Movilidad estudia peatonalizar el entorno de la plaza de toros de Granada

La concejalía cumple su hoja de ruta para hacer «una ciudad más amable y accesible» y restringe al tráfico 9 kilómetros de calle en lo que va de año

PABLO RODRÍGUEZ

Miércoles, 17 de agosto 2022, 00:20

Movilidad estudia peatonalizar el entorno de la plaza de toros. Es el siguiente paso en la planificación de la concejalía, que en lo que va ... de año ha impulsado restricciones al tráfico en 9 kilómetros de calles.

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La intención, como recalcan, es avanzar en la recuperación de espacios para los viandantes. Así lo reclaman tanto las autoridades europeas, que hace años que vienen urgiendo a los estados miembros a adoptar medidas en ese sentido, como el propio Ejecutivo, que aprobó una ley que obliga a las ciudades con más de 50.000 habitantes a implantar zonas de bajas emisiones.

En ese contexto se enmarca el «interés decidido» del equipo de gobierno y, en especial, del área de Movilidad por abordar nuevas restricciones. El entorno de la plaza de toros ofrece grandes posibilidades dada la peculiaridad del tráfico de la zona, que podría encajar bien las limitaciones, y la situación del comercio, muy afectado por las sucesivas crisis.

Según señala la responsable del área, Raquel Ruz, la peatonalización de varias de las vías del barrio es un tema que ya está sobre la mesa. «Se está tanteando ya a los vecinos y comerciantes. Es un tema que tratamos habitualmente», apunta. La propuesta, no obstante, está por desarrollar y, como subraya, en eso tendrán mucho que decir las partes implicadas. Por ahora, algunos han expresado algunas dudas. Como admite la concejala, «es normal que la gente tenga cierta reticencia a los cambios», pero insiste en que, hasta el momento, «todas las experiencias de peatonalización han sido muy positivas».

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«Con más espacios peatonales, hay lugar al paseo y a que los viandantes se vean atraidos por los comercios que hay en esas zonas. Es una medida de apoyo, creo. De hecho, el ejemplo se puede ver en la propia ciudad. En mente tenemos San Antón, que inicialmente se peatonalizó a medias, pero que nosotros hemos restringido más con la instalación de cámaras. Falta la actuación urbanística que nos va a permitir adecuar la calzada al peatón y a la actividad comercial», argumenta.

Granada ofrece dos alternativas para dar preferencia al peatón

La apuesta por dar más espacio al peatón es inevitable. Así lo exigen las autoridades europeas, pero también las condiciones atmosféricas que convierten a la capital nazarí en una de las más contaminadas del país. En los últimos meses, el equipo de gobierno ha transformado más de una veintena de calles con vistas a reducir el espacio del vehículo privado. Dos son las alternativas escogidas: peatonalización y semipeatonalización. La diferencia entre ambas es sutil, pero no evita que coincidan en reducir el efecto pernicioso del tráfico.

La peatonalización conlleva la obliugación para los peatones de transitar el camino y la prohibición de los demás usuarios de emplear la vía. Esto se ha aplicado en Darro del Boquerón, Cardenal Mendoza, Lavadero de la Cruz, Mano de Hierro, Arriola, Lavadezo de Zafra, Almona del Boquerón, Corazones, Laurel Alta, Boquerón y plaza del Boquerón. En total, algo más de un kilómetro de calles en pleno Centro. También tienen condiciones similares ahora Doctor Alejandro Otero, Ogíjares - donde se ha reforzado la señalización peatonal en los tramos de apertura reciente-, Carril de San Miguel -en el tramo del descampado que está a la altura del mirador-, Real Maestranza, San Juan de Letrán, Torres de Camarex, San Antón, Sevilla, Adeceros, Maracena, Avicena, Almuñécar, Arrayanes, Huerta de los Ángeles, Rosalía de Castro y Alpargateros Baja.

La semipeatonalización supone el acondicionamiento de las vías para el uso preferencial de los peatones y se aplica una limitación de velocidad máxima a 20 km/h a los vehículos. Además, los coches no pueden estacionarse más que en los lugares designados. Esta variante se aplica en las calles de acceso a Elvira desde Gran Vía, como Naranjos, Azacayas o Álvaro de Bazán, pero también a Vistillas de los Ángeles, plaza de las Carretas, Estepona, Campillo Bajo, San Pedro Mártir, Nardos, Flor, Aureola, Violetas, Manuel Mateos, Santo Sepulcro, Elvira, Alonso Cano, Horno de Haza, Cetti Meriem, Morrón del Hornillo y Carril de San Cecilio.

No es el único caso de éxito. También las calles perpendiculares a Recogidas vivieron un 'boom' en los negocios después de que se implantaran las restricciones pese a las dudas iniciales del comercio. Sin vehículos y con cambios urbanísticos, Puentezuelas, Mesones o Alhóndiga, entre otras, atrajeron cada vez más viandantes hasta erigirse años atrás en sede de comercios. Hoy, a pesar de las crisis, siguen manteniendo una relativa buena salud, con numerosos locales abiertos, pese a los sucesivos golpes económicos de la última década.

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«Nuestra intención es seguir adelante, recuperar el espacio público para los peatones, especialmente en los barrios, y vamos a hacerlo con todos, vecinos y comerciantes», remarca la edil.

En lo que va de año, la concejalía ha dado muestras de su interés por cumplir la hoja de ruta hacia una movilidad «más sostenible y amable». Las actuaciones urbanísticas realizadas en el entorno del barrio del Boquerón, gracias a los fondos europeos, y las calles cercanas a Elvira ha propiciado que pudieran llevarse a cabo peatonalizaciones y semipeatonalizaciones. Como recuerda la edil, «en aquellas vías que se ha podido restringir por completo se ha hecho y en las que no, se han dado alternativas para que los residentes pudieran seguir accediendo a sus cocheras, como es lógico».

También se han llevado a cabo medidas similares en las cercanías de la plaza de los Lobos, otro de los puntos que han sido transformados durante el primer semestre del año.

En marcha hay otras actuaciones lejos del Centro. Es el caso del paseo de las Palmas y vías cercanas como el callejón de las Mercedes, donde se va a dar más espacio al peatón. Pero también en el entorno del Campus de la Salud. «Estas se están haciendo y se espera que continúen en los próximos meses», aclara la edil.

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Concienciación

El equipo de gobierno no pierde de vista el problema de mala calidad del aire que padece la capital nazarí y el Área Metropolitana. Es por eso que se ha marcado como objetivo lograr «una ciudad más amable, habitable y accesible». Las quejas de la ciudadanía, hasta ahora, le dan la razón. Son muchos los que denuncian que los peatones «están cada vez más arrinconados».

Por otra parte, la obligación está ahí. Granada se encamina de manera inevitable a la instauración de zonas de bajas emisiones, como pide la Unión Europea y el propio Gobierno de España. A finales de 2023, amplias zonas de la ciudad deben estar transformadas para impedir que los vehículos contaminantes accedan. Aunque la implantación de algunas de las medidas aparejadas será progresiva, al final, como apuntaban las directrices publicadas meses atrás por el Ministerio de Transición Ecológica, eso va a afectar no solo a los viajes procedentes de municipios de la Corona a la capital, sino también a los propios residentes e incluso a los propios autobuses.

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En ese camino, la ciudad tiene ya algo avanzado. En febrero, recibió algo más de 10,5 millones de euros con los que financiar parte del proyecto. Algunas huellas pueden percibirse ya. Es el caso de los buses eléctricos que hacen algunos de los itinerarios en estos momentos. Otros se verán muy pronto, como las plataformas reservadas, los puntos de carga o las citadas peatonalizaciones.

Por ahora, la limitación va a imponerse en un perímetro de 14.000 metros que rodea zonas del Centro, el Albaicín y el Realejo. No obstante, como aclara, «la peatonalización no es solo una cosa del centro turístico, también de los barrios». En primavera, el equipo de gobierno y el grupo municipal de Unidas Podemos pactaron llevar también la zona de bajas emisiones a todos los distritos. En esa vía trabaja el área, que cree que, por los beneficios, puede adoptarse en los ejes comerciales.

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La edil es consciente de que, a priori, este tipo de medidas «tienen un coste político evidente», lo que ha provocado «que en ocasiones las administraciones sean reacias a llevarlas a cabo en la magnitud que tiene que hacerse». Pese a todo, recuerda que el efecto es «beneficioso» para los ciudadanos, «que recuperan un espacio perdido», y está, por otra parte, la obligación legal.

«Además de que creemos en ello, es que tenemos que hacerlo por ley estatal. Es verdad que nosotros decidimos cuál es la zona de bajas emisiones y tenemos un proyecto ambicioso aprobado por unanimidad de todos los grupos. Ahora hay gente echando el culo atrás y acusándonos de que lo hacemos por motivos ideológicos, pero la realidad es que ellos lo votaron también. Todos lo hicimos», defiende.

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Ruz considera «vital» que los ciudadanos conozcan los beneficios y es por eso que, en los últimos meses, el área ha recuperado una de las iniciativas que más destacaron en el anterior mandato, los 'días sin coche'. «Es muy importante llevar, por ejemplo, el día sin coches a Sagrada Familia o a la zona de Merca80 porque la gente, vecinos y comerciantes principalmente, pueden experimentar que se puede vivir sin coche». «Al final, nada malo ocurre y el cambio es positivo», añade.

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