Lo de Évole
Lo que Macarena Olona no contó en televisiónCrónica Política ·
La exdiputada regresa a la escena tras cuestionar los fondos de la fundación de Vox y anunciar que, si vuelve a una lista, será por Granada. Tiene cuatro denuncias en curso y, aunque no haya nada cerrado sobre su vuelta, advierte que su «corazón sigue latiendo»Macarena Olona es, desde enero, una abogada del Estado en la Audiencia Nacional; con un puesto relativamente cómodo, sin excesiva exposición, ni contacto directo con ... los ministerios. Habrá más profesionales en su situación de los que ni siquiera han trascendido sus nombres; unos completos desconocidos. Macarena no tiene cargo político ni partido que la cobije en estos momentos. Tampoco se presentará ni a las inmediatas municipales ni a las autonómicas en las comunidades donde se celebrarán en mayo –su entorno dice que tenía buenas encuestas por Valencia–. Sin embargo, es una de esas personas –de momento– capaz de convertir en titular cualquier frase y captar la atención cuando comparece. Sus rivales reprochan a los medios que la rescaten del páramo de togas y la resuciten para el debate público cada vez que abre la boca. Pero sucede a menudo que, cuando Macarena habla, no se habla en el mundillo político de otra cosa en los días siguientes; para bien o para mal. Sorprendente si se tiene en cuenta que su carrera pública apenas suma un lustro.
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El domingo se emitió en prime time su entrevista con Jordi Évole. La cita se había cerrado dos semanas antes y estaba contemplada una grabación de tres horas. Fueron seis. A punto estuvo de suspenderse por el resfriado de Olona, que se hacía patente en el tono de voz y en reiterados planos. No hubo contacto previo entre la exdiputada de Vox y el comunicador y el primer encuentro fue tal y como se vio en televisión, con Macarena a la espera impaciente como novia plantada en el altar –el símil es de ella–. Tampoco revisó la edición del montaje antes de la emisión y prefirió ver el programa sola, con una pizza, retirada en un punto de Andalucía. Su primera reacción fue: «Al menos, de esta no salgo con una querella». Y lo vio otras tres veces repetido.
«¿Qué no tengo los planos del edificio? Era la consejera espiritual. Todos me hablaban»
Macarena Olona
Exdiputada de Vox
Deslizó premeditadamente los mensajes que quería que le llegaran a algunos. «La información es poder». Y ella dice contar con los «planos del edificio». Cuando le replican que sus antiguos compañeros cuestionan que sepa tanto de las interioridades de Vox, que ella ni siquiera estaba dentro del aparato del partido, Macarena sonríe aviesa: «Era la consejera espiritual. Todos me hablaban». De momento, ha empezado por hacer preguntas.
La más insistente fue reclamar el modelo 347 de la fundación Disenso, que preside el propio Santiago Abascal. ¿De qué se trata? Una declaración informativa ante la Agencia Tributaria con las operaciones con terceros por un importe superior a 3.005 euros. Olona asegura que la fundación recibió 4,5 millones de Vox en año y medio. Insinúa que gran parte de este dinero se pudo destinar a contratar a empresas y personas jurídicas, supuestamente, del entorno del propio partido. ¿Es legal? No tiene por qué no serlo, aunque las cantidades sean desorbitadas.
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MACARENA DE SALOBREÑA
La antigua diputada en el Congreso por Granada dedicó parte del programa a Españabola, el denominado 'Team Facha' desde el que se difundieron supuestamente mensajes que atentaban contra su honor e intimidad; entre otros, un audio sexual falso. Macarena Olona intuye que detrás pueden estar los tentáculos de Vox y lo tiene denunciado. No es la única causa en marcha. Mantiene otras tres en curso: una por supuesta suplantación de identidad para simular que registraba en el ministerio un nuevo partido; y dos relacionadas por Granada: la denuncia que presentó por el escrache en su charla en la Facultad de Derecho y la que registró en la campaña electoral contra la alcaldesa de Salobreña tras la polémica por el empadronamiento. Esta última se encuentra ya en un juzgado.
LA VISIÓN DEL CARLOS V
Macarena ha sido noticia intermitente desde que, a finales de agosto, cerró el paréntesis de su breve retirada para hacer el Camino de Santiago. Están quienes la adoran como a una influencer, los que la critican y otros que no la creen. Y algo habrá hecho para que así sea en cada caso. Pero ya ha mantenido durante medio año la expectación sobre su eventual regreso a la política activa, sin necesidad tampoco de decir nada nuevo.
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A finales de enero, estuvo en Granada con un grupo de amigos de la República Dominicana. Por la noche visitaron la Alhambra. En el Palacio de Carlos V, plantada en el centro y con el cielo al descubierto, Macarena Olona cuenta que tuvo una especie de iluminación. Así lo relata. «Soy (políticamente) granadina». Por eso, cuando Évole le preguntó para cerrar el programa por su retorno, ella respondió: «Si vuelvo a la política, será por Granada o no será».
De momento, ni tiene un proyecto cerrado ni maneja encuestas en este sentido. «El corazón sigue latiendo», deja entrever que tiene ganas. No se ve en otro partido ya existente, aunque se haya podido interpretar así de alguna de sus declaraciones. Aunque si le ofrecieran un puesto como independiente en algún hipotético gobierno, lo valoraría. En política se ha visto de todo. Hasta el camarada Tamames va a ser el candidato de una moción de censura impulsada por Vox.
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