El PTS logra quitarse una losa de quince millones de deuda en tres años

El plan de ajuste que activó entonces la Fundación PTS ha logrado recomponer las cuentas del polo empresarial y docente, que arrastra a día de hoy una losa de deuda bastante más liviana, hasta el punto de que si los planes se cierran como están previstos, el agujero se verá reducido a finales de 2022, a 3,2 millones de euros. Una cifra que permitirá alcanzar el equilibrio financiero al PTS y seguir adelante con sus propios recursos, sin la necesidad de los balones de oxígeno que ha estado inyectándole durante tres ejercicios el Gobierno andaluz.

Los 18 millones sobre los que alarmó el Ejecutivo andaluz correspondían a deuda vencida (4 millones), amortizaciones de préstamos contraídos con el Ministerio de Ciencia para la financiación de edificios públicos (10 millones), además del reintegro de una subvención no justificada con la propia consejería de Economía (1,5 millones) y deudas con entidades privadas, en concreto constructoras edificios del parque (2,5 millones).

A finales de 2019, la Junta hacía efectivo el rescate del PTS con una primera subvención de 4,43 millones de euros que permitía hacer frente a una porción de la deuda con el Gobierno central, la más urgente en aquellos momentos, en los que, como recuerda la directora de la Fundación PTS, Ana Agudo, no había mes sin sustos por los vencimientos.

Al año siguiente, 2020, la Junta de Andalucía aprobaba una nueva inyección económica de 3,2 millones para sanear las cuentas del Parque Tecnológico, mientras que en el presente ejercicio 2021 el balón de oxígeno vía presupuestos autonómicos ha supuesto otros 1,6 millones.

El proyecto de presupuestos de la comunidad para 2022 contemplaba una aportación de 1,4 millones de euros para el PTS, que según fuentes de la consejería de Transformación Económica, se mantendrá, realizando las modificaciones oportunas, a pesar de que el Parlamento haya tumbado las cuentas para 2022.

Esta inyección eleva a 10,7 millones el apoyo por parte de la Junta, que cuenta con el 95,9% de la Fundación pública andaluza Parque Tecnológico de la Salud. Pero además, el agujero inicial de 18 millones se ha visto reducido porque se ha resuelto a favor del PTSel conflicto judicial que mantenía contra la propia Junta de Andalucía, que le reclamaba 1,5 millones por una subvención no justificada. El PTS ha ganado el pleito y no tendrá que reintegrar esta cantidad, por lo que desaparece esa cantidad que se contemplaba como deuda.

Otro paso decisivo que permitirá disminuir la deuda en el próximo ejercicio es la venta del edificio BioRegión, construido en 2015 y propiedad del PTS. El centro, con una superficie construida de 2.350 metros cuadrados, pasará a manos de la Universidad de Granada que lo aportará al proyecto que desarrolla junto a Indra, para convertirlo en uno de los mayores y más avanzados centros de desarrollo de inteligencia artificial de Europa, que tiene a Google Cloud como socio tecnológico. Y en la Fundación PTS no pueden estar más felices con las expectativas que genera este proyecto, una vez que la operación está ya cerrada. «El proyecto va a dar frutos muy importantes, además de resolvernos a nosotros la deuda comercial», esgrime Agudo.

Con la enajenación del edificio esperan obtener 2,5 millones de euros que darán liquidez y margen de maniobra al PTS. Aunque aún tienen que perfilar y cerrar las fórmulas, la idea es utilizar este dinero para saldar las cuentas pendientes que mantienen con la constructora Sacyr, lo que marcaría un punto de inflexión para las cuentas del parque, ya la deuda comercial quedaría saldada. A partir de ahí, quedarían pendientes 3,2 millones de euros de deuda con el Ministerio, que vencen entre 2022 y 2017 y que la Fundación tiene la intención de renegociar para poder ampliar plazos de amortización, lo que permitiría al PTS hacerle frente con sus propios recursos.

La directora de la Fundación PTS, Ana Agudo, ha pilotado el plan de viabilidad con el que prevén alcanzar un nivel de sostenibilidad el próximo ejercicio, que le permitiría hacer frente a su deuda en los plazos pactados para centrarse en las tareas de promoción y atracción de inversiones para Granada. «La situación cambia en primer lugar porque nos permite dar confianza para abordar proyectos nuevos», esgrime Agudo, que apuesta por la colaboración privada para materializar nuevas infraestructuras. «Nos hacen falta centros de empresas y laboratorio. Estamos creciendo y tenemos mucha demanda de más espacios», añade.

«En 2021 hemos lanzado una aceleradora de salud que ya está despertando interés y estamos teniendo acercamientos de empresas que quieren venir a desarrollar proyectos. Pero no solo en salud, también la inteligencia artificial es un polo que está atrayendo proyectos muy interesantes con el centro de la UGR como referente. Son proyectos que nos ponen en el mapa», concluye.