La manifestación del sábado en Granada acaba con dos detenidos
Un acto pacífico por la agresión de Linares fue reventado por un grupo de alborotadores que provocó cortes y daños que no fueron a más por la actuación de los agentes
Un gran despliegue policial evitó este sábado que varias decenas de personas llevaran hasta el final su afán por crear una nueva noche de furia ... en Granada. Hubo tensión tras la manifestación por Pablo Hasel y Linares; también daños en el mobiliario, carreras y cargas, pero la violencia no llegó en ningún momento a tomar el cariz del pasado miércoles. Dos veinteañeros resultaron detenidos en la manifestación en apoyo al rapero condenado y contra la «represión» policial a cuenta del incidente que tuvo lugar en Linares el fin de semana pasado.
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Los detenidos son jóvenes de 21 y 20 años y ambos han sido arrestados por daños en el mobiliario y quema de contenedores
Los manifestantes acabaron dispersándose tras la primera carga, que se produjo sobre las ocho de la tarde en la calle Pedro Antonio de Alarcón. Aunque la concentración se había convocado en Plaza Nueva a las 19 horas, unos treinta minutos después de que se iniciara el acto –que se estaba desarrollando de forma pacífica y en el que hasta se guardaba la distancia de seguridad–, un grupo que vestía de negro se hizo con el poder de la protesta y comenzó a marchar cortando calles. Antes habían llegado incluso a increpar a sus 'colegas de protesta, a quienes llamaron «sumisos».
Fue justo antes de dejar Plaza Nueva cuando empezaron a arder repentinamente una papelera y un contenedor soterrado. Fuegos pequeños que rápidamente fueron apaciguados por los Bomberos mientras los agentes de la Policía cogían posiciones. A partir de ahí la tensión fue 'in crescendo'. Y lo hacía en paralelo a una Granada que bullía como cada sábado por la tarde. Pero el clima de normalidad dio un giro radical en cuanto estas personas invadieron la carretera y se dirigieron rumbo a Puerta Real.
Al unísono fueron recorriendo el corazón de la ciudad: pasaron por Reyes Católicos, PuertaReal y Recogidas formando un bloque compacto que lanzaba proclamas contra la Policía o la Monarquía;hacía pintadas o las emprendía contra el mobiliario. La mayoría eran jóvenes e hicieron todo este camino vigilados por los agentes del orden, que a esas alturas ya estaban pertrechados con sus cascos, escudos y porras. Todo sucedió en apenas quince minutos, por el camino iban dejando algún contenedor quemado de forma aislada hasta que arribaron a Pedro Antonio de Alarcón. Allí se localizó el principio del fin de la algarada. Tras ver que la tensión continuaba elevándose y que los vándalos ya arrastraban varios contenedores para hacer barricadas, un grupo numeroso de agentes decidió cargar. Fueron los momentos más duros de la noche: empezaron las carreras, se oían sirenas;había gritos y porrazos. Y a partir de ahí la columna se dispersó llenando las calles adyacentes de un ir y venir de policías y manifestantes que acabó con una detención y siete contenedores quemados.
Tras unos minutos de mucho frenesí policial, la normalidad volvió a la ciudad, que alrededor de las nueve se volvió a reencontrar consigo misma.
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