Teresa (izquierda) y Magdalena (derecha) posan con sus sobrinas nietas, Sofía y Carolina, la última estirpe de Mariana. PEPE MARÍN

La herencia viva de Mariana Pineda

Documental IDEAL ·

Esta es la historia de la heroína granadina contada por Magdalena y Teresa, sus choznas, y la reivindicación de su importancia como figura histórica | Paula Sánchez, historiadora y autora de 'La Granada de Mariana Pineda', y la escritora Antonina Rodrigo, nos trasladan sus vivencias en la ciudad

Martes, 24 de mayo 2022

«Uy, cuantos sois, ¿no?». Magdalena nos recibe sonriente en la conserjería del colegio Asunción de Málaga, donde ha impartido clase buena parte de su ... vida. Esta religiosa vive ahora retirada en un enorme recinto que bien podría ser declarado Monumento Nacional. Está dispuesta a contar la verdad sobre la historia de su familia, que es la de Mariana Pineda. No en vano es chozna de la heroína granadina. Es decir, su madre era tataranieta de Mariana. Junto a ella aparece otra mujer. Es Teresa, su hermana. Hechas las presentaciones nos dirigimos a la biblioteca del centro. Saludamos al director, que ha salido a nuestro encuentro, y empezamos a grabar.

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Las narradoras de este relato comienzan aclarando que pertenecen a la rama madrileña del árbol genealógico de Mariana, tal y como explican sobre el mismo papel. Y es que la propia Magdalena, «la genealogista» como la define Teresa, ha elaborado un completo mapa donde no falta ningún pariente. Ni siquiera de la otra vertiente, la sevillana. «Ellos son descendientes del marido de Mariana, pero no biológicos de Luisa, su hija, como sí lo somos nosotros».

Durante la conversación Teresa permenece en un lugar algo discreto. Magdalena, más dicharachera, la mira buscando su aprobación cuando no recuerda bien algún episodio familiar, que es muy de vez en cuando. Menciona aquellos libros de Lorca que, de niña, no podía tocar por imperativo casi legal. ¿Qué escondían?, se preguntaba. Hablaban de Mariana, «una mujer que amó y protegió la libertad por encima de todas las cosas», nos dice mirando a cámara. Y ahí ya no hay quien la pare.

Durante todo el día que permanecemos junto a Magdalena y Teresa hay momentos para recordar la figura de Mariana con una sonrisa de oreja a oreja, la que provoca en ellas la defensa de sus ideales, pero también con la pena de quien lleva dentro una «tremenda injusticia» con final en cadalso. Las hermanas tenían y tienen mucho que decir de Mariana Pineda Muñoz, como Magdalena se encarga de subrayar en la pizarra de un aula. «Tan importante es el apellido de la madre como el del padre», les dice a los alumnos de Segundo de Bachillerato.

Al cabo de las horas toca despedida y ambas nos acompañan hasta la puerta del colosal colegio malagueño. Allí agradecen nuestra visita y reconocen estar impacientes por ver este documental, que no es otro motivo que el de su historia, la que refleja la transmisión generacional de una figura clave en la historia de toda una ciudad. La Mariana universal. Y así lo remarca Magdalena. «Granadinos: reconocedla como un ser humano que supo defender la libertad, ser valiente y leal a los suyos».

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