una tercera que ha pasado más desapercibida, la de la salud mental. En este sentido, March recuerda el repunte de los suicidios desde la llegada del coronavirus.

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«La realidad es que las cifras son excesivas», reconoce, «porque la covid, además de su incidencia directa, ha afectado a todo el sistema» a pesar de que «lo ha hecho lo mejor que ha podido». March pone el foco en lo que llama «la pandemia de los enfermos crónicos», que durante los peores meses de la pandemia «han ido poco al médico», a causa de lo cual no han podido recibir la atención detallada y el seguimiento que necesitan para adaptarse al desarrollo de sus patologías.

Joan Carles March habla de tres pandemias: la de la covid, la de los enfermos crónicos sin atender, y la de la salud mental

A ello hay que sumarle además la incidencia del sedentarismo, voluntario u obligado durante los meses de confinamiento, que ha podido agravar ciertas enfermedades, como ocurre, por ejemplo, con las cardiovasculares.

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La tendencia continuará

Tanto José Martínez Olmos como Joan Carles March piensan que todavía habrá que esperar un tiempo para que las cifras de defunciones vuelvan a valores anteriores a la pandemia. «Podrían llegar a ser años», asegura este último, quien señala que es necesario reforzar el sistema público de salud, tanto en personal como en recursos materiales, así como ir avanzando hacia un sistema que cuente con «más y mejor comunicación y relación» entre atención primaria y los centros hospitalarios.

«Habrá que replantear muchas cosas», resume, «y hacerlo en serio». Los desafíos, reconoce, están sobre la mesa, y de solventarlos dependerá que el exceso de mortalidad pueda volver a valores normales.

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