Trevélez llevará la 'batalla del jamón' a los tribunales
La Asociación Nacional de Industrias de la Carne quiere registrar una nueva denominación genérica que, a juicio de Trevélez, diluiría la identidad de los productos locales
El jamón de Trevélez es serrano;pero no todo el jamón serrano es como el jamón de Trevélez. A un lado están los jamones curados ... en Sierra Nevada, al viento que corre a más de 1.200 de altura sobre el nivel del mar, con una curación mínima de 17 meses, secados al natural y solo cubiertos de sal marina, condecorados por la Reina Isabel II en 1862. Al otro, jamones curados en cualquier parte del país, colgados a una altura sin determinar y en condiciones artificiales, con la posibilidad de utilizar aditivos. La 'batalla del jamón' está servida y llegará a los tribunales.
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Trevélez está en contra de que Europa autorice la creación de una nueva indicación geográfica protegida, la de 'jamón serrano', con requisitos «muy laxos» y que diluiría la identidad de sellos como el granadino y, en general, la reputación de productos localizados en el país, abriendo la puerta a más IGP genéricas. Si las empresas pueden elaborar productos con IGP a menor coste, acabarán por abandonar los criterios de calidad que mantienen hasta ahora y saldrán de zonas rurales en riesgo de despoblación. Es lo que augura Pilar Álvarez, presidenta del consejo regulador de la IGP Jamón de Trevélez.
Lo primero es entender el campo de 'batalla'. Una IGP es un sello de calidad que otorga la Comisión Europea previa solicitud de un organismo estatal. Solo en España hay 170 productos con este sello, que reconoce la relación entre una región concreta y un producto –de cualquier procedencia– cuyas características están moldeadas, precisamente, por las de esa región. El jamón de Trevélez cumple estas condiciones y está registrado en la lista europea desde 2003.
En esa misma lista aparece como aspirante, desde 2016, el jamón serrano. La pugna comienza un año antes. La Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice) registró en el Ministerio de Agricultura la solicitud de registro de la IGP 'jamón serrano'. Jamón de Trevélez presentó su oposición, que fue denegada. Siguió la tramitación y alzaron la voz en contra –presentaron escritos contra el procedimiento– la asociación Origen España, los consejos Miel de Granada y vinos de Granada, la IGP Jamón de Trevélez, los ayuntamientos de Serón, Juviles y Pórtugos, la Diputación de Granada y varias empresas jamoneras.
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La pelota quedó en el tejado de las comunidades autónomas. Castilla y León, Cataluña,Extremadura, Madrid, La Mancha yAragón votaron a favor de la nueva IGP, mientras que Andalucía se abstuvo, según una resolución publicada en el BOE.
Esta resolución de la Dirección General de la Industria Alimentaria desmonta punto por punto los argumentos de los opositores a la IGP, los desestima y da continuidad al procedimiento de registro de la IGP para que sea inscrita en el registro de la Unión Europea. El recurso de alzada contra la orden también fue rechazado. Ahora, IGP Jamón de Trevélez prevé presentar un recurso contencioso-administrativo ante los tribunales. Si se desestima, aún quedaría una última opción: frenar el expediente una vez que llegue a Europa.
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Pilar Álvarez asegura que hay países dispuestos a impugnar la IGP, que sentaría un precedente. Podrían registrarse bajo un único paraguas los vinos franceses o los quesos italianos, lo que también pondría en jaque la identidad de productos de zonas geográficas más acotadas.
En publicaciones especializadas, los portavoces de Anice han asegurado que la nueva IGP no sería un problema para Trevélez, que ya tiene una reputación que se mantendría intacta. La doble IGP, a su juicio, tendría más repercusión para expertos que para los consumidores.
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200 empleos
Cada año se elaboran en la Alpujarra 800.000 piezas de jamón, de las cuales 285.000 son de jamón de Trevélez. Este negocio genera 200 empleos directos en la comarca, sin contar los visitantes que se acercan a probarlo y dejan dinero en los bares y establecimientos, distribuidores, etc. Hay seis empresas encargadas de producir jamones, procedentes de cerdos de los cruces de las razas large-white, Landrace y Duro-Jersey.
Según asegura Pilar Álvarez, si se aprueba la nueva IGP del jamón serrano, tendría catalogación cualquier 'jamón de supermercado'. Pone un ejemplo: asegura que podría producir jamón con sello de la IGP una empresa de Armilla –sin estar en la sierra– que utilice aditivos y solo cure el jamón durante siete meses. Esto abarataría mucho el coste de producción. «Sería una estafa al consumidor», señala.
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La ficha de solicitud de la IGP defiende que la reputación del producto que se elabora en toda la península ibérica y las islas sería la base de la denominación. Habla del proceso de elaboración del jamón, la climatología, el recorte de huesos y músculos o la tradición tardoromana de la salazón o la flora microbiana y fúngica de los secaderos, que da al jamón su sabor característico. También reconoce el prestigio del producto a través de publicaciones en diarios y revistas o web de viajes, entre otras. Pero no especifica la altura a la que se deben curar los jamones para considerarse jamones, el tipo de cerdo o el periodo de secado.
Son unas condiciones «laxas», a juicio de Pilar Álvarez, que englobarían a todo el jamón curado que se produzca en territorio nacional, sea en secaderos tradicionales a más de mil metros o en modernas naves de polígono. El jamón serrano de Trevélez mantendrá, pase lo que pase, su IGP. Pero dará la 'batalla' en los tribunales para evitar la creación del nuevo sello. Para que quede claro al consumidor que el jamón de Trevélez es serrano;pero no todo el jamón serrano es como el jamón de Trevélez.
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