Mensajes anónimos de la política granadina: un cheque, un traje de gala y unos zapatos

crónica política ·

Un correo electrónico entregado a la fiscalía para que revise las cuentas del grupo popular en Diputación y un paquete para una concejala. '¡Al suelo, que vienen los nuestros!'

Quico Chirino

Granada

Domingo, 14 de noviembre 2021, 00:34

Los políticos –igual que los periodistas– deben medirse por lo que hablan y proponen más que por sus silencios. Cuando alguien cotiza por lo que ... calla puede ser que sepa demasiado o conozca cosas que no convenga que trasciendan. Es mucho más honesto y fiable que te pongan precio por lo que cuentas.

Publicidad

Circulan anónimos por los mentideros políticos en los últimos tiempos, tan afinados y documentados que son anónimos con nombres y apellidos.

En vísperas del congreso local del PP en Motril, unos afiliados que habían estado en la cocina difundieron los resguardos de sendas transferencias de dos mil euros de la cuenta del grupo municipal a la alcaldesa, Luisa García Chamorro, bajo el concepto 'pago de indemnización'. La primera, ordenada el 4 de noviembre de 20119 y la segunda tres días después. La documentación acabó en la fiscalía, García Chamorro devolvió el dinero y el interventor del Ayuntamiento advirtió que se había usado de manera inadecuada los fondos para gastos «particulares».

Este episodio persigue a Luisa como una nube sobre su cabeza y, cada cierto tiempo, se desata una tormenta. En noviembre de 2011, García Chamorro ofreció una rueda de prensa en la que acusó al entonces gerente de la empresa provincial de suelo, José Luis Hernández –responde por Chelu–, de cargar a la tarjeta comidas copiosas y viajes al extranjero. Ella dijo lo que sus asesores le contaron, pero el viaje a Dublín no era más que una factura de una empresa de aviones que tiene allí su sede.

Es más fácil despistar a tu sombra que quitarte de encima a Chelu, que persistió en los tribunales hasta conseguir que la Audiencia Provincial revocara una sentencia absolutoria en primera instancia y condenara a García Chamorro a la pena de «seis meses con una cuota diaria de seis euros, con la responsabilidad subsidiaria de un día de privación de libertad por cada dos cuotas no satisfechas». Además, Luisa debía dar publicidad del fallo en los medios de comunicación.

Publicidad

Chelu no descansó hasta conseguir que se cumpliera el falló, que salió por un pico. «Se me declaró responsable por unas declaraciones que hice como cargo político por las que he pedido disculpas infinidad de veces. Se derivaron una serie de gastos por la sentencia condenatoria. Yo no he ido nunca por libre, mis asesores jurídicos establecieron que la multa, al ser personal, debía asumirla yo, pero el resto de los gastos de este proceso judicial, al haber estado representando al PP, se entendió que podían ser asumidas por el grupo municipal», argumenta García Chamorro.

Pero tras trascender lo sucedido, alguien envió otro anónimo pertrechado tras una cuenta de correo que lleva por nombre el de una urbanización motrileña. El confidente apunta que, supuestamente, hubo al menos un tercer cheque para hacer frente a las costas procesales y que salió de la cuenta del grupo en Diputación. Este correo electrónico fue aportado a la fiscalía en una ampliación de la denuncia el pasado 24 de octubre. Entre las pesquisas que se solicitan están la declaración de varias personas –entre ellas, el expresidente del PP, Sebastián Pérez–, y que se libre oficio tanto a la Diputación como al Tribunal de Cuentas para que se fiscalicen las cuentas del grupo popular en Diputación.

Publicidad

Con esto se consigue, al menos, que haya ruido. Que, a menudo, es lo que pretenden los anónimos.

EL TRAJE DE GALA Y LOS ZAPATOS

Otro anónimo –en este caso con la presunta firma con el número de un funcionario– es el que llegó a unas instalaciones municipales el 8 de octubre. Se recibió un paquete dirigido a una concejala y, en su interior, un traje de gala y unos zapatos. Dentro iba una nota con la alusión a una designación –se intuye– que fue frustrada para el remitente, que quizás esperase otro resultado en el proceso de selección. Se ha abierto una investigación reservada y se ha designado a un funcionario para que tramite las diligencias. El objetivo es aclarar lo sucedido y dilucidar si se ha incurrido en alguna infracción disciplinaria.

Otro fuego encendido.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad