Un granadino, el mejor MIR de Andalucía
El Consejo Andaluz de Colegios de Médicos lo reconoce como expediente más brillante de especialidad médica por su residencia en el Clínico San Cecilio
Domingo, 19 de diciembre 2021
Mario Rivera Izquierdo (27 de noviembre de 1992, Granada) siempre ha sido una persona inquieta. Estudioso. Trabajador. Un joven que durante su carrera en la ... Universidad de Granada (UGR) participó en la puesta en marcha de congresos y revistas científicas. La Ciencia y la docencia son su vocación. Y la Medicina se ha convertido en su nuevo amor. El Consejo Andaluz de Colegios de Médicos ha reconocido a Rivera como 'Mejor expediente MIR 2021 de especialidad médica' por su residencia en el Clínico San Cecilio. Este chico, con una media de 8,862 en la titulación, ha completado sus estudios con excelencia. A principios de 2022 defenderá su tesis doctoral.
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Está desarrollando el cuarto año de su especialización y culminará su formación en mayo de 2022. Su línea primordial de investigación se ha centrado en la epidemiología y prevención de enfermedades infecciosas, especialmente de la covid-19, así como en el pronóstico del cáncer de próstata, tema que aborda en su tesis doctoral actualmente pendiente de defensa y en la que opta a la mención internacional.
Eligió la Medicina Preventiva y Salud Pública por «sus enormes posibilidades en cuanto a la investigación y al impacto poblacional de las medidas preventivas». «No solo me gusta utilizar estos conocimientos en la investigación –sigue–, sino también impartirlos y ayudar a mis compañeros médicos de otras especialidades a investigar». Si se le pregunta la elección del San Cecilio, Mario es sincero: «Por las buenas referencias que tenía y porque está cerca de la Facultad de Medicina».
Ser elegido como el mejor MIR supone una «enorme alegría y un reconocimiento al esfuerzo que hacemos los médicos que queremos investigar, que al final tenemos que 'pagar' de nuestro tiempo libre el tiempo requerido para hacer investigación».
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Ha publicado 45 artículos científicos de los que 27 han sido en revistas con índice de impacto internacional. Pertenece a dos grupos oficiales de investigación, además de ser colaborador docente del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad granadina. Durante su período formativo ha centrado su interés en organizar e impartir cursos relacionados con la iniciación a la investigación, la metodología de investigación y la publicación científica para estudiantes de medicina y ciencias de la salud. Rivera hace malabares con las horas en el hospital y en la facultad. Lleva los cuatro años de la residencia impartiendo clases en el departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública con una venia docendi, especialmente en el grado en Enfermería.
Sonríe cuando se le pregunta si lo suyo por la Medicina es tradición familiar o si quiso siempre hacer esta carrera. «Ni una cosa ni la otra. Cuando era alumno de la ESO quería estudiar Biología o Veterinaria. Tenía claro que me gustaban las Ciencias Biosanitarias, pero también tenía clara mi vocación docente. Aunque me apasionaban los animales (especialmente los perros), finalmente me decanté por la Medicina por ser una carrera con muchas salidas y porque me veía como docente de esta carrera en mi futuro. Luego me terminé de enamorar de la carrera cuando la estudié. No tengo tradición familiar de médicos, aunque sí de trabajadores del hospital (mi madre, mi tío y mi tía son celadores y mi padre trabajó en nóminas en el hospital), mi hermano mayor sí es ginecólogo», detalla.
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En estos casi cuatro años como residente confiesa que lo que más le ha sorprendido ha sido la capacidad de cambio que tienen los servicios de prevención (Medicina Preventiva, Epidemiología de Distrito, Delegación de Salud, etcétera). «Antes de la pandemia, los recursos humanos y materiales eran insuficientes, y se tuvo que hacer un gran esfuerzo de trabajo, adaptación y colaboración que en ocasiones fue bastante enriquecedor, aunque duro para todos», cuenta. Quién le iba a decir cuando empezó su especialización que viviría una pandemia.
La percepción
En este tiempo, Rivera admite que lo que más le ha decepcionado fue el «escaso valor que se le daba a la especialidad desde otros sectores. Esta percepción cambió con la llegada de la pandemia y el nuevo rol que tuvimos (y tenemos) que desempeñar durante la misma».
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En este tiempo de pandemia dice que «lo más duro para nosotros, aparte del enorme incremento de trabajo que nos llevó a vivir durante una buena temporada en el hospital, ha sido la responsabilidad que teníamos de informar y actuar sobre las medidas preventivas que se requerían en cada momento de la pandemia. Muchas veces, los contagiados pagaban con nosotros la adopción de dichas medidas, o no las cumplían, y eso es difícil de sobrellevar».
Más que nunca tiene claro que es necesaria una mejora desde «una apuesta decidida del sistema sanitario por la prevención, en términos económicos. La prevención ahorra mucho más dinero al sistema y genera mucha más salud que la atención sanitaria al paciente ya enfermo. Sin embargo, sus consecuencias beneficiosas no son claramente tangibles y palpables y, por tanto, no son atractivas para el político o el gestor, de cara al reconocimiento social. Ser capaz de vencer ese obstáculo y apostar por la salud poblacional sería magnífico, aunque reconozco que complicado».
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No sabe qué hará en mayo de 2022 cuando termine su residencia: «Si soy honesto conmigo mismo, debería apostar por la Universidad, dado que la investigación y la docencia son mi pasión. Siempre he considerado que la Universidad es mi vocación, aunque las condiciones económicas y laborales sean peores que las de ejercer como médico. En principio, me gustaría intentarlo en la Universidad de Granada y, si las cosas no salen, siempre hay tiempo para buscar alternativas».
Rivera ha obtenido becas del Ministerio de Educación, de iniciación a la investigación de la UGR, de la Asociación Española contra el Cáncer para investigación y la beca Cicerone del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, y ha sido premiado con los galardones 'Fidel Fernández Osuna' de la Real Academia de Medicina de Andalucía Oriental, 'Juan Antonio García Torres', del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Granada, con el premio Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Jaén, el premio del departamento de Medicina a los mejores trabajos publicados y el premio Cátedra Maimónides de Profesionalismo Médico del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos, así como varios premios en comunicaciones en congresos. Sonríe, de nuevo, cuando se le dice que colecciona premios como canicas cuando se es pequeño. Sus logros serán los de la sociedad en general porque será la beneficiaria.
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