Matrices en lengua de signos
Alba Morales es la única alumna sorda que participará hoy en la XL Olimpiada Matemática Thales
Antonio Arenas
Viernes, 14 de marzo 2025, 23:58
«Mi nombre es Alba, tengo 13 años. Nací sorda en Granada. Mi madre se llama María Jesús y mi padre Tomás. Tengo una hermana ... más pequeña. Ella es oyente. Tiene cinco años. Mis padres son sordos los dos». De esta forma se presenta la alumna del IES Alhambra que hoy por la mañana será la única sorda entre los 241 estudiantes granadinos que participarán en las XL Olimpiada Matemática Thales para 2º de ESO en la sede del Instituto Padre Suárez. Mensaje que es comunicado en la lengua materna de Alba Morales Fajardo, la Lengua de Signos Española (LSE) y que nos interpreta su profesora de esta lengua, Victoria Molinero, en presencia de su madre y de la profesora de apoyo curricular para alumnado con discapacidad auditiva en ámbito científico tecnológico, Alicia Ortigosa. La madre de Alba cuenta que su hija es «muy buena, muy activa y nerviosa, con muchas ganas de aprender siempre. Es muy trabajadora».
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Los primeros años de Alba transcurrieron en el colegio Genil de la capital, donde no contó con intérprete aunque sí con el apoyo de otra persona sorda. De esa época recuerda que su relación con los compañeros fue buena y que algunos de sus compañeros querían comunicarse con ella para lo que les enseñaba nociones básicas de lengua de signos. «Yo me esforzaba. Les leía los labios a los profesores. Tuve que hacer mucho esfuerzo pero al final lo conseguí», recuerda de esa época. Su madre añade que Alba también contó con un profesor particular que acudía a la vivienda familiar.
Con su incorporación al Instituto Alhambra la cosa cambió pues contó con intérprete y con profesores de apoyo. «Me pareció perfecta la decisión de venir aquí, estar en las clases y entender lo que los profesores decían. Para mi fue maravilloso», explica antes de añadir que «la relación con mis compañeros es muy buena, a veces me preguntan y los enseño». Así lo comprobamos cuando le vemos comunicarse con sus compañeras, Alba Mejías y Miriam Padial.
Reconoce que su asignatura favorita es Matemáticas «porque es mucho más visual y el cálculo se me da bien». Respecto a la idea de inscribirse en las Olimpiadas dice que fueron su profesora de Matemáticas, Vanesa Cervilla, y su profesora de apoyo las que le animaron a participar. «A mí me pareció bien, me encantó la idea porque será la primera vez que una persona sorda se presente y para mi es como eliminar barreras».
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Cuando le interrogamos sobre las adaptaciones requeridas para poder participar en igualdad de oportunidades remite a Alicia, quien señala que las solicitadas corresponden a las que se necesitan para una persona sorda, por un lado un mayor tiempo de examen porque les cuesta un poquito más comprender los textos escritos; por otro, necesitan alguien que domine su lengua materna que es la LSE por si necesita comunicarse, también que los enunciados de los problemas se puedan entender con facilidad mediante frases cortas y vocabulario accesible y volver los problemas más visuales para que les sea más comprensible.
«Es cierto que todas las adaptaciones no nos las han concedido por lo que estamos un poco tristes porque somos conscientes de que no concurren en igualdad de condiciones con respecto a los compañeros oyentes. A pesar de todo va a realizar el esfuerzo pero que quede constancia de que los demás tienen una ventaja que ella no tiene al no haberse simplificado la comprensión». Alba también es consciente de ello pero se muestra optimista y declara que va esforzarme para obtener un buen puesto en esta fase provincial.
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Cuenta que le gusta mucho hacer deporte, sobre todo voleibol y natación. También, quedar con sus compañeros, ver películas, mandar mensajes a los amigos, «pues gracias a la tecnología tengo mejor comunicación con los demás». De su relación con su hermana Carlota, su madre dice que es muy buena aunque se pelean y que como persona oyente pese a sus cinco años les ayuda mucho. Ella ha aprendido de forma natural LSE y les «escucha con los ojos y a veces nos pregunta cuando algo no entiende».
Alba detalla que su comida predilecta es la pasta carbonara, sus colores favoritos el morado y el azul turquesa, su película preferida es la trilogía de 'Culpa mía, culpa tuya' y reconoce no gustarle leer, pero tras insistirle que dé un título se decanta por 'El cementerio de los ingleses'. En cuanto a un lugar para ir de vacaciones indica Almuñécar. Después del Bachillerato sueña con estudiar la especialidad de Matemáticas pues le gustaría «estar en un aula como profesora y tener alumnos oyentes y sordos para poder enseñarles matemáticas».
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El problema de invisibilidad
La profesora de apoyo y especialista en personas sordas, Alicia Ortigosa, comparte con Alba todas las asignaturas de ciencias. Señala que uno de los problemas de estas personas es la invisibilidad que tiene su discapacidad. «Al verla por la calle o en el aula vemos una persona normal y no llegamos a percibir ningún tipo de diferencia, sin embargo, su lengua materna, la estructura de esta, su generación de conceptos es radicalmente diferente que para una persona oyente», explica. Una persona sorda coloca las frases de forma distinta, los verbos van al final, las partículas interrogativas también, no tienen artículos y tienen una economía del lenguaje mayor que la de un oyente.
«Si una persona sorda se presenta ante un texto escrito largo le es más difícil de comprender. El problema principal es que los oyentes no nos ponemos en la posición de una persona sorda, no intentamos comprender cómo es su vida, cómo elaboran los conceptos y eso es un hándicap muy importante», apostilla. Por eso, Alba considera fundamental que intentemos comprender qué significa la cultura sorda, qué significa la identidad sorda y comprender «un poquito» la LSE. A lo que su madre añade añade: «¡Ojalá!»
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