Algunos de los profesionales que trabajaron en aquel trasplante posan a las puertas del Hospital Virgen de las Nieves. Pepe Marín

50 horas frenéticas: la muerte en Granada que desembocó en seis vidas

Donación múltiple de órganos ·

Unas 200 personas trabajaron para que la donación de más órganos realizada este año en la provincia, además de la más compleja, fuera un éxito

Laura Velasco

Granada

Viernes, 31 de diciembre 2021, 10:40

Aquella mañana de verano la enfermera Patricia Fuentes, coordinadora de trasplantes en Granada, se despertó sin saber que se enfrentaría a uno de los días ... más frenéticos de su vida. Lo mismo le ocurrió a otras 200 personas, repartidas por distintos puntos de España, que participaron en la donación de más órganos realizada en Granada este año de una misma persona: dos pulmones, dos riñones, hígado, corazón, córneas, tejidos, huesos y vasos sanguíneos. Más de 50 horas de angustia que comenzaron con un fallecimiento y derivaron en una nueva vida para un puñado de afortunados. Es la historia del trasplante más complicado realizado en 2021 en la provincia, que llegó a traspasar las fronteras españolas hasta la vecina Portugal.

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La enfermera Patricia Fuentes, coordinadora de trasplantes en Granada. Javier Martín
  1. Día

    14:00 horas. Parada cardiaca

Un hombre de en torno a 40 años ha sufrido una parada cardiaca en plena calle y su estado es de extrema gravedad. Tratan de reanimarlo allí, después lo trasladan a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario Virgen de las Nieves e intentan salvarle la vida por todos los medios durante un día, sin éxito: al día siguiente entra en muerte encefálica.

  1. Día

    12.00 horas. Llamada a los coordinadores

El estado del hombre es irreversible, así que se avisa al equipo de trasplantes, que se traslada a la UCI. Realizan una valoración minuciosa del paciente, repasan todo su historial médico, las pruebas realizadas y hasta las atenciones médicas recibidas en cualquier lugar a lo largo de su vida.

Paralelamente, durante ese día se aplican medicaciones para «optimizar» el funcionamiento de los órganos y mejorar su analítica. Se logró, y finalmente fueron seis los órganos que se pudieron salvar.

María del Mar Molina, intensivista de la UCI del Virgen de las Nieves. Javier Martín

María del Mar Molina - Intensivista

«Cuando fallece los cuidados en la UCI se dirigen al mantenimiento»

María del Mar Molina, intensivista de la UCI del Virgen de las Nieves, cuidó del fallecido durante parte de su estancia hospitalaria. Este llegó en coma, así que en ningún momento llegaron a comunicarse. El paciente estaba «muy inestable» tras haber salido de la parada cardiorrespiratoria, y pese a los esfuerzos de los sanitarios su evolución fue a muerte encefálica. «En ese momento los cuidados se dirigen al mantenimiento. Requiere bastante trabajo, porque debemos optimizar las funciones de todos los órganos y mantener las constantes vitales», explica.

La profesional insiste en que el objetivo primordial es siempre salvar al paciente, pero cuando ya no se puede hacer nada es importante «cambiar la estrategia» rápidamente. Cuando la donación sale adelante, sirve de «consuelo» tras la pérdida. «Saber que tras esa desgracia se han salvado vidas reconforta. También le ocurre a los familiares, que expresan el alivio que sienten en medio de su duelo al haber ayudado a otros», asegura María del Mar, que nunca había participado en una donación de tantos órganos a la vez.

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  1. Día

    10:00 horas. Búsqueda de la familia

Los sanitarios y las autoridades ya habían tratado de buscar a la familia del paciente los dos días anteriores para comunicarles su ingreso y posterior fallecimiento. Llegados a este punto, en ese aviso tienen que incorporar una pregunta esencial: si aceptan la donación de los órganos de su familiar.

La situación se complica. El fallecido no es español, por lo que la Policía Nacional de Granada mueve cielo y tierra para localizar a su entorno. «Hay que hablarles con muchísimo cariño y respeto. Están recibiendo las peores noticias de sus vidas, por eso este proceso está cargado de sentimientos», advierte la coordinadora de trasplantes.

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El agente de la Policía Nacional José Francisco Moreno Donaire. Javier Martín

José Francisco Moreno Donaire - Policía

«Tengo un conocido en el puesto fronterizo de Salamanca y se me ocurrió llamar allí»

El agente José Francisco Moreno Donaire acababa de entrar a trabajar en la sala del 091 cuando llegó el aviso. Con los datos que le aportaron y la base de datos emprendió la búsqueda de familiares, pero no fue nada fácil. Se localizó a alguien que podría ser de su entorno cercano y que vivía en Málaga, por lo que una patrulla de la provincia vecina se desplazó hasta su domicilio. Ni abrió la puerta ni respondió a las llamadas: había que pasar al plan b.

«Me centré en intentar localizar a familiares en Portugal, ya que sabíamos que era de allí. Tengo un conocido en el puesto fronterizo que hay en Salamanca, así que se me ocurrió llamar para pedirles ayuda. Me puse en contacto con los compañeros de Fuentes de Oñoro, que están muy familiarizados con la policía portuguesa», explica el agente Donaire.

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Aquella idea permitiría después conseguir la aceptación de la donación. El policía, que recuerda con emoción aquel día, recalca la «inmensa satisfacción» que le produjo haber participado en esta cadena. «Al final salió todo bien. Estas son las cosas que se lleva uno», concluye el agente.

  1. Día

    22:00 horas. Consentimiento del padre

Mientras el minutero avanzaba, la angustia de los profesionales también aumentaba: el tiempo se estaba acabando. Hasta que sonó el teléfono por la noche: habían encontrado al padre en un pequeño pueblo de Portugal.

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El sargento Oliveira y el agente Raúl González, del puesto de Fuentes de Oñoro. IDEAL

Raúl González - Policía

«Lograron localizar un domicilio en el que estaba el padre»

Raúl González es policía desde hace siete años en el puesto fronterizo de Fuentes de Oñoro (Salamanca). Aquel día, sobre las 15:00 horas, entró la petición que puso su tarde patas arriba. Enseguida contactó con las autoridades portuguesas. «Los datos que teníamos del hombre eran muy escasos, pero con una serie de averiguaciones lograron localizar un domicilio en el que podría haber un familiar», indica. Mandaron una patrulla al lugar -un pueblo pequeño- y la suerte les sonrió: dentro estaba el padre, con el que el fallecido no tenía relación desde hacía tiempo.

Le comunicaron con la máxima «delicadeza» posible lo sucedido y, pese a la dificultad para asimilar toda esa información, aceptó la donación de los órganos de su hijo. Para sortear la barrera de idioma, los compañeros de Fuentes de Oñoro hicieron de nexo entre el padre y el hospital. «Nos enviaron la documentación desde Granada por email y el hombre se acercó a firmarla a una escuadra cercana de la Guardia Nacional Republicana de Portugal, las gestiones allí las realizó el sargento Oliveira. Todo fue más rápido de lo que esperábamos, normalmente se suele dilatar mucho más, pero tardamos unas cinco horas. Fue un buen trabajo de todos», explica Raúl González, que nunca había participado en un caso similar con un final «tan satisfactorio».

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  1. Día

    6:00 horas. Preparación de los receptores

Los teléfonos empiezan a sonar en los domicilios de aquellos que están en lista de espera para ser trasplantados: hay un órgano para ellos.

La hepatóloga Flor Nogueras. Javier Martín

Flor Nogueras - Hepatóloga

«Los pacientes reciben la llamada con ilusión, no se lo esperan»

La hepatóloga Flor Nogueras fue la encargada de llamar a uno de los trasplantados. «Los pacientes reciben el aviso con ilusión, no se lo esperan. Muchos preguntan con los nervios si tienen que ir ya al hospital o si pueden parar a comer antes de venir. La respuesta es que es muy urgente», relata.

El tiempo que pasan en lista de espera depende de su gravedad y de factores como el grupo sanguíneo, pero normalmente tardan entre unas semanas y unos meses en ser llamados. «Suele ser antes de un año», recalca Flor Nogueras.

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En su consulta sigue al paciente en todas las fases: cuando son posibles receptores, cuando están en lista de espera y tras someterse al trasplante hepático. «Los atendemos de por vida, pero una vez que se trasplantan recuperan su actividad normal», agrega.

Carmen de Gracia, nefróloga del Hospital Virgen de las Nieves. Javier Martín

Carmen de Gracia - Nefróloga

«Seleccionamos a los receptores en función de la compatibilidad»

Carmen de Gracia, nefróloga del Hospital Virgen de las Nieves, también participó en el proceso intermedio, entre la extracción y el implante. Su equipo debe elegir a los candidatos y prepararlos para entrar en quirófano. En este caso concreto fueron dos los riñones donados a dos personas diferentes. «Empezamos por seleccionar a los receptores en función de la compatibilidad del grupo sanguíneo, la compatibilidad inmunológica, etc. Localizamos a más personas por si hay algún problema con las otras y hay que descartar, y a todas ellas les hacemos las pruebas. La verdad es que el trasplante es de las cosas más gratificantes que puede tener la profesión», explica.

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El inmunólogo estudia la compatibilidad, el laboratorio realiza las analíticas y, mientras, los nefrólogos van dializando al paciente. «La mayoría de los que hay en lista de espera están en diálisis y tienen que ir tres veces por semana. Si el paciente al que llamas se dializó hace más de 24 horas hay que hacerlo otras vez para que llegue a la intervención en buenas condiciones», comenta la profesional. Cuanto todo está listo, después de un proceso de unas seis horas desde que empiezan a llamarlos, pueden entrar a quirófano.

  1. Día

    7:00 horas. Extracción de los órganos

Los profesionales tienen por delante una larga noche, pero la extracción tiene que esperar hasta la madrugada para coincidir con la llegada de los equipos que vienen de fuera. Por turnos, van pasando por quirófano para extraer los diferentes órganos. Cirujanos, enfermeros, auxiliares, celadores… Un engranaje perfecto que trabaja a contrarreloj.

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Incluso después de las pruebas realizadas, en el momento de la extracción pueden realizarse más análisis para corroborar el buen estado de los órganos -como una biopsia o una analítica intraoperatoria-.

  1. Día

    13:00 horas. Transporte

Los órganos (dos pulmones, dos riñones, el hígado y el corazón) comienzan a trasladarse a los hospitales en los que se encuentran los pacientes. Viajan asimismo fuera de Andalucía por medios terrestres -en caso de cercanía- o por avión, e incluso se pueden abrir aeropuertos durante la noche para transportar órganos.

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También fueron tejidos, de vital importancia, que pueden conservarse unos días e incluso congelarse. «Se aprovecharon las dos córneas, tejidos, huesos y vasos sanguíneos. Alguien con un problema de visión importante puede volver a ver gracias a las córneas; los huesos se pueden trasplantar a un joven con osteosarcoma; o a un diabético con problemas circulatorios graves se le pueden sustituir las arterias», explica la coordinadora de trasplantes, que aún se emociona al recordar esta historia. «Las personas necesitamos plantearnos cómo queremos vivir, pero también cómo queremos morir, y una muy buena forma de irse del mundo es ayudando a los demás», apostilla Patricia Fuentes.

  1. Día

    14:00 horas. Comienzan los implantes

La última etapa del proceso, el implante de los órganos, fue todo un éxito.

Natalia Zambudio, cirujana del Virgen de las Nieves Javier Martín

Natalia Zambudio - Cirujana

«En quirófano trabajamos 10 personas para el implantar el hígado»

A Natalia Zambudio, cirujana del Virgen de las Nieves, le sonó el teléfono sobre las 9:00 horas. Estaba de guardia localizada, así que rápidamente se trasladó al hospital. Su equipo tiene más margen que el de extracción, ya que cuentan con más tiempo para prepararse mientras el otro trabaja. Ella fue la encargada de implantar el hígado. Tras la selección de los candidatos, Natalia se reunió con el receptor y repasó con él el proceso por el que iba a pasar.

Aquel día trabajaron 10 personas solo para ese implante: tres cirujanos, tres enfermeros, dos anestesistas, un auxiliar y un celador. «Duró seis horas en total desde que dormimos al paciente hasta que salió de quirófano . Acabamos sobre las 20:00 horas y todo fue muy bien, el receptor no ha tenido después ninguna complicación. Es una sensación bastante gratificante», concluye la profesional.

  1. Día

    20:00 horas. Los trasplantados salen de quirófano

Dependiendo de lo lejos que tuvieron que viajar los órganos y de la complejidad de cada proceso la jornada se alargó más o menos. Por la noche, los trasplantados ya descansaban en sus habitaciones de hospital después de un inesperado día en el que volvieron a nacer. Ya habían pasado más de 50 horas desde el fallecimiento del hombre portugués.

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El vínculo con los receptores no termina cuando salen del quirófano. Al principio sus revisiones son muy regulares, y si todo está correcto empiezan a espaciarse más con el tiempo. Este es el punto en el que ahora se encuentran los seis afortunados: todos están bien.

Aquellas frenéticas jornadas que comenzaron con una desgracia acabaron con un final feliz para unos cuantos. El contraste entre la vida y la muerte, la desesperación por no poder salvar a un paciente, la satisfacción de darle a otros una nueva oportunidad. Porque estos seis trasplantados ya celebran su cumpleaños por partida doble: el día que nacieron y el día que recibieron la llamada más esperada de sus vidas.

Ramón Lara, coordinador sectorial de trasplantes en Granada. Javier Martín

Ramón Lara - Coordinador sectorial de trasplantes

«Ha sido el trasplante más complicado de gestionar este año»

Ramón Lara, intensivista de la UCI del Hospital Virgen de las Nieves, es el coordinador sectorial de trasplantes en Granada. Aún recuerda «los momentos de tensión» que se vivieron aquellos días, pero mereció la pena: ha sido el trasplante con más órganos válidos de 2021. «Sin duda, también ha sido el más complicado de gestionar. No es habitual que se traspasen fronteras ni que intervenga tanta gente, en este caso fue un procedimiento casi detectivesco», asegura. En total, se realizaron cerca de 200 llamadas durante todo el proceso.

Así, señala que «lo normal» es que las donaciones sean «de dos o tres órganos», pero en este caso se superaron las expectativas. «La razón es que la persona tiene que ser muy joven y no sufrir enfermedades, que haya muerto por algo imprevisto», asegura. A unos días para acabar el año toca hacer balance: Lara insiste en el «orgullo» que siente por un trabajo en equipo que permite salvar vidas.

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