Mateo Rejón López estudió Física en la Universidad de Granada (UGR). Ideal

Uno de los 10 elegidos en España

Mateo, el joven y brillante físico granadino que busca vida en otros planetas

Mateo Rejón ·

El graduado por la UGR fue premiado en EEUU por un prototipo para trabajar en la luna

Andrea G. Parra

Granada

Sábado, 1 de julio 2023, 23:51

Las metas de Mateo Rejón López (17-09-1999, Cenes de la Vega) escapan de la Tierra. El joven que estudió Física en la Universidad ... de Granada (UGR) suma proyectos a gran velocidad y con excelencia. Ha sido reconocido como uno de los diez estudiantes más brillantes de España en la categoría de otras ingenierías donde se incluye el campo aeroespacial (había más de dos mil solicitudes).

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Entre broma y broma Mateo Rejón no deja de mirar al espacio. Lo hace con un expediente brillante en la carrera, con una nota media de 9,39. Obtuvo el premio extraordinario fin de carrera. Ahora está realizando un máster en ingeniería aeroespacial y exploración espacial en la Universidad Técnica de Delft (Países Bajos), la mejor universidad europea en este campo, con una de las prestigiosas becas de estudios de posgrado de la Fundación La Caixa. Su cuantía ronda los 35.000 euros.

Se agolpan, en las vivencias y experiencias de este joven, las historias y la brillantez académica. Durante el verano pasado estuvo realizando unas prácticas en el Centro Europeo de Astronautas (EAC), de la Agencia Espacial Europea (ESA), donde tuvo la posibilidad de trabajar en el campo de la exploración humana de la luna. El regolito lunar es la capa de polvo y rocas fragmentadas que cubre la superficie lunar, y es clave para mantener una población humana en el satélite natural.

«Tuve la oportunidad de contemplar las instalaciones en las que se preparan los astronautas que pretenden ir a la Estación Espacial Internacional: una experiencia única e enriquecedora»

«Mi investigación buscaba mejorar la forma en la que el regolito es tratado para hacer ladrillos con la finalidad de construir infraestructura que permita mantener una población humana a largo plazo en la luna. Durante este periodo de tiempo tuve la oportunidad de contemplar las instalaciones en las que se preparan los astronautas que pretenden ir a la Estación Espacial Internacional: una experiencia única e enriquecedora», recuerda.

Allí tuvo una idea. Unió a un grupo compuesto por un irlandés, un italiano, un alemán, tres franceses y otro español de Barcelona junto a él para idear un nuevo sistema de transporte. Y la semana pasada presentaron su proyecto en el reto de El Colorado School of Mines (CSM) y Lockheed Martin al Over the Dusty Moon Challenge. Fue en Colorado.

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Un reto que consistía en diseñar un prototipo de transporte de regolito teniendo en cuenta las condiciones de la luna, como una menor gravedad, vació y gradientes extremos de temperatura. El regolito es la capa de polvo y piedras que cubre la superficie lunar y es un recurso clave para mantener una población en nuestro satélite. Científicos de todo el mundo buscan cómo extraer de este oxígeno, agua y demás elementos esenciales para la vida. Mateo Rejón y sus compañeros presentaron una cinta transportadora y un elevador de Old.

Su equipo quedó tercero (la dotación económica del premio fueron tres mil dólares), siendo el elevador de Old el sistema que más regolito transportó de toda la competición. Presentaron los resultados en la mesa redonda de recursos espaciales ante expertos de la NASA y diversas compañías de todo el mundo. En julio viaja Mateo Rejón a Múnich a presentar el equipo y proyecto en un congreso organizado por uno de sus principales patrocinadores.

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La construcción, el transporte, vuelos de todo el equipo y la estancia en Colorado ha tenido un coste «enorme que hemos podido pagar gracias a los patrocinadores», como la ESA, TNG (consultora de Múnich), EEIGM (Universidad francesa), Fecken-Kirfel, Safer Tech, Space Radar y un crowdfunding.

«Nunca me habría esperado poder vivir una experiencia así. Al principio del proyecto, viajar a Estados Unidos para presentar un sistema de transporte de regolito lunar sonaba a algo que solo ocurre en las películas. A medida que pasaba el tiempo e íbamos resolviendo todos los problemas que iban surgiendo, empezaba a sentirse que no era un sueño sino que este proyecto se estaba convirtiendo en realidad», rememora el joven granadino.

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Mateo Rejón confiesa que siempre le ha llamado la atención el espacio, y es por ello que decidió estudiar Física en la UGR. «Lo que más me emociona de la exploración espacial y de la luna en particular, es que es un empeño de toda la humanidad. Es un reto que ninguna nación u organización puede superar de forma individual. La exploración espacial combina el sentimiento de querer llegar más lejos y superar retos increíblemente complejos con una lección de humanidad. Salir de la Tierra e ir al espacio nos ayuda a responder a preguntas fundamentales sobre nuestro lugar en el universo y la historia de nuestro sistema solar», exalta.

Sobre esta premisa, valora que «al querer ir a la luna uno se da cuenta de lo únicas que son las condiciones de la Tierra para que podamos vivir aquí: protección contra la radiación cósmica, aire que respirar, agua, comida… todo esto lo necesitamos allá donde vayamos y necesitamos crearlo en los territorios hostiles fuera de nuestro planeta».

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Al ser cuestionado por Pablo Álvarez y Sandra García, primeros astronautas españoles en treinta años seleccionados por la Agencia Espacial Europea, Rejón no duda: «Son ejemplos a seguir e inspiración, más allá del mundo del espacio».

«Salir de la Tierra e ir al espacio nos ayuda a responder a preguntas fundamentales sobre nuestro lugar en el universo y la historia de nuestro sistema solar»

A la pregunta de si a Rejón le gustaría ser en un futuro el nuevo Pablo Álvarez o Sandra García, reflexiona que «ser astronauta es algo que me tomo con humor, nunca digas nunca, pero es un proceso muy complicado, y gran parte de los criterios escapan del control de la persona. Si se me presenta la oportunidad estaré el primero en la fila. Pero mis amigos y familia ya me llaman astronauta y con eso me conformo (ríe)».

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Mateo Rejón no para, vendrá un par de semanas en verano a Granada de vacaciones, pero seguirá trabajando a distancia. Está realizando su trabajo fin de máster sobre cómo envejecen las lunas heladas de Saturno. «La forma en la que el ambiente afecta a sus superficies es un puzzle intrincado que dificulta datar su edad. El satélite Encélado ocupa una parte central en mi investigación. Esta luna está cubierta de una capa de hielo con un océano de agua líquida por debajo y se cree que es uno de los lugares del sistema solar donde es más probable que haya vida. Averiguar la forma en la que el ambiente del sistema de Saturno afecta a esta luna aporta una nueva pieza de conocimiento a la gran pregunta de si existe vida en nuestro sistema solar, y contribuir a ello es apasionante», describe.

Lo cuenta de tal manera que pareciera que uno está en ese universo y dentro de poco habrá un gran descubrimiento. La ilusión y el trabajo no tienen límite para este joven granadino que sueña con el universo.

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