Los lojeños asisten al reestreno de Santa Clara, una 'joya' del Barroco

Por eso a la misa -oficiada por el vicario general Francisco Espigares y el párroco de la Iglesia de la Encarnación Juan Carlos Hidalgo- contó con la presencia de la subdelegada del Gobierno de España en Granada, Inmaculada López;el alcalde de Loja, Joaquín Camacho, junto a numerosos miembros de la corporación municipal; el teniente comandante de Puesto de la Guardia Civil, Benjamín Salas; y numerosos representantes de las cofradías y hermandades lojeñas.

La restauración de Santa Clara ha supuesto la recuperación de su rica iglesia y parte de las cubiertas del convento, donde se ha intervenido «también con la paciencia y colaboración de los vecinos», destacaba Hidalgo al término de su homilía. Especialmente emocionados por ver reabierto el inmueble religioso estaba la familia Rosúa, cuya vivienda linda con el muro del altar mayor y que, como Fran -uno de sus miembros- explicaba, es un edificio «muy especial para los lojeños». Además de frenar su imparable deterioro, la restauración realizada por el Ministerio de Fomento ha rehabilitado un inmueble singular -propiedad del Arzobispado- que, tal y como se anunciaba en su reapertura, volverá a acoger misa los sábados por la tarde tras la Semana Santa y, además, será nuevamente incluido en las visitas turísticas que oferta el área de Turismo del Ayuntamiento.

El convento está formado por un claustro de dos niveles y la iglesia, construida en fábrica mudéjar, con una sola nave, presbiterio y coro. Precisamente éste último se volvía a disfrutar en la reapertura con las magistrales interpretaciones de la Coral Polifónica 'Mª Carmen Romero Avellaneda' de Loja. El Convento Santa Clara de Loja, mandado construir en 1505 por Fray Hernando de Talavera, está declarado Monumento Histórico Artístico Nacional desde 1977 e inscrito como Bien de Interés Cultural con la tipología de Monumento en el catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.

El hermoso convento lojeño, preparado para acoger hasta 50 monjas, reproduce la forma de otros cenobios granadinos, como el convento de las Jerónimas de Granada. También vuelve a ser plenamente visible ahora la decoración pictórica de sus muros, obra de los hermanos José y Vicente Cieza de finales del siglo XVIII. Desde el año 1993 es sede canónica de la Hermandad de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén.