Un menor de Granada que amenazó a su novia de 14 años por maquillarse o ir con amigas aprenderá igualdad

Poco después estalló la pandemia, pero cuando las restricciones se relajaron un tanto en el verano de 2020, ocurrió un nuevo incidente. El joven se acercó hasta la vivienda de su expareja, que no estaba allí, y aprovechó para sacar fotografías de la casa que luego envío a la víctima acompañadas de un audio en el que lanzaba exabruptos y amenazas contra ella y toda su familia.

Era la gota que colmaba el vaso de una relación en la que encausado reñía y abroncaba a la menor por maquillarse, ponerse una determinada prenda o salir con amigas.

Asimismo, según la investigación que acabaría en pleito, el chaval se servía de las redes sociales para intentar tener localizada a la adolescente en todo momento.

El caso entró en la Fiscalía de Menores de Granada, que, a la vista de las evidencias, pidió que se juzgase al chico por violencia de género, pero finalmente no fue necesario celebrar esta vista oral puesto que el acusado reconoció que las imputaciones eran ciertas, que había tenido un comportamiento autoritario e intimidatorio con la chica. De hecho, precisó apoyo psicológico y llegó a temer que el menor acabase agrediéndola físicamente.

En este sentido, el chaval se conformó con una pena de 18 meses de libertad vigilada por haber cometido un delito de violencia de género y otro de amenazas. Durante ese tiempo, será el procesado el que tendrá que someterse a un control intenso por parte de educadores dependientes de los juzgados de Menores. Por ejemplo, vigilarán su rendimiento escolar, sus compañías, sus hábitos, etc. Y tendrá que acudir a un taller de igualdad de género.

La sentencia también incluye la prohibición de que el encausado se acerque a menos de 200 metros de la víctima o trate de contactar con ella a través de cualquier medio. La medida de alejamiento también durará 18 meses.

La resolución judicial especifica que el chico tuvo una constante conducta agresiva con la menor que había sido su novia y ella se vio atrapada en una red de miedo, lo que constituye un delito de maltrato habitual.

Respecto a las amenazas, el fallo explica que las palabras del acusado provocaron en la niña una sensación de intranquildad y alarma, «anuciándole un mal futuro, próximo, injusto» que se produciría dependiendo de cómo se comportase.

Los hechos que ahora ha zanjado definitivamente la justicia –al ser la sentencia fruto de un acuerdo entre las partes no puede ser recurrida–, fueron denunciados en el verano de 2020, es decir, en plena pandemia. Se da la circunstancia de que la violencia de género fue el delito que más aumento entre los menores de Granada durante los primeros y duros meses del estado de alarma: se pasó de los siete casos de 2019 a los trece de 2020, el año del coronavirus.

La última memoria de actividades del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía también se fijó en este inquietante crecimiento, que afectaba al conjunto de la comunidad autónoma. «En el último año (2020)se observa un descenso en el número de asuntos en los juzgados de Menores, si bien en Andalucía ha crecido considerablemente en los últimos seis años el número de asuntos sobre violencia de género. Una comparativa entre 2019 y 2020 revela un incremento de los menores enjuiciados por violencia de género, los que nos pone alerta sobre la persistencia y aumento de estas actitudes entre nuestros jóvenes», advertía el TSJA.