«Un minuto de reanimación antes de avisar al 112 es clave para un bebé que no puede respirar»

En el vestíbulo del complejo hospitalario de Caleta unos maniquíes aguardaban para ser «reanimados». Pacientes y profesionales tuvieron la oportunidad de conocer y practicar las compresiones y maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP). En adultos, el 90% de las paradas suelen ser por causas cardiacas, mientras que en los niños están relacionadas principalmente con problemas respiratorios. De estos, la UCI pediátrica ha registrado entre dos y tres casos en los últimos seis meses.

Ante la sospecha de que un niño se está atragantando, por debajo de un añito, la forma de desobstruir la vía aérea es diferente. «Tienen más porcentaje de hígado, más barriga», apuntó el pediatra. El primer paso es realizar la maniobra de frente-mentón. «Si no hay respiración espontánea, hay que dar cinco insuflaciones de rescate y al menos dos de ellas deben ser efectivas», advirtió. Entonces, se comprueba que tenga algún signo vital o pulso. En caso negativo, toca RCP.

La maniobra para la población en general implica treinta compresiones torácicas seguidas de dos ventilaciones. El pediatra Pepe Gómez explicó que, según los antiguos algoritmos pediátricos, si no había teléfono para avisar al 112, había que estar un minuto realizando RCP antes de pararse a llamar. Ahora, con la telefonía móvil que permite poner el manos libres eso ha cambiado, «hay que intentar hacerlo todo del tirón».

Sin embargo, las cinco insuflaciones y el minuto de RCP antes de llamar es lo que diferencia las maniobras de reanimación del adulto del niño. «Se presupone que la causa respiratoria que a lo mejor se puede solucionar abriendo la vía aérea insuflando va a ser más recuperable que un paro cardiaco de un adulto en el cual hay que buscar un desfibrilador desde el primer momento», concluyó el doctor.

En la UCI de Cardiovasculares del Virgen de las Nieves trabajan con una máquina de circulación extracorpórea única en la provincia de Granada que se llama ECMO. «A ese corazón que no es capaz de arrancar, le metemos unas tuberías, unos catéteres, y hacemos que una máquina desde fuera funcione como corazón y pulmón», compartió el intensivista Rafael de la Chica. Según él, se utiliza tanto para los cuidados después de salir de la parada como en casos especiales en los que la parada no sale pese a todos los esfuerzos.

En este sentido, el jefe de Servicio de la UCI, José Miguel Pérez Villares, hizo hincapié en que este hospital es referente en reanimación y uno de los pocos en España que cuenta con un equipo de RCP-ECMO. Asimismo, insistió en la importancia de que los ciudadanos de a pie sepan hacer un soporte vital básico como es el masaje cardiaco. El doctor subrayó «que una persona empiece a hacerlo, como sea, es el primer eslabón de la cadena supervivencia».