Rafael Ropero posa con una de las estrellas de su colección de doce coches clásicos. A. A

«Este modelo de cuatro puertas es único en Andalucía»

Pasión sobre ruedas ·

Rafael Ropero Bolívar posee una estupenda colección de doce coches y doce motos, entre ellos un Nash Phaeton de 1925

ANTONIO ARENAS

Domingo, 11 de agosto 2019, 12:04

Rafael Ropero tiene dos grandes aficiones: los coches clásicos y el vino. De este último ya ha escrito dos libros y ha colaborado en cuatro ... revistas especializadas. En cuanto a los coches tiene una bonita colección que complementa con otra de motos de trial y varias clásicas. En total, 12 coches y 12 motos que harían las delicias de cualquier amante del mundo del motor. Los vehículos clásicos de cuatro ruedas son un Nash de 1925, Ford Taunus 17M de 1960, Mercedes 250S de 1965, Jaguar E Type de 1969, Mercedes 280 SE de 1975, Rolls Royce Silver Shadow II de 1978 y un Mercedes 300 SL de 1990. Lo más sorprendente es que todos están en perfecto estado de uso y con todos sus papeles, listos para circular.

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La profesión principal de Rafael ha sido la de militar, en la actualidad es coronel en la reserva del ejército del Aire. También se doctoró en Derecho Internacional, lo que le ha servido para moverse en diversos destinos por el extranjero, habiendo trabajado para Naciones Unidas, la OTAN y como agregado de defensa en diferentes embajadas españolas. Desde pequeño se ha sentido atraído por los coches clásicos, de hecho los únicos juguetes que tenía eran coches. Su primer vehículo fue un Mini 1275 GT del que guarda un gran recuerdo, al que seguiría un Seat 124 Sport. El primero que compró con el concepto de clásico fue una BMW R27 y un MGA que adquirió con unos 30 años que disfrutó muchísimo. Casi al mismo tiempo se compró el Jaguar E Type, modelo del que Enzo Ferrari dijo que era el coche más bonito jamás diseñado que forma parte de su actual colección. En la actualidad es el vicepresidente del Club de Automóviles Veteranos de Granada y miembro del Club Mercedes Andalucía.

Cuando llegamos a su domicilio en los Ogíjares nos llama la atención el garaje en el que podemos leer en una señal en bien visible: 'Clasic Car parking only'. Tras levantar las puertas enrollables, uno a uno va apareciendo ante nuestra vista esta fantástica colección. En las paredes cuelgan carteles de rutas y concentraciones en los que ha participado con ellos, numerosas matrículas y una panel con una cuadrícula en el que realiza el seguimiento de los cambios de aceite, filtros de aire y combustible, fechas de seguros, etc. Antes nos cuenta que «realmente no pienso que colecciono vehículos, sino que uso y me entretengo con ellos. No los tengo guardados para verlos sino para usarlos todos. Cuando paso a la reserva y me vengo a vivir a Granada, donde yo he nacido, es cuando me he visto en la posibilidad física de tener 24 vehículos, número en el que me tengo que plantar pues con un número mayor ya no me daría tiempo a tenerlos todos a punto».

Rafael va dando los detalles de una de las estrellas de su colección, el Nash de 1925. Por aquello de que es el más antiguo y auténticamente singular, pues al parecer «de este modelo de cuatro puertas, que yo sepa, es el único que hay en Andalucía. Sé que hay otro Nash en Córdoba que es un coupé de dos puertas. Este modelo es el Phaeton descapotable y sin ventanillas por lo que siempre lleva abierto los laterales y cuando se viajaba por carreteras polvorientas de los años 20 la gente tenía que utilizar una especie de cubretodo, o una especie de casco de cuero para evitar el frío y unas gafas para que el polvo no le penetrara en los ojos».

Amarillo

Su color amarillo era el propio de la marca en los años 20 pues «era un periodo de entreguerras en el que a la gente le gustaba los colores muy llamativos, pues tenía necesidad de buscar diversión y de disfrutar todas las cosas y uno de ellos era el de acabar con los colores fúnebres».

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Indica que lo compró en Madrid hace unos 16 años. «En aquellos momentos fui destinado al Líbano y después a la Penínusla Arábiga y no me lo podía llevar por lo que lo tuve muchos años guardado en Madrid y cuando regresé a Granada es cuando lo revisé de todo para ponerlo en marcha y ahora lo tengo ahora en perfectas condiciones».

También nos cuenta que venía de EE.UU, aparentemente estaba bien pero cuando empezó a hacerle algún kilómetro se rompió el motor, «lo que supuso contar con artesanos que aquí en Granada los tenemos por fortuna y que con torno y fundiendo material son capaces de restaurar cualquier vehículo».

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En cuanto al precio explica que el valor de los coches clásicos va muy vinculado al valor sentimental. «La inmensa mayoría de estos coches les gusta a la gente que tiene cierta edad. Los jóvenes buscan más coches de los 60 o 70, por eso ahora vale más el Jaguar E que el Nash. Ahora bien, si alguien estuviera interesado en un coche de este tipo, estaríamos hablando de alrededor de los 50.000 euros».

10.285 unidades en 1918

Fue en el verano de 1916, cuando el entonces presidente de la General Motors, Charles W. Nash decidió comprar la compañía de automoción Thomas B. Jeffrey de Kenosha, (Wisconsin) para fabricar coches que llevaran su nombre. Para hacerlo posible contrataría al ingeniero Nils Eric Wahlberg que fue el diseñador del sistema de calefacción de automóviles actual y quien introdujo el cinturón de seguridad en los coches americanos.

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El Nash está dotado de un motor totalmente de seis cilindros 'con válvulas en cabeza perfeccionadas' accionadas por varillas y balancines. Tuvo una gran aceptación pues en su primer año de fabricación, 1918, se construyeron 10.285 unidades con la novedad de que el 93% de sus componentes fueron hechos por la propia Nash Motors, llegando a fabricar 41.000 vehículos en 1922. Fue de los primeros en estar dotado de aparato para la lectura del nivel del combustible e incluir equipacón de serie como parachoques, dos ruedas de recambio o faro orientable.

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