Fallece Manuel del Moral, pintor de síntesis

Estudió en la Escuela de Bellas Artes y Oficios de Granada con los profesores Miguel Ruiz Molina y Gabriel Morcillo, y en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, siendo condiscípulo de Martín Prado, Foenkinos, Enrique Gran, Antonio López o Lucio Muñoz. Los viajes a Marruecos, Suiza, Alemania, Bélgica etc. le mostraron un nuevo mundo artístico, las vanguardias que nunca quiso abandonar, aun después de instalarse definitivamente en Granada. Su pintura siempre fue personal en cuanto a temática y técnica: «La abstracción consiguió situarme en la renuncia a lo externo, intentando reflejar lo esencial en las obras y transformando en forma y color aquellas vivencias profundamente sentidas…» . En Madrid, en la galería Biosca, a la sombra de Juana Mordó, compartió vivencias con relevantes artistas de la vanguardia madrileña, algunos integrantes del 'Grupo El Paso', como Rafael Canogar, Manuel Millares, Antonio Saura, Martín Chirino o Manuel Rivera. 

Elegido Numerario de la Real Academia de Bellas Artes el 24 de marzo de 1987 para cubrir la vacante de la medalla nº 4 que perteneciera al historiador de Arte Islámico Jesús Bermúdez Pareja, tomó posesión de su plaza el 10 de diciembre del mismo año. Donó a la Institución académica el lienzo 'Evocación de un tiempo pasado'.

Sentía pasión por la materia y conocía a fondo los materiales antiguos y nuevos conjugados de manera magistral. Era partidario de que la obra no se explicara, y sí se descubriera, penetrándola con la mirada como potente berbiquí. Cuando dijo adiós a sus pinceles, decidió donar a Granada para la Colección municipal el lienzo 'Cabeza de mujer de Pérgamo', entregado en el Salón de Plenos del Ayuntamiento el pasado 14 de enero.

Artista comprometido e inconformista y, en palabras del académico Manuel Orozco, «(…) de deslumbrante maestría dibujística (…), la belleza es identificable en toda su obra, figurativa o idealista (…). Por eso, y sin prejuicios de modernidad o de clasicismo, la obra de ayer y de hoy de del Moral es un ejemplo de honestidad estética desconocida».