Meditación en movimiento en la azotea de un hospital de Granada para empezar el día con buena energía

En la azotea del edificio de Gobierno del SAS, en el entorno de Caleta, cerca de treinta profesionales del Hospital Universitario Virgen de las Nieves se dejaban llevar por la sabiduría del maestro Chen en una clase de taichí. Este arte marcial milenario, originario de China, combina movimientos suaves con técnicas de respiración, concentración mental y relajación que ayudan a combatir el estrés que cada día afrontan estos sanitarios.

En silencio, con la espalda erguida pero relajada, médicos, enfermeros, auxiliares, celadores y administrativos de distintas categorías reproducían sus movimientos. El inicio de la clase fue la parte más intensa al desarrollarse un estilo más aeróbico. Poco a poco, el movimiento se fue suavizando, transformándose casi en un tipo de danza. Así, hasta que la mente y la respiración ocuparon todo el protagonismo y el ambiente lo envolvió de una relajación absoluta.

«Silencio. Bajamos. Ahora, arriba. Respira...». Y el maestro dio por finalizada la clase de taichí. Había llegado el momento de reponer fuerzas. Un té verde y una manzana esperaban a los asistentes junto a la salida. «El agua es muy importante para nuestro cuerpo», advirtió Chen. Como experto en este arte marcial (además de en acupuntura), recomienda hacer siempre ejercicio por la mañana, antes del trabajo, porque «el aire es más fresco y la energía es mejor con la salida del sol, zen, nueva».

Muchos de los asistentes nunca antes habían practicado taichí, pero se apuntaron sin dudarlo. La meditación en movimiento «solo puede ser bueno». El enfermero de quirófano Eugenio Coll empieza el día «de otra manera». «La energía que sueltas al principio de la clase es muy aeróbica, muy fuerte. Luego hay un poquito de relajación y eres más consciente de tu cuerpo. Me gusta esa sensación», señaló.

Sin embargo, la sesión en la azotea no fue la primera del Virgen de las Nieves. Hace unos días, el hospital ya celebró otra en el salón de actos. La asistencia fue un éxito y hubo que cambiar la ubicación de cara a las siguientes clases. La azotea y su sala interior, en la sexta planta del edificio de Gobierno del SAS, han resultado la mejor opción. A partir de ahora, cada jueves, de siete y media a ocho y media de la mañana, los profesionales de este centro hospitalario podrán sumarse al maestro Chen aquí.

La responsable de que hoy las clases de taichí en este hospital granadino sean una realidad también acudió a esta última sesión. Ella es la jefa de Equipo Administrativo, Salomé Zurita, que lleva bastante tiempo practicando esta disciplina -así conoció, de hecho, al maestro Chen, en Otura-. Según ella, este arte marcial ayuda a «ser uno», algo que considera «imprescindible» en su trabajo. «Tenemos muchas entradas y salidas de personas, cada una con su cargo, su dolor, su alegría, y tenemos que ser lo más equilibrados y estables», asevera.

No obstante, «no habría sido posible sin la cabeza de todo esto». María Fernández es la directora de la iniciativa, que surgió por las líneas estratégicas que el hospital mantiene «para fomentar la salud colectiva» de sus trabajadores. Impartir las clases a por la mañana pretende facilitar la conciliación laboral. Es más, aunque la duración es de una hora, pueden pueden sumarse y marcharse cuando quieran.

Por ahora, el Hospital Universitario Virgen de las Nieves es el único de la provincia de Granada y de Andalucía en general, incidió Fernández, que ofrece a sus trabajadores una experiencia de este tipo. Es una manera diferente de prevenir riesgos laborales. Pero, sobre todo, de la mano del maestro Chen, las clases de taichí promueven lo más importante: una vida saludable.